Domingo, 23 de abril, 7:00 PM (hora española): los Cleveland Cavaliers de LeBron James despachan por 4-0 a los Indiana Pacers en primera ronda de playoffs tras un colosal partido del 23 (33 puntos+10 rebotes+4 asistencias+4 robos+2 tapones, con un 52% en tiros de campo) y una inmaculada serie en la que ha promediado 32.7 puntos, 9.7 rebotes y 9 asistencias por partido.

Martes, 25 de abril, 4:30 AM (hora española): los Golden State Warriors de Stephen Curry (y Kevin Durant) despachan por 4-0 a los Portland Trail Blazers en primera ronda de playoffs tras un colosal partido del 30 (37 puntos+7 rebotes+8 asistencias, incluidos 7 triples) y una inmaculada serie en la que ha promediado 29.7 puntos por partido.

Los paralelismos son evidentes, si bien en el caso de LeBron los números son mejores, ya que casi toda la responsabilidad del equipo recae sobre sus hombros. Mientras tanto, Curry puede permitirse el lujo de cederle espacio ofensivo a Klay Thompson y, sobre todo, a Kevin Durant (la bestia anotadora por excelencia). Lo que realmente llama la atención es el subidón estadístico que han pegado estos dos jugadores respecto a la Regular Season; el de LeBron es de sobra conocido, los playoffs son su territorio, pasando de promediar 26 puntos por partido a casi 33; mientras que Curry ha pasado de 25 por partido a casi 30. He aquí la novedad, Stephen ha invertido la tendencia del año pasado, en el que se empequeñeció en playoffs (pasó de promediar 30.1 PPG en RS a 25.1 en PO). Llama la atención que el año en el que los Warriors se proclamaron campeones, 2015, Stephen pasó de promediar 23.8 PPG en RS a 28.2 en PO.

LeBron James defendido por Stephen Curry | Foto: AP
LeBron James defendido por Stephen Curry | Foto: AP

¿Significa esto que Curry ha aprendido del error? Si bien los 29.7 PPG de estos playoffs resultan de una media de tan solo cuatro partidos, todo corresponde a un plan; podemos decir que Curry ha adquirido la inercia competitiva propia de LeBron, a saber, ha preferido por así decirlo ‘reducir’ su rendimiento durante la temporada regular para reservarse y estar a tope en la fase decisiva. Aquí intervienen tres factores: la ausencia de un récord a batir (la presión durante la última temporada por destronar a los Bulls de Jordan le llevó a jugar todos los minutos), el aprender de los errores (directamente relacionado con el anterior, el desgaste físico derivado de haber batido el récord se pagó caro en las finales, este error no se ha cometido este año) y la baza de Kevin Durant (Curry ya no necesita anotar tanto como antes, no necesita jugar tanto, tiene a Durant cubriéndole las espaldas).

Esta vez Curry no ha entrado en las quinielas del MVP ni en las del primer quinteto de la temporada, más por su discreto inicio de temporada que por su final (en el que adquirió mayor peso ofensivo por la lesión de Durant); qué mejor escenario para ¿reivindicarse? que en los playoffs, donde su calidad fue puesta en tela de juicio el año pasado tras unas mediocres finales, famosas por haber desperdiciado una ventaja de 3-1 cuando aquella parecía abocada a ser la temporada perfecta (anillo más récord de 73-9). LeBron mientras tanto es un jugador que siempre está ahí, la máquina perfecta de baloncesto, no necesita más reivindicaciones después de cumplir su promesa de llevar el anillo a Ohio.

La situación de los equipos de ambos durante los últimos meses de competición ha sido bien distinta; los Cavs perdieron el #1 del este en favor de los Boston Celtics, aún habiendo hecho LeBron un final de temporada apoteósico (salvando al equipo de hundirse en la clasificación), ha estado poco acompañado (y ha tenido que poner el chip de los playoffs antes de que llegaran). Mientras tanto los Warriors han vivido más plácidos, un equipo de récord, que juega de cabeza y en el que se practica un baloncesto muy entretenido; con el #1 del oeste dado por sentado incluso antes de que se iniciara la temporada.

LeBron y Curry de espaldas, pensativos | Foto: Melty
LeBron y Curry de espaldas, pensativos | Foto: Melty

Realmente, ¿hay algún otro candidato para el título que no sea ninguno de estos dos superquipos? No podemos imaginarnos otra respuesta que no sea no. Parece que Curry no quiere incurrir dos veces en el mismo error, el de firmar una temporada de récord para que luego el desgaste físico impida conseguir la guinda, el anillo, mientras que LeBron ya no juega para ganar el MVP, juega para ganar el título y así ha sido durante los últimos años, ahora se halla en disposición de llegar a sus ¡ojo al dato! séptimas finales consecutivas. Las tornas han cambiado, la responsabilidad de ganar el anillo ha pasado a los californianos después del batacazo del año pasado.

Visto lo visto, LeBron y Curry han destapado el tarro de las esencias, se están erigiendo como los grandes dominadores de estos playoffs y todo parece estar destinado a que se repita por tercer año consecutivo su enfrentamiento en las finales, un enfrentamiento que pasará a la historia.