Hace prácticamente catorce años desde que los Cleveland Cavaliers escogieron a LeBron James en el Draft de 2003. Catorce años desde que aterrizó en la liga uno de los jugadores más dominadores de los últimos tiempos. Desde entonces, la NBA y el mundo entero no han hecho más que vivir bajo el reinado de LeBron.

Algo habitual en el deporte es la incapacidad de los aficionados de disfrutar y valorar lo que tienen delante. Siempre hay algún pero. A veces los fantasmas provienen del pasado. “Sí, pero Jordan era más decisivo. Sí, pero LeBron ha perdido cuatro Finales.” Y en otras ocasiones, se buscan sustitutos antes de necesitarlos. “LeBron ya no es el que era. Ya no es tan explosivo. Su era está acabando.”

Si a algo está acostumbrado James es a que duden de él. A que su trabajo siempre esté puesto en entredicho. Tal vez el hecho de haber tenido que luchar toda su carrera debería agotarle, pero solo hace que sepa lidiar con ello y que pueda soportar cargas que otros no podrían imaginar.

Historia viviente

LeBron lleva 14 campañas en la NBA y ha conseguido disputar los playoffs en 12 de estas temporadas. Por si fuese poco, ha llegado a las Finales en siete ocasiones, seis de ellas consecutivas, y está luchando por llegar a la octava. Hace falta pararse unos segundos para digerirlo.

Llegó a la liga en 2003, aterrizando en unos Cavaliers que venían de ser el peor equipo de la liga. Su impacto fue inmediato pero, pese a que cada temporada mejoraban algo sus registros, no fueron capaces de entrar en playoffs hasta su tercera campaña en el equipo.

Aunque se pasó dos años fuera de las postemporada, LeBron ha llegado siempre tan lejos que sus registros ya son prácticamente legendarios. Con 207 partidos disputados en playoffs, se encuentra en la décima posición histórica. Partidos en los que ha llegado a jugar 8.722 minutos, lo que le coloca tercero en esta clasificación y deja más que claro su carácter competitivo.

Más allá de los partidos y minutos que ha disputado, la verdadera locura es lo que ha conseguido en ellos. Sus 5.847 puntos le dejan segundo a solamente 140 de Michael Jordan, líder indiscutible de la clasificación. Pero LeBron no es solo un anotador, es un todoterreno. Tercero en asistencias, séptimo en rebotes, tercero en robos, y vigesimoprimero en tapones (su estadística más floja), se encuentra en una posición excepcional para acabar en lo más alto en la mayoría de ellas.

Todas las estadísticas están tomadas el 13 de mayo de 2017, entre las Semifinales de Conferencia y las Finales de Conferencia de 2017.

LeBron James volvió a Cleveland para devolver a su ciudad natal a lo más alto. | Fotografía: Nike
LeBron James volvió a Cleveland para devolver a su ciudad natal a lo más alto. | Fotografía: Nike

No ha hecho más que empezar

Sí, LeBron James tiene 32 años y ya no es ningún jovenzuelo. Pero es una locura pensar que va a parar en el futuro próximo. Pocas personas en la historia de la liga han tenido un físico como el suyo, obra de la genética y de una preparación extraordinaria.

Sus 207 partidos disputados en playoffs, equivalen, aproximadamente, a 2.8 temporadas NBA. Pero los playoffs no son partidos normales. Los playoffs son una época donde jugadores y equipos dejan todo lo que tienen en el parqué. LeBron James, como pocos jugadores en la historia, se ve forzado hasta el límite año tras año.

Lo que supondría una enorme carga para otros jugadores, parece algo normal para LeBron. Y es que, en los últimos años, se han intentado buscar sustitutos para James. Ya fuese Curry, Durant, Kawhi… En la liga hay un afán por destronar al Rey, que ya es demasiado mayor para esto.

Algunos se las han arreglado para vislumbrar un bajón en el jugador de los Cavaliers en los últimos años. Sin embargo, en su decimocuarta temporada, James se ha vuelto a encargar de demostrarles que se equivocan. Puede que haya dado un paso al lado en algunas facetas de su juego, pero James sigue siendo tan temible como siempre.

Desde que volvió a Cleveland en 2014, sus números disminuyeron en gran medida, sobre todo en el apartado anotador. Sin embargo, James ha seguido siendo el mismo. Contra todo pronóstico, ha firmado en esta temporada, sus mejores registros tanto en asistencias como en rebotes por partido. Algo que no está nada mal para un jugador que, para algunos, ya se aleja de su mejor nivel.

Cuestión de legado

LeBron lo tiene claro. Es el mejor jugador de la liga y todo el mundo lo sabe. Su legado no se va a decidir en la liga regular. Ni con sus MVPs. Podría ganarlo cada año si se lo propusiese, pero no es eso lo que busca. No. Ya tiene suficientes. Lo que él busca se gana en junio y vuelve a ir a por todas.

Puede analizarse la temporada regular todo lo que se quiera, pero nunca servirá para medir el verdadero nivel de LeBron James. Un jugador como él lo ha visto todo en esta liga y sabe que, a estas alturas, lo importante es llegar fresco y listo a los playoffs.

