Con la primera plaza del Oeste todavía en disputa, San Antonio Spurs (57-17) y Golden State Warriors (61-14) volvían a medirse tras hacerlo hace apenas unas semanas. En aquella ocasión se impusieron los de Gregg Popovich con claridad (107-85), aunque fue en unas circunstancias un tanto especiales.
Y es que en dicho encuentro ambos equipos dieron descanso a varios de sus mejores jugadores. Por parte de los de Oakland, más allá del lesionado Durant, no jugaron ni Curry ni Thompson ni Green. Mientras que los texanos reservaron a Leonard, Aldridge y Parker.
Por tanto, iba a ser en este partido cuando por fin iban a medir fuerzas antes de adentrarse en los playoffs. Dos candidatos al anillo que en la temporada pasada no lograron el ansiado objetivo: unos cayeron prontamente en semifinales de Conferencia, y otros desperdiciaron un 3-1 en las Finales por el título.
Así, con estos alicientes, el choque prometía y no defraudó. En un principio los dominadores fueron los Spurs, que no tuvieron dificultad alguna para arrasar en el primer cuarto (33-17), donde empezaron con un parcial de 15-0 culminado por un triple de Danny Green.
Habían pasado cuatro minutos y solo un triple de Stephen Curry (29 pts, 11 ast) iba a romper la mala dinámica de su equipo. Los texanos se marchaban cada vez más, hasta tal punto que la ventaja fue de +22, momento en el que LaMarcus Aldridge encestaba de tres.
Pero todo cambió con el segundo parcial. Tal vez fue la canasta de Andre Iguodala prácticamente at the buzzer en el periodo anterior o la unidad de este grupo de jugadores, pero lo cierto es que los Warriors resucitaron.
La reacción no fue inmediata, ni siquiera con Iguodala y West, que se combinaron para 29 puntos desde el banquillo. Y es que en ese aspecto los de San Antonio no se quedaron atrás, especialmente con Pau Gasol (18 pts, 8 reb, 5 ast), que fue el mejor socio de Kawhi Leonard (19 pts, 7 reb, 5 ast).
Pero la dinámica ya no era la misma y, a falta de 3:29 para llegar al descanso, Shaun Livingston ponía el empate a 45. De repente, el partido se había reiniciado, aunque con los pupilos de Popovich todavía por delante tras el transcurso de la primera parte (57-54).
No estaba siendo el mejor día de Draymond Green en ataque, aunque sí que estaba mermando a los rivales con su asfixiante defensa. Junto a él, Klay Thompson (23 pts) volvió a lucirse como apoyo más destacado para un Curry desatado. Todo esto, recordemos, mientras aguardan la vuelta de Kevin Durant, única baja que lamentar en este encuentro.
Tras la reanudación, el protagonismo se vistió de Splash Brothers. Los triples volvieron a entrar y los Warriors acabaron con un 13/26 (50%) en ese aspecto. Los de Steve Kerr estaban en su salsa y se adjudicaron un parcial de 8-0 para abrir el tercer cuarto.
Ya estaban por delante y así se plantaron en los 12 últimos minutos (77-84). Nada parecía hacer reaccionar a los Spurs. No se puede decir que no lo intentaran, de hecho nunca estuvieron fuera de la batalla por el triunfo, pero es agotador acercase al rival y ver como este vuelve a meterte una pequeña estocada para dejarte al borde del K.O.
Además, en los instantes decisivos emergió la figura de David West (15 pts, 4 reb, 5 ast), que se encargó de cerrar el triunfo con un triple a falta de 52 segundos que dejaba el 96-110. De esta manera, los de Oakland dejan prácticamente sentenciada la primera plaza del Oeste, donde ya gozan de una ventaja de 3'5 partidos.
MVP del partido: A falta de KD bueno es Stephen Curry. El dos veces MVP puede que no esté cuajando su mejor temporada, pero tampoco se puede decir que su año no sea de gran nivel. En esta ocasión resaltó para remontar 22 puntos en casa de los Spurs, donde firmó estos números: 29 puntos, 3 rebotes, 11 asistencias y 1 robo.