Después de todas las imágenes que ha dejado esta primera jornada de la NBA, ha resultado imposible quedarse con un solo momentazo. La noche, tan mágica como triste, se merece más de un momentazo.
Todos volcados con Gordon Hayward
Tras la terrible lesión que ha sufrido el alero de los Celtics, es imposible no quedarse con la preciosa imagen de todo el pabellón Quicken Loans Arena aplaudiendo al jugador hasta que les doliera las manos. También son muy simbólicas las imágenes que se han visto del rostro de Dwayne Wade o el corralillo que se formó entre los jugadores de Boston. Después de esa impresionante ovación de “The Q” cuando se retiraba Hayward, no han cesado las muestras de apoyo de toda la comunidad NBA, lo que demuestra la calidad humana de esta organización deportiva. No puede hacerse otra cosa que unirse a los apoyos a esta estrella que seguro que volverá más fuerte que nunca.
Los ‘hand-shakes’ de Irving con sus excompañeros
Una vez que terminó el partido entre Cavs y Celtics, Irving se fundió en un intenso abrazo con su antiguo compañero, LeBron James. Este abrazo es, sin duda, una de las imágenes de la noche, pero también debe destacarse la curiosidad que vino después, y es que Kyrie Irving, para despedirse del resto de sus excompañeros, no dudo en hacerlo con los ‘hand-shakes’ que realizaba a temporada pasada con ellos con la camiseta de los Cavs. Así lo hizo con Kevin Love, Tristan Thompson, J.R. Smith y Channing Frye. Esta imagen demuestra el respeto que se tienen y que aún conservan una buena amistad. No hay sentimiento de traición hacia Irving.
Los Warriors reciben su anillo
El equipo de la Bahía recibió su anillo que les reconoce como los campeones de la última edición de la NBA y la recogida del anillo fue una auténtica fiesta, como suele ser. No todos los días se recibe un anillo de campeón y además, era el primero para la superestrella Kevin Durant. Parecía que la fiesta iba a continuar en el partido, pero Houston Rockets quería aguar la fiesta…
Celebrando una victoria antes de tiempo
El duelo entre Warriors y Rockets llegó a la última posesión con todo por decidir. Warriors perdían por un punto y tenían la última posesión, y Curry falló el tiro ganador, pero tras el rebote ofensivo de Shaun Livingston, Kevin Durant cogió el balón y no perdonó. Tras anotar la canasta ganadora sobre la bocina, todo el pabellón se puso a celebrar la victoria sin saber que los árbitros iban a revisar la jugada. Finalmente, la agradecida tecnología hizo justicia y demostró que el tiro de Kevin Durant está fuera de tiempo por una décima, por lo que toda la celebración sobraba y los Warriors vuelven a empezar la temporada perdiendo en casa.