Duelo especial en el Staples Center se presentaba, donde los Bulls y su reconstrucción intentarían plantar cara a unos Lakers que quieren competir y porque no, intentar ingresar a Playoffs. Chicago gozó de una gran ventaja hasta mediados del tercer cuarto, pero a partir de una defensa agresiva y un inspirado ataque el equipo de Luke Walton se anotó su octava victoria de la campaña y se subieron hasta el octavo puesto del Oeste.

Un comienzo complicado

Un entretenido primer cuarto dio comienzo al encuentro, donde ambos equipos no podían mantener la regularidad y la ventaja era mínima para los Bulls. Solo Kyle Kuzma (10 de sus 21 en el primer cuarto) y Denzel Valentine (finalizó con 17 puntos y nueve rebotes) destacaban en un partido parejo.

Sin embargo, con el ingreso de las segundas unidades, Chicago tomó la posta. Antonio Blakeney anotó sus 15 puntos en la primera mitad y fue un infierno para la defensa de los Lakers, que no pudo tomar al escolta. Allí los Bulls sacaron un parcial de 14-4 que los posicionó con una amplia ventaja que se fue estirando al finalizar la primera mitad, con muy buenos aportes de Robin Lopez (14 puntos) y la gran defensa de Kris Dunn sobre un Lonzo Ball que no podía manejar el juego y que obligó a los Lakers a perder 11 balones.

El ataque fluía pese al mal partido en el tiro de Lauri Markkanen (13 puntos y 14 rebotes pero 4/17 en lanzamientos) pero principalmente la defensa hacía su trabajo y dejaba a los Lakers en solo 42 puntos al descanso, con la sensación de que los locales nunca fluyeron en la primera mitad.

La otra cara

Sin embargo, tras el descanso, unos Lakers totalmente distintos salieron al parqué. Los Bulls llegaron a vencer por 19 unidades pero desde allí todo fue para el equipo de Luke Walton. Brandon Ingram (17 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias) siguió preocupando a la defensa y Julius Randle comenzó a construir su doble-doble desde la banca (10 puntos y 10 rebotes) y con su intensidad y agresividad contagió a su equipo para lograr un parcial de 30-19 en el cuarto y llegar a solo tres puntos de desventaja, frustrando al ataque de los Bulls.

Sin embargo, tanto Lonzo Ball como Brook Lopez seguían desacertados en ataque (12 puntos finales entre ambos con 5/23 en lanzamientos combinados) y Walton decidió sentarlos a ambos en el comienzo del cuarto final. Los de Hoiberg sacaron una luz de seis puntos de ventaja pero para los seis minutos finales el partido estaba igualado y todo podía pasar.

Allí es cuando aparecieron tanto el reingresado Lonzo Ball (ocho puntos, 13 rebotes) como Kentavious Caldwell-Pope, el gran protagonista en el final. El base tomó un par de rebotes importantes y asistió al escolta que sumó 11 de sus 21 puntos (season-high para él) en los tres minutos finales junto a dos rebotes ofensivos claves. Sus puntos fueron suficientes para tumbar definitivamente a los dirigidos por Fred Hoiberg, que vieron su ventaja desplomada en la segunda mitad y se quedaron sin nada.

Para los Lakers, tanto el presente como el futuro son prometedores. Esta victoria, que incluyó la máxima remontada para ellos en la temporada, les permite subirse al octavo puesto de Playoffs en el Oeste y adelantarse a Memphis y Oklahoma City, De la regularidad de Lonzo y cómo evolucionen en la temporada tanto Brandon Ingram como Kyle Kuzma dependerá si son reales contendientes a los puestos de postemporada.

Para los Bulls es solo una derrota más en su larga travesía esta temporada que tiene como objetivo desarrollar jóvenes y conseguir una alta selección en el Draft del 2018. Lauri Markkanen parece ser la mayor promesa pero Denzel Valentine y Kris Dunn, por citar algunos, están demostrando que tienen nivel NBA. Sin embargo, junio todavía parece estar muy lejos para ellos.