Los Milwaukee Bucks estaban llamados a revolucionar la liga. Jason Kidd tenía una idea clara, una creencia con la que cambiar el panorama de la NBA. Los ciervos querían ser el futuro.

En una liga en la que cada vez más equipos optan por abrazar el small ball, ellos decidieron ir al siguiente nivel. Kidd eliminó prácticamente de manera total las posiciones en el equipo; apostó por un perfil de jugador muy claro que le ayudase a conseguirlo.

La fórmula caducó

La fuerza, velocidad, polivalencia y envergadura eran condiciones básicas para pertenecer a la nueva generación de jugadores llamados a poner patas arriba la NBA. Con el liderazgo de Antetokounmpo y el talento de jóvenes promesas como Jabari Parker, el cielo parecía el techo de este grupo.

Pero se estrellaron. Las lesiones de Jabari y la falta de anotación de alguno de sus jóvenes puso demasiada presión sobre The Greek Freak, que no podía cargar con todo el peso del equipo.

El dúo formado por Giannis Antetokounmpo y Jabari Parker aún no ha podido mostrar todo su potencial. | Fotografía: Duane Burleson / Associated Press
El dúo formado por Giannis Antetokounmpo y Jabari Parker