El pasado enfrentamiento entre Hawks y Celtics, que se saldó con victoria de los primeros en el feudo de Boston, tuvo como protagonista al pívot de Atlanta Dwight Howard. El motivo no fueron sus 17 puntos y 12 rebotes en 28 minutos de juego, sino su expulsión por doble falta técnica. Este hecho conllevó a que, tras el encuentro. Fuera el propio jugador el que se dirigió a los medios para pedir disculpas públicas a sus compañeros y aficionados. La sorpresa saltó cuando a posteriori la NBA comunicó que dicha expulsión no debió de materializarse.

El motivo que alegó la organización no es otro que el detonante de la segunda técnica. Tras realizar un mate, Howard permaneció colgado del aro, ganándose de esta manera una falta técnica absurda que a la postre le llevaría a la expulsión. Sin embargo, para la NBA este tipo de acción no es realmente merecedora de una sanción superior, por lo que no se debió proceder a la expulsión del jugador. La motivación de este razonamiento es que desde la propia liga consideran que no se pueden equiparar este tipo de infracción que suponen falta técnica (así como los tres segundos defensivos, por ejemplo) con otros de mayor gravedad como discusiones o provocaciones, que tienen un alto componente antideportivo. De esta manera, la primera técnica de Howard (un empujón a Horford tras una dura falta de éste) sí se debería contabilizar para la descalificación del jugador, no siendo así la segunda.

Con esta aclaración, la NBA pone la primera piedra para una reinterpretación de la normativa, que a toda vista es injusta. De buen seguro se distinguirá entre faltas técnicas de carácter antideportivo y las que no lo tienen, siendo las primeras las que acarreen la expulsión del infractor. De esta manera se conseguiría una mayor justicia, evitándose expulsiones por acciones absurdas.