John llegó a un equipo desmantelado por completo. Únicamente Schröder parece aportar luz a un proyecto muy negro. Los expertos daban a Atlanta como el favorito para ocupar el farolillo rojo de la clasificación de la conferencia este. De momento, no se han equivocado y se encuentran en esa plaza gracias a un balance de una victoria y seis derrotas.

Pero no todo es negativo en la capital de Georgia ya que, fuera de actuaciones colectivas, las individualidades destacan. El base Dennis Schröder no soprende a nadie ya que ha demostrado ser un grandísimo jugador. Sin embargo alguien sí que ha sorprendido y para bien en los Hawks. Hablamos de John Collins, el rookie elegido en la decimonovena posición que juega de ala-pívot. Su altura (2,08m) le hace ser poderoso en el rebote peor además versátil en ataque y con capacidades sobradas en la defensiva. Ha disputado los siete partidos de este año promediando 11'4 puntos y 7'3 rebotes en 20 minutos de partido. Ha firmado dos partidos con doble-doble frente a Brooklyn y Miami. Ha alcanzado los 14 puntos en cinco de los siete partidos y ha colocado al menos un tapón en todos los partidos menos frente a Dallas y Denver. Uno de los tapones de lo que llevamos de año es el que le puso a Lauri Markkanen.

Proyección de futuro

Collins jugó dos temporadas en la universidad de Wake Forest. Fue pieza clave en la última de ellas gracias a su físico y su gran potencial. Promedió 19'7 puntos y 9'8 rebotes que le sirvieron para que los Hawks se fijaran en él. De momento, no parecen estar equivocados con su elección ya que expertos de ESPN lo ensalzan como un jugador que crecerá mucho en los próximos años. Atlanta tiene un presente difuso pero quién sabe si su futuro no lo es tanto. Collins puede tener la respuesta y le quedan 74 partidos para desarrollarla.