Corría el uno de marzo cuando Justin Jackson, a las 7 de la mañana del primer día del mes más importante del baloncesto universitario, viajaba hasta Greenville a ver a su novia (Brooke Copeland). Con la idea de viajar de vuelta al acabar la mañana, un diluvio le obligó a esperar hasta las 8 de la tarde. Justo antes de hacer el viaje de más de tres horas en coche, recibió un mensaje de su compañero Kennedy Meeks (pívot): “¿Vas a ir a tirar?”. Jackson respondió que iba de camino.
Tras 380 kilómetros, llegó a Chapel Hill a medianoche, donde Meeks y el base senior Nate Britt estaban esperando. Justin lanzó tiros hasta las una y media de la madrugada, a pesar de tener que estar despierto a las 8 de la mañana para asistir a las clases. “La mayoría de personas dirían ‘está bien, soy bueno”, dijo Jackson (18 puntos por partido) al ser preguntado por su sesión de tiro a pesar del largo viaje. “Estaba un poco cansado, pero mientras tiraba, no lo estaba tanto, porque quería intentar mejorar”.
De esa manera comenzaba para él el mes decisivo. O dicho de otra forma, acababa lo que comenzó en verano tras el combine del draft de la NBA: pasar de 193 libras (87.5 kgs) a 210 (95.2 kgs) antes de que empezase la temporada. Para ello comenzaba entrenamientos a las 7 a.m. con pesas, para después pasar a dos sesiones de tiro (donde tenía que meter 8 de 10 tiros para pasar a la siguiente zona) a lo largo de la mañana. La última, es decir, la tercera, estaba programada a las 20:30, cuando se reunía con sus amigos Luke Maye (alero) y Chase Bengel (manager jefe) y centraban sus lanzamientos en lo que más difícil había sido de las sesiones matinales. Como broche, los 3 cenaban a las 10, cuando comenzaba la oferta de pizza por $3.
La consecuencia de ese verano está patente: 4.8% más de acierto; 2.3 puntos más de rating ofensivo; un 7/12 en tiros cuando quedan menos de 4 segundos en el reloj de tiro; nivel All-American. Cuando Jackson no encesta, los Tar Heels tienen un seguro en la pintura con nombre y apellidos: Kennedy Meeks (sí, el del mensaje). El interior genera 5.3 posesiones tras bote cada 40 minutos, el máximo de todos los jugadores que han participado en el torneo.
Enfrente estarán los perros de presa defensivos de Butler, con uno de los mejores perímetros en el torneo, gracias a Kethan Savage y Kamar Baldwin que vienen de dejar a Giddy Potts (Middle Tennessee) en cero puntos en la segunda ronda.