Charlotte Hornets visitaba el United Center para enfrentarse a unos Bulls que se han ganado a pulso el sobrenombre de uno de los peores equipos de la Liga. Mucha juventud y muchos jugadores por desarrollar, algo que no les va a permitir competir esta temporada de ninguna de las maneras. Chicago debe volver a la senda de las derrotas para intentar sacar algo interesante en la próxima noche del Draft.

Por tanto, los Hornets esperaban un partido sencillo, un encuentro para recuperarse y sumar la sexta victoria de la temporada. Sin embargo, experimentaron un choque muy diferente a lo que esperaban.

Pudimos ver un duelo en el puesto de base muy interesante. Kris Dunn, tomando galones en el equipo, ante un Kemba Walker que se vio solo ante el peligro. Sus compañeros intentaban echarle una mano, pero no contó con mucha ayuda. En la pintura, Kaminsky y Howard llevaron a cabo su función, aunque no fue suficiente para contrarrestar la buena noche de los chicos de Fred Hoiberg.

Todo esto le llevó hasta los 47 puntos y una bandeja de la discordia que le arrebató la victoria de las manos y dejó en nada su actuación en el United Center. A esa cifra anotadora hay que sumar seis rebotes y cinco asistencias con un total de cinco triples anotados. Justin Holiday dio fuerza a los locales con 27 puntos.

La bandeja que les quitó la victoria

Cuando solo quedaban 10 segundos para el final del tiempo reglamentario, Kemba Walker se aseguró de tener la bola en las manos para cerrar el partido. Estaba caliente, y las estadísticas así lo reflejaban. Recibió el balón desde un saque lateral de Frank Kaminsky y solo tenía que superar a Dunn y un Felicio que llegaba a la ayuda para convertir los dos puntos. Y así lo hizo, aunque un invitado inesperado se presentó para darle la negativa.

Lauri Markkanen consiguió llegar a la ayuda defensiva en la pintura consiguiendo desestabilizar lo suficiente a Walker para hacer que fallara una bandeja aparentemente sencilla y mandar a los Hornets a casa con una derrota en tierras de los toros.