Los dos equipos se plantaron en el Oracle Arena de Oakland con rachas diferentes. Los Golden State Warriors con tres victorias consecutivas y siete en los últimos ocho partidos ganados desde Navidad, mientras los Cavaliers venían de una gira dura por la Conferencia Oeste y de perder tres de los últimos seis partidos.

El equipo californiano le tenía muchas ganas a los vigentes campeones, después de perder las Finales del año pasado y el partido de Navidad hace 23 días, y se notó desde el primer segundo del partido.

Primera parte de fantasía

En el primer minuto del partido ya los Warriors endosaron un parcial de 7-0, lo que obligó a Lue a pedir un tiempo muerto muy rápido para despertar a los suyos aunque eso nunca ocurrió. Después de esto, los dos equipos intercambiaron canastas pero siempre el equipo local más enchufado.

Mediado ese primer cuarto empezó el espectáculo ofensivo de Golden State. A través de transiciones rápidas y posesiones cortas, los Warriors consiguieron anotar 37 puntos en el primer cuarto. Los Cavaliers entraron en ese juego, ya que tiraron 26 triples entre ambos equipos y eso fue su tumba ya que no se puede competir ofensivamente con el equipo de la bahía y acabaron el cuarto 37-22.

El segundo cuarto comenzó con 11-4 de parcial y ya se ponían 22 puntos arriba muy pronto. En los minutos siguientes una dudosa flagrante tipo 1 de Draymond a LeBron James, despertó del letargo a los Cavs y consiguieron reducir un poco la desventaja hasta el 56-42. Esto fue un espejismo porque los últimos cinco minutos del segundo fueron para recordar. Un tremendo parcial de 22-7 a favor de los locales, incluido un triple extraordinario sobre la bocina de Stephen Curry, dejaba el partido sentenciado ya que el marcador al descanso era de 78-49, 29 puntos de diferencia.

Números de escándalo

Esta primera parte será recordada en Oakland. Los Warriors tuvieron un 62´3% en tiros de campo, 50% en triples, repartieron 26 asistencias por solo tres de Cleveland, 34 puntos al contraataque para un total de 78 puntos, demostrando que son el mejor equipo de largo  en ataque. Liderados por los 19 puntos de Durant, los 14 con diez asitencias de Curry y diez puntos de Iguodala desde el banco. En los Cavaliers solo se mantuvo en pie, LeBron James con 16 puntos.

Segunda parte de trámite

Si todo iba mal para el vigente campeón, se complicó aún más el partido ya que Kevin Love con molestias en la espalda no volvería al partido y tendrá que ser evaluado medicamente. Por si alguien tenía alguna duda de que los Cavs fueran a remontar, los Warriors salieron fuerte con un 6-0 de parcial y disparar la diferencia hasta los 35 puntos.

El tercer cuarto fue un intercambio de canastas sabiendo los dos equipos que el partido estaba más que sentenciado desde hacía mucho. A pesar de esto, los Cavs demostraron cierto orgullo para acercarse en el marcador al final del tercer cuarto gracias a un parcial de 1-13 en los últimos cuatro minutos del mismo y acabar 24 abajo, 95-71 después de dejar a los Warriors en solo 17 puntos.

En el último cuarto, los Cleveland Cavaliers bajaron definitivamente los brazos y a ocho minutos para acabar el partido, el entrenador Tyron Lue, sentó a todos los titulares y dio por acabado el encuentro. Con todo esto, Golde State consiguió acercarse a los 40 puntos de diferencia con el 113-77 a cinco minutos de acabar. El resultado final, después de los minutos de la basura fue de 126-91.

Draymond Green hizo un triple-doble de 11 puntos, 13 rebotes y 11 asistencias además de cinco tapones, y el Big Three se combinó para 67 puntos. En los Cavs, el mejor fue James con 20 puntos.

Los Cavaliers volverán ya a Cleveland después de una muy mala gira (3-3) y jugarán el jueves contra los Suns, mientras los Warriors alargan su racha y se ponen con 35 victorias y seis derrotas.

Ambos equipos saben que son los grandes favoritos para llegar a la final de la NBA y esperan verse allí en junio en la que sería la tercera final consecutiva. Si ocurre, promete ser antológica.