Lo que se ha vivido hoy a las 2 de la madrugada quizá no era lo que el fan del baloncesto se esperaba: el duelo Lebron contra Antetokounmpo.

El griego no encontró ritmo de cara al aro en ningún momento del partido y, a pesar de haber dejado firmados buenos números en la tabla estadística (9 puntos, 7 rebotes, 8 asistencias, 1 tapón), su lenguaje corporal y, sobre todo, su acierto de cara al aro han estado por debajo de lo que tiene por costumbre hacer la estrella de Milwaukee: solo un 30% de acierto (4-13).

En frente, King James comenzó el partido apartando la vista de la canasta. En el primer tiempo solo lanzó 5 veces, teniendo algún tiro abierto que pudo haber aprovechado. A pesar de ello, acabó el partido con 24 puntos (tirando doce veces a canasta) , 10 rebotes y 6 asistencias,  además de un excelente acierto del 66.7% de cara al aro.

El acierto de los de Cleveland de cara al aro (50%) fue lo que decantó la balanza a favor de los locales, a pesar de una asfixiante defensa de los de Jason Kidd, que se encargó de reducir los tiros, sobre todo, del quinteto titular Cavalier. Esto permitió a los Bucks mantener el partido vivo. Aunque en algunos momentos pareciera que los Cavs hacían la goma, los Bucks se mantuvieron concentrados en ataque gracias a la excelente actuación del rookie Malcolm Brogdon: 20 puntos y 5 asistencias en 31 minutos de juego, en los que sacó al equipo de algunos atascos producidos por la defensa de dos contra uno que recibía Giannis al intentar penetrar a canasta.

De esa manera, los visitantes afrontaban el último cuarto con 4 puntos de desventaja y, a pesar del acierto de Derrick Williams (14 puntos, 7 rebotes en 27 minutos) y Kyle Korver (13 puntos). Pero, a falta de 4 minutos, Kyrie Irving (25 puntos, 4 rebotes, 9 asistencias y 2 robos) anotó dos canastas consecutivas que, ayudadas por un excelente tapón de Tristan Thompson, colocaron el marcador con un más once para los locales que acabaría siendo decisivo de cara al último minuto de juego, en el que el equipo de Milwaukee sufrió la falta de confianza de Antetokounmpo, que no supo contestar con puntos.