Con una media de doce partidos por jugar esta campaña, once en el caso de los Rockets, hay dos jugadores que protagonizan la lucha por ser el MVP. Y es que, en detrimento de nombres como el de LeBron James o Kawhi Leonard, Russell Westbrook y James Harden llevan todo el año ocupando las portadas y acaparando las quinielas alrededor de la NBA.

Harden busca inclinar la balanza

El primero está promediando un Triple-Doble y ha conseguido 34 de ellos, ocupando la mejor segunda marca histórica. Por otro lado, la Barba ha conseguido 19 Triples-Dobles, superando los 40 puntos en siete de esos encuentros y rompiendo la marca de los 50 en dos. Si a eso se le suma el mejor balance del equipo y la mayor efectividad anotadora, no hay duda de que Harden no tiene absolutamente nada que envidiar a Westbrook y que la pelea está más ajustada que nunca.

James Harden lleva toda la temporada a un nivel espectacular, pero los últimos días están siendo una locura. La pasada semana, consiguió cuatro Triples-Dobles en los cuatro partidos que jugó, con una efectividad asombrosa. Además, se convirtió en el primer jugador en la historia en conseguir dos Triples-Dobles con 40 puntos de manera consecutiva. Lo dicho, una barbaridad.

Most Valuable Beard

Esta madrugada se ha quedado sin su Triple-Doble, ‘solamente’ consiguiendo 39 puntos, 11 asistencias, siete rebotes y cuatro robos. Con estas, de nuevo, increíbles estadísticas consiguió algo mucho más importante para él y su equipo, ganar el partido. Tras haberse llevado el partido por solo cuatro puntos ante los Nuggets el pasado sábado, volvían a enfrentarse ayer noche en un partido que acabó siendo aún más apretado.

Tras un tiro fallado por Harden, quedaban poco menos de 32 segundos, los Nuggets tenían el balón y ganaban en Houston por 123 a 124. Los Rockets estaban contra las cuerdas, pero aún podían ganar. El plan era hacer una gran defensa con tal de tener la oportunidad de ganar el partido en los últimos segundos. Como era se de esperar, los Nuggets intentaron agotar la posesión para dejar el menor tiempo posible a los Rockets pero el plan no salió como habían previsto. Estuvieron muy cerca de agotar la posesión, sí, pero fallaron su tiro.

Con un rebote atrapado por el propio James Harden, los locales tenían 6.9 segundos para buscar la victoria. ¿Tiempo muerto? No hace falta. Harden salió como una exhalación, corriendo de un lado al otro de la pista sin dudarlo. Él solito lo hizo todo. Superó a toda la defensa de los Nuggets, pasando entre ellos como si de monigotes o conos se tratase y anotó la bandeja que les daba la ventaja. A falta de 2.4 segundos, los Rockets ganaban por un punto, pero los Nuggets aún tenían una opción.

Los visitantes sacaban desde medio campo, después de haber pedido un tiempo muerto. Nikola Jokic, su pívot pero mejor pasador, sacaba de banda con tiempo suficiente para buscar un jugador abierto que pudiese lanzar en buenas condiciones. Para sorpresa de todos, los Nuggets buscaron un balón alto, intentando un alley-oop desde la banda pero algo salió mal. Ahí estaba Harden para evitarlo, desviando el balón y consiguiendo un robo vital para la victoria.

La actuación de Harden no se limitó solo a la canasta que les dio la victoria, ni mucho menos. Su gran línea estadística se vio culminada en los últimos 32 segundos en los que consiguió un rebote vital, la canasta de la victoria y un robo crucial. De esta manera, la Barba ganaba el partido para su equipo, demostrando, otra noche más, ser merecedor de cualquier galardón.