Los Clippers parecen estar embrujados. Es que si no no se entiende como año tras año las lesiones tocan la puerta de la plantilla y echan a perder muy buenos equipos. Esta temporada ya atacaron a Milos Teodosic, a Patrick Beverley y ayer fue el turno de Blake Griffin, un abonado en estas cuestiones.

Con casi cinco minutos restantes en el partido y su equipo, los LA Clippers venciendo por 110-105, Griffin acudió a la ayuda defensiva de Austin Rivers, que estaba siendo superado por Lonzo Ball. Allí, un mal balance del cuerpo de Rivers hizo que trastabille y caiga con todo su peso sobre la pierna izquierda de Griffin, que cayó inmediatamente. Pese a eso intentó seguir jugando, pero al no poder caminar el coach Doc Rivers decidió sacarlo del campo inmediatamente.

Griffin tiene un largo historial de lesiones, incluyendo una operación de rodilla que lo tuvo en el dique seco antes de debutar en la NBA. A sus 28 años, el ala-pívot era por fin la piedra angular del proyecto de los Clippers y estaba dejando muy buenas sensaciones en su juego, promediando 23.6 puntos, 7.9 rebotes y 5.1 asistencias en casi 36 minutos por noche.

Sin embargo, aún no hay diagnóstico oficial sobre la lesión y poco se sabe sobre su periodo de baja. Doc Rivers dijo tras el partido que “no tenía buena pinta” y habrá que “esperar y ver” cuál es la gravedad de la lesión, tras los estudios que la franquicia le efectuará al ex de la universidad de Oklahoma esta tarde.

Si se confirma la gravedad en la lesión de Griffin, puede ser el detonante final para el tanking de los Clippers, que habían comenzado de gran forma pero que las bajas de Beverley (toda la temporada), Teodosic (indefinida) y Gallinari les han castigado. Doc Rivers y sus muchachos le prenderán velas al cinco veces All-Star para que sea lo más leve posible.