Después de lograr la victoria y tomar aire en el tercer partido (115-113), los Oklahoma City Thunder recibían de nuevo a los Houston Rockets. Para la ocasión iban a contar, como no, con uno de los pabellones más ruidosos de la NBA, el Chesapeake Energy Arena, que se iba a hacer notar con tal de lograr el 2-2.

El ambiente en OKC estaba sobradamente a la altura de estos playoffs. Pero más allá de eso, estaba a la altura de una serie protagonizada por los dos máximos aspirantes al MVP de la temporada: Russell Westbrook y James Harden. El espectáculo estaba servido.

Un combate de poder a poder entre dos bestias y dos equipos completamente distintos. La finura y la eficacia desde el perímetro de The Beard y sus Rockets contra el poderío físico y la rabia de Russ y sus Thunder. Un auténtico choque de estilos.

La Thunder Nation nunca falla | Foto: Twitter NBA
La Thunder Nation nunca falla | Foto: Twitter NBA

Jugar en casa siempre ayuda, y eso lo notaron desde un principio los pupilos de Billy Donovan. Supieron imponerse en los primeros compases del encuentro con Steven Adams (18 pts, siete reb, tres tap) apoyando una nueva brutalidad de la bestia. Los de Oklahoma estaban cómodos mientras los de Houston sobrevivían gracias a sus secundarios, puesto que Harden no estaba teniendo su mejor noche.

Así las cosas, el primer cuarto cerró con un 26-22. Una ventaja que se mantuvo a lo largo del segundo parcial (58-54), al final del que Russell Westbrook iba a escribir un pedacito más de historia. Con 17 puntos, diez rebotes y diez asistencias, firmó un nuevo triple-doble antes del descanso, el tercero consecutivo en la serie, algo que no sucedía desde Wilt Chamberlain en la década de los 60.

OKC rugía junto a su estrella. Mientras, James Harden apenas había aparecido (seis+tres+tres). Por suerte para él, los Rockets seguían en el partido gracias a un Nene Hilario (28 pts, diez reb) sorprendente. No obstante, muchas pérdidas entre los de Mike D'Antoni, que no terminaban de encontrar su juego.

Otra noche histórica para Russell Westbrook | Foto: NBA.com/thunder vía Getty Images
Otra noche histórica para Russell Westbrook | Foto: NBA.com/thunder vía Getty Images

Pero tras la reanudación la cosa se desmadró. Los Thunder barrieron durante el inicio de tercer cuarto, colocándose 12 arriba (70-58). Sin embargo, un tiempo muerto del gran favorito al Coach of the Year recondujo la situación para los suyos.

De repente Westbrook se atascó. Tiros en suspensión que se quedaban cortos, fragilidad defensiva del equipo y parcial en contra de 10-0. Sin embargo, lograron superar el mal momento y conservaron el liderazgo en el marcador (77-73).

Ambos equipos estaban siendo irregulares justo en el momento en el que se alcanzaba el último periodo. Todo estaba por decidir y la eliminatoria podía cambiar en cuestión de instantes: igualarse o volver a Houston con un claro y contundente 3-1.

El banquillo de los Rockets produjo 64 puntos entre tres jugadores | Foto: Twitter Rockets
El banquillo de los Rockets produjo 64 puntos entre tres jugadores | Foto: Twitter Rockets

Pero lo segundo pintaba complicado mientras Harden no apareciera. Por suerte por ahí estaban Trevor Ariza (14 pts, cinco reb) y Lou Williams (18 pts, siete reb), que con un 2+1 daba la vuelta al resultado (82-79). Victor Oladipo estaba apareciendo para los Thunder, pero su contribución resultaba insuficiente ante el fondo de armario rival.

Entonces resurgió el MVP local. Con un triple puso el 84-84 y, posteriormente, asistió a Jerami Grant para que este machacara el aro. Restaban menos de nueve minutos y estaba todo muy abierto, pero en OKC volvían a encontrar sentido a su lema: Rise and Roar.

Pero ni por esas. El ataque no era fluido y, para colmo, los Rockets pusieron en práctica el hack-a-Roberson. Un agujero negro que iba a sacar del partido al máximo responsable del mal partido de James Harden (16 pts, siete reb, ocho ast, siete pér).

Roberson frenó en seco a Harden | Foto: NBA.com/thunder vía Getty Images
Roberson frenó en seco a Harden | Foto: NBA.com/thunder vía Getty Images

En consecuencia Billy Donovan introdujo en su lugar a Grant. Así, se puso fin a los constantes tiros libres a la vez que el encuentro se adentraba en los últimos 60 segundos, momento en el que mandaban los visitantes (103-106).

A continuación, a falta de 41'8 segundos, Harden encestó un precioso step-back a pesar de estar bien defendido. Los de OKC estaban cinco abajo y el panorama pintaba muy negro. Westbrook lo iba a intentar por dos ocasiones en triples muy forzados, donde trató de buscar la falta más que anotar.

Pero robaron el balón en la siguiente posesión y Adams fue objeto de falta. Encestó el primer tiro libre y, como no, falló el segundo para coger el rebote y dársela al héroe, que iba a lograr el triple para levantar a toda la afición (107-108).

Los Rockets ganaron sin el mejor Harden | Foto: NBA.com/rockets vía Getty Images
Los Rockets ganaron sin el mejor Harden | Foto: NBA.com/rockets vía Getty Images

Y en la siguiente jugada todo se vino abajo. No tan solo no hicieron una falta rápida, sino que concedieron un 2+1 ridículo a Nene, que completó su gran noche. En consecuencia, Westbrook lo intentó de tres para fallar, aunque por ahí apareció Abrines para palmear el rebote (109-111).

Posteriormente vino la polémica. Con los Thunder presionando el saque de fondo, el español estaba encima de Harden para que este no recibiera, pero el de los Rockets se deshizo de la defensa con un empujón que se debió señalar como falta.

Sin embargo, la jugada continuó con The Beard apunto de perder la bola, pero esta cayó en las manos de Eric Gordon (18 pts, ocho reb), que cerró el triunfo desde la línea de personal. La eliminatoria vuelve a Houston con 3-1 y la oportunidad para sentenciar en casa.

MVP del partido: temporada muy meritoria y partidazo de escándalo. Nene Hilaro ha encontrado su sitio y la mejor prueba es su gran actuación, que mantuvo constantemente a los suyos con opciones para el 3-1. Sus números: 28 puntos (12/12 TC), diez rebotes, un asistencia y un robo.