Los playoffs están a la vuelta de la esquina y Oklahoma City, aunque va a clasificarse sin problemas para la postemporada, deberá mejorar mucho si quiere plantarle cara a su hipotético rival, que parece que será Houston Rockets.

Pues en el último partido, los hombres de Billy Donovan consiguieron ganar un partido que tenían prácticamente perdido y no fue gracias a un aluvión de puntos de su estrella Russell Westbrook, que también, sino sobre todo, a una mejoría defensiva que tuvo mucho que ver con la participación de Jerami Grant y Taj Gibson al mismo tiempo sobre el parqué.

Sin pívots defienden mejor

Desde el principio de la temporada, la rotación de los Thunder estaba programada para que siempre hubiera un pívot en cancha, ya fuera Steven Adams o Enes Kanter. Sin embargo, el nivel de ambos jugadores no está siendo el esperado.

El caso del neozelandés es más sangrante porque ha perdido intimidación en defensa y aportación ofensiva. Y ambos jugadores sufrían mucho cuando los rivales hacían ‘pick n roll’ y eso provoca cambios en el marcaje. Estos dos pívots eran incapaces de defender a los jugadores bajitos, pero eso ha cambiado con Grant y Gibson.

Los dos ala-pívots del equipo han demostrado que se compenetran muy bien en defensa y son capaces de defender a los bases cuando hay intercambios en el marcaje.

Esto puede ser una gran solución para la eliminatoria de playoffs contra Houston. El equipo de James Harden vuelca su juego por completo al tiro exterior y ese arma puede ser neutralizado con estos dos jugadores en la pintura. El juego interior de equipo texano es muy secundario y Oklahoma debe centrarse en defender bien a James Harden, Louis Williams, Eric Gordon y Trevor Ariza.

Por lo tanto, el quinteto formado por Westbrook, Oladipo, Roberson, Grant y Gibson parece ser la solución para que los Thunder tengan opciones en el playoff.