Lo que busca, y ha buscado siempre, es acabar siendo el mejor jugador de la historia y sabe lo que tiene que hacer para conseguirlo. Poco a poco, va siendo más y más difícil negar su grandeza y parece que cada vez está más cerca de un tal Michael Jordan. Tal vez algunos hayáis oído hablar de él.

Con galardones para dar y regalar, lo único que parece separarle de Air Jordan son los anillos de campeón. En una época en lo que solo parece importar eso, la NBA se plaga de ‘súper equipos’ y LeBron, por su parte, se reserva hasta abril. Tan simple como esto.

James reserva su mejor juego para cuando realmente importa. | Fotografía: Jerome Miron / USA TODAY
James reserva su mejor juego para cuando realmente importa. | Fotografía: Jerome Miron / USA TODAY

Un animal de playoffs

La temporada regular no es más que una preparación para LeBron. Un trámite hasta que comienzan los playoffs. Lo han podido comprobar este año, de momento, los Pacers y los Raptors, que han sufrido en sus carnes lo que es enfrentarse a él en esta época del año. ¿El resultado? Ocho victorias en ocho partidos para James y sus Cavs.

Algunos recordarán lo que ocurrió la temporada pasada, cuando los Cavaliers remontaron un 3-1 en contra los Warriors del 73-9 en las Finales y llevaron a cabo una de las mayores hazañas de la historia del deporte. Por si eliminar a uno de los mejores equipos de todos los tiempos no fuese suficiente, James tuvo  que hacerlo a su manera. En aquellas Finales, LeBron dominó todos y cada uno de los aspectos del juego, liderando a ambos equipos en todas las estadísticas principales.

Pero hubo un momento clave, un momento que cambió el curso de la historia. Fue tras el cuarto partido y con un marcador de 3-1 a favor de los Warriors, cuando Draymond Green fue sancionado y Klay Thompson creyó tener una buena idea al decir que “habían herido los sentimientos de LeBron.”

Ahora, con un poco de perspectiva, las declaraciones de Klay parecen una de las peores decisiones que pudo haber tomado. Y no solo para sus Warriors, que acabaron claudicando ante el Rey, sino para toda la NBA.

Desde aquel momento, LeBron ha ganado los 11 partidos que ha disputado en los playoffs, promediando 34.9 puntos, 9.7 asistencias y 7.8 rebotes por partido, además de conseguir un 54% de acierto en tiros de campo. Poco más que añadir. Los aficionados de los Cavaliers no pueden hacer nada que no sea agradecer a Thompson que despertase a la bestia.

El cancerbero de las Finales

Con seis Finales consecutivas en su haber, no es ninguna locura decir que todo aquel equipo de la Conferencia Este que quiera luchar por el anillo, tiene que derrotar antes a LeBron James.

En estos playoffs, en los que ha seguido arrasando allá por donde ha pasado, no ha hecho más que mejorar. Tras acabar con los Pacers en cuatro partidos, los Cavaliers se encontraban con los Raptors, un equipo con 51 victorias (las mismas que los de Ohio) que debía ponerlos en más apuros.

Sin embargo, el resultado no pudo estar más lejos de lo esperado. Con un margen de más de 15 puntos por partido, los Cavaliers volvieron a arrasar a sus rivales y los eliminaron en cuatro encuentros. LeBron, por su parte, continuó jugando a un nivel estratosférico y engullendo la moral de los Raptors.

James aniquiló a unos Raptors que parecieron derrotados desde el primer momento. | Fotografía: Ernest Doroszuk / Toronto Sun
James aniquiló a unos Raptors que parecieron derrotados desde el primer momento. | Fotografía: Ernest Doroszuk / Toronto Sun

Nadie ha sido capaz de mostrar mejor la superioridad de James que sus rivales en segunda ronda. Durante la serie, DeMar DeRozan llegó a ofrecer 100 dólares a quien supiera parar a LeBron, hecho que dejó más que patente su frustración e hizo que algunos aficionados se llevasen las manos a la cabeza.

Al caer eliminados fue cuando, realmente, los Raptors pudieron hablar y compartir sus sensaciones sobre su enfrentamiento con James. DeRozan, de nuevo, declaró que ellos habrían ganado la eliminatoria si hubiesen tenido a LeBron en su equipo. A destiempo o no, ambas declaraciones mostraron, de primera mano, los sentimientos que despierta King James en sus rivales.

No tardaron, tampoco, en surgir rumores y declaraciones acerca de Kyle Lowry, la otra estrella indiscutible de la franquicia canadiense. Según informó Marc Stein, reputado reportero de ESPN, Kyle Lowry se planteará seriamente marcharse al Oeste durante la agencia libre. Hasta tal punto ha llegado su frustración.

Algunos querrán quitarle mérito a LeBron, diciendo que solo llega a las Finales por estar en la Conferencia Este. Mientras tanto, los mejores jugadores de dicha conferencia se plantean marcharse para huir de él. Puede que el Este no tenga ‘súper equipos’ como los del Oeste, pero es que algunos no se plantean ni seguir allí mientras James siga arrasando.

LeBron lleva 49.994 minutos a sus espaldas en sus catorce años en la NBA y, de una manera u otra, es capaz de seguir dominando la liga cuando llega la hora de la verdad. Tal vez, a estas alturas, sea ya el momento de dejarse de comparaciones y disfrutar del Rey. Y es que, como cierta campaña publicitaria dice, “todos somos testigos.”