La eliminatoria entre Celtics y Wizards está siendo un claro ejemplo de la importancia de jugar como local. Después de que cada equipo ganase sus respectivos dos primeros partidos en casa, la serie volvía al Garden para el quinto encuentro.

Ahí ha sido donde los Celtics han vuelto a demostrar por qué quedaron primeros durante la liga regular y han aniquilado a los Wizards esta madrugada. Gracias a un marcador de 101-123, los Celtics se han hecho con una victoria (de nuevo como locales) que les sitúa 3-2 y les da la oportunidad de cerrar la eliminatoria de aquí a dos días en la capital estadounidense.

Dominio verde

Pese a que el partido comenzó con cuatro puntos rápidos para los Wizards, los de la capital no sabían la que les iba a venir encima. Los Celtics empezaron a demostrar una defensa muy intensa a la par qu segura. Cerraron la zona a cal y canto y se pusieron a defender cada penetración como si no hubiese un mañana. Los de Boston frenaban a los visitantes jugada tras jugada y salían a la contra como verdaderos relámpagos, lo cual les permitió realizar un increíble parcial de 16-0.

La grandísima defensa en la pintura que estaban realizando los Celtics les permitía capturar rebotes con relativa facilidad y crear contras demoledoras, contra las cuales los Wizards no podían hacer nada. Y es que la mayor parte de los puntos conseguidos de los locales nacían de esa grandísima defensa.

Gracias a ese gran parcial, consiguieron una ventaja de 12 puntos que, a posteriori, sería clave para el desenlace del partido. Se sintieron muy cómodos desde aquel momento y lo único que tuvieron que hacer a partir de entonces fue intentar mantener la distancia en el marcador. Mientras siguiesen atentos y luchasen como hasta entonces, seguirían por delante.

Un luchador nato fue, precisamente, el dominador de la primera mitad del encuentro. Con un Thomas más generoso que de costumbre (cinco puntos y seis asistencias en los primeros 24 minutos), Avery Bradley tomó las riendas. Protagonizó una primera parte para enmarcar y se marchó a los vestuarios con 25 puntos y cinco rebotes, además de un 76.9% de acierto en tiros de campo y 80% en triples.

Los Wizards intentaron mantenerse en el marcador y John Wall fue, de nuevo, el encargado de liderarlos. Anotó 14 puntos en la primera mitad (12 en el segundo cuarto) pero se mostró errático en el tiro (41.7%). Sin embargo, todo el equipo tenía problemas en ese aspecto y todo era debido a la defensa de los hombres de Stevens.

Al terminar los primeros 24 minutos, los Celtics se marcharon al descanso con una ventaja de 51-67. Tras la racha inicial, la distancia en el marcador fue creciendo poco a poco, manteniéndose prácticamente constante. Pese a eso, los Celtics parecían dominar el partido en su totalidad y no parecían tener prisa por marcharse, aún más, en el marcador.

No más que un trámite

La segunda mitad comenzó con unos Wizards que saltaron al parqué sabiendo que debían hacer algo y se les acababa el tiempo. Fueron capaces de cambiar de mentalidad tras el descanso y cambiaron su estilo de juego. En lugar de hacer penetraciones y chocarse contra un muro, intentaron mover el balón mucho más y obligar a los defensas a moverse.

Su plan pareció funcionar en los primeros minutos, durante los cuales realizaron un pequeño intento de remontada… Pero las cosas no tardaron en cambiar. Los Celtics respondieron gracias a un grandísimo Al Horford que volvió a demostrar su gran visión y habilidad en la cancha.

El dominicano, con ocho puntos, tres rebotes y tres asistencias en el tercer periodo, fue el encargado de acabar con cualquier pequeña sangría que hubiesen llegado a intuir los Celtics. La diferencia en el marcador volvía a crecer al final del tercer cuarto y, con 17 puntos entre ambos equipos, el tiempo jugaba en contra de los Wizards.

Llegaba el último cuarto y, con él, los 12 últimos minutos del partido. Pese a que ya lo veían muy negro, los Wizards intentaban conservar algo de esperanza. Para su desgracia, los locales se encargarían de acabar con cualquier opción en cuestión de minutos.

Con un parcial de 11-2 nada más comenzar el cuarto, los locales se fueron a los 26 puntos de ventaja y finiquitaron el partido por la puerta rápida. A falta de seis minutos, ambos entrenadores dieron el partido por terminado y dieron descanso a sus mejores jugadores, dejando que el encuentro llegase a su fin con un marcador de 101-123.

Claves del partido

Tras la extrema superioridad que habían mostrado los equipos locales en cada uno de los primeros cuatro partidos, se esperaba algo diferente del quinto encuentro. Afortunadamente para unos y lamentablemente para otros, la historia se repitió.

Gracias a una defensa asfixiante, con la cual los Celtics cerraron la pintura a cal y canto, los locales se escaparon en el primer cuarto y no dejaron de mirar a los Wizards por el retrovisor en ningún momento. A partir de ese momento solo tuvieron que dedicarse a mantener su ventaja y aumentarla gracias a pequeñas pero sólidas rachas.

Clave fue también su movimiento de balón, que les permitió conseguir mejores situaciones de tiro y una mayor efectividad. Los Celtics fueron capaces de anotar un 52.9% de sus tiros; una cifra aún más espectacular si se compara con el mediocre 38.5% de los Wizards. Más de lo mismo sucedió con el acierto en triples, donde el acierto de los verdes (48.5%) duplicó al de los visitantes (24.1%).

No es baladí que los Celtics diesen 33 asistencias y los Wizards solo 21, ya que el movimiento de balón y defensa de ambos equipos fueron polos opuestos. Los de Washington no eran capaces de conseguir ningún tiro sencillo y sufrían en cada jugada de ataque, mientras los locales encontraban buenas situaciones de tiro en cada posesión.

En el aspecto personal, no cabe duda de que Avery Bradley fue el hombre del partido. Sus 29 puntos y seis rebotes dejaron claro que es mucho más que un defensor y le permitieron ser la gran estrella del partido. Al Horford fue, seguramente, el segundo jugador más determinante de los Celtics, con 19 puntos, seis rebotes, siete asistencias y tres tapones.

Ambos, además, consiguieron firmar magníficas actuaciones en cuanto a efectividad. Mientras el escolta conseguía un 63.2% de acierto en tiros de campo y 57.1% en triples, el dominicano terminaba el encuentro anotando el 88.9% de sus lanzamientos y un 75% de sus triples.

Algo más flojo de lo habitual estuvo Isaiah Thomas en la faceta anotadora, con 18 puntos y un 38.5% de acierto. Sin embargo, fue capaz de controlar el partido a la perfección y mover el balón como pocos saben, consiguiendo nueve asistencias.

Por parte de los Wizards, el mejor volvió a ser John Wall, con 21 puntos. Pese a eso, el base se encontró muy lejos de su mejor nivel, algo que queda patente con sus pobres cuatro asistencias. Un base como él está acostumbrado a orquestar al equipo en todo momento y queda más que claro que no fue capaz de hacerlo.

Bradley Beal intentó acompañarle en cuanto a anotación se refiere, con 16 puntos, pero su pobre acierto (36.8% en tiros de campo) le dejó lejos de firmar una buena actuación. Otto Porter Jr., gracias a su envergadura, y Kelly Oubre Jr., gracias a su intensidad, se mostraron como los dos únicos jugadores capaces de crear superioridad y consiguieron 13 puntos cada uno. Visto lo visto, sus actuaciones en el sexto partido pueden ser claves para la eliminatoria.

Con cinco partidos ya en los libros de historia y un marcador de 3-2 a favor de los Celtics, la eliminatoria vuelve a Washington, donde se disputará el sexto encuentro. Por primera vez, uno de los equipos puede cerrar la eliminatoria y no cabe duda de que los hombres de Brad Stevens intentarán conseguirlo con todas sus armas. Habrá que ver, entonces, si continúa la hegemonía de los equipos locales y los Wizards consiguen alargar la serie o si los de Boston la finiquitan en la capital estadounidense.