25 de abril del 2015. Los Golden State Warriors vencían los New Orleans Pelicans por 109-98 y los dejaban fuera de los Playoffs. El equipo de Steve Kerr y su asistente Alvin Gentry luego se coronaría campeón de la NBA, mientras que la franquicia que ya contaba con Anthony Davis como jugador referencia tomaba una drástica decisión. Despedía a Monty Williams, el entrenador que había reconstruido la plantilla y los había devuelto a la postemporada, para ofrecerle el puesto al propio Gentry, que abandonaría a los de Oakland.

La temporada 2015-2016 pintaba esperanzadora para el equipo. Lograban mantener todas sus piezas en la agencia libre y se agregaban algunos jugadores valiosos para completar la banca y de una vez por todas competir por las primeras plazas del Oeste. Nada más lejano de la realidad. Un horrible comienzo (1-11) les pasaría factura y una mala dinámica, sumado a la ya tradicional maldición de lesiones que azota a los Pelicans (Anthony Davis, Eric Gordon, Tyreke Evans, Jrue Holiday o Ryan Anderson se perdieron al menos 15 partidos cada uno) hicieron que terminen con un récord de 30-53 y obteniendo la sexta elección del Draft 2016.

Con Gordon y Anderson fuera de la franquicia y con el novato Buddy Hield como principal novedad, esta temporada Gentry no pudo hacer que las cosas mejoren. Otro pésimo arranque (2-10) haría que corran de atrás en la lucha por los últimos boletos para Playoffs. Cuando parecían llegar en su mejor momento al All-Star celebrado en la ciudad, uno de los mayores traspasos de la NBA en los últimos tiempos los tenía como protagonistas. DeMarcus Cousins, uno de los mejores internos de la liga, llegaba a Luisiana para ayudar a Davis a alcanzar la postemporada una vez más. Pero tampoco funcionó hasta el momento, ya que el récord de 6-7 desde la llegada del díscolo pívot los ha dejado casi sin oportunidades.

Luego de dos temporadas por debajo de las expectativas, informan fuentes del Times Picayune que la gerencia del equipo está mirando con mucha atención el desempeño del entrenador y que no descartan un despido a final de campaña, si no levantan su nivel en lo que queda de competición. Gentry es blanco de numerosas críticas por parte de los aficionados, que se han expresado en el estadio pidiendo su dimisión y la contratación de alguien que pueda hacer explotar al potencial que atesora la franquicia en su roster.

Sin primera ronda del Draft, casi sin chances de postemporada, con Jrue Holiday siendo agente libre sin restricciones a final de temporada, DeMarcus Cousins apuntando al mercado la siguiente y el interrogante de quien será el responsable en el banquillo la próxima temporada, las cosas en Nueva Orleans no parecen del todo claras. Y el futuro de Alvin Gentry, tampoco.