Los Houston Rockets están en una gran situación. Son la mayor amenaza para los Golden State Warriors en la Conferencia Oeste. Tienen un equipo completo con anotadores prolíficos y defensores. Si el año pasado fue bueno para la franquicia texana, este lo está siendo todavía mejor pese a la gran cantidad de lesiones. Harden, Paul y varios interiores se han lesionado. Sus bajas han sido cubiertas por jugadores que parecían que no volverían a la Liga como Gerald Green, quien en este sistema se muestra como una gran pieza para el equipo. Daryl Morey, GM de los Rockets, es ambicioso. Lo mostró en verano adquiriendo en un traspaso a Chris Paul y en el horizonte está el verano, un periodo estival muy interesante puesto que ‘el Rey’ puede cambiar de reino.

LeBron James puede marcharse de Cleveland este verano. Nadie sabe qué va a hacer uno de los tres mejores jugadores de la historia. El primer destino que se rumoreó fue Los Angeles, por el hecho de que el natural de Akron tiene una casa en la ciudad. Teniendo esto en cuenta, la dirección de los Rockets debe plantearse varias preguntas: ¿Nos vale este roster para ganar en los Playoffs a los Warriors? ¿Podemos apostar por romper la plantilla para traer una estrella como DeAndre Jordan? ¿Debemos esperar a ver la decisión de LeBron?

Para casi todos los analistas, el roster del equipo dirigido por Mike D’Antoni, en casos normales, no sería suficiente para ganar a los Warriors. Pero los de la Bahía de San Francisco tienen un historial respetable de lesiones y sus dos estrellas son un ejemplo de ello. Tanto Durant como Curry se han perdido varios partidos en una misma temporada y, aunque parece complicado, si los dos estuvieran apartados del equipo a la vez, Houston podría derrotarles. Hasta hace poco, la sociedad Harden-Paul solo producía victorias, pese a que el base es bastante propenso a las lesiones. Ambos jugadores han tenido poco éxito en la postemporada. James Harden llegó lejos con los ‘Baby Thunder’ en 2012. En aquel equipo era el sexto hombre y perdieron en las Finales contra unos Heat mucho más fuertes que el año anterior—cuando perdieron contra los Mavericks—.

Uno de los rumores que más importancia han cogido en el último mes es el traspaso de DeAndre Jordan, uno de los mejores pívots de la Liga. Pese a su falta de acierto desde la personal sería un jugador muy importante para cualquier franquicia que quiera competir con unos Warriors a los que les falta un interior con presencia. La marcha de Jordan significaría el comienzo de una nueva etapa en los Clippers. Una etapa de reconstrucción. Quizás, eso facilitaría las negociaciones. Morey tiene que ser consciente de que no puede perder muchos jugadores. El equipo está funcionando bien y seguramente no merezca la pena perder a jugadores como Eric Gordon, Clint Capela—quien estaría involucrado en el traspaso con casi toda seguridad—, o Trevor Ariza. Sin embargo, el GM confirmó ante los medios que “las probabilidades de que no hagamos nada son mucho más altas de lo normal”. Aun así, hay un puesto libre en la rotación: “El plan es mantener ese último puesto de la rotación abierto hasta el ocho de febrero en caso de que haya un traspaso o que necesitemos espacio salarial”, confiesa el directivo. En el último caso se podría discutir la posibilidad de llegar a acuerdos para terminar contratos.

A estas alturas de año, la opción más posible es que se espere a ver qué va a hacer LeBron James. El resultado de los Cavaliers será un factor principal. Una caída en las Finales de Conferencia contra los Celtics de Irving, o incluso una eliminación más temprana contra equipos “más débiles” como los Raptors, los Bucks o los Wizards, podría ser el desencadenante final de la marcha de ‘El rey’. Houston es un posible destino. Chris Paul es un gran amigo del actual ‘Cavalier’ y la posibilidad de formar un “Big Three” con Harden seduce a cualquiera. El verano de los Houston Rockets será apasionante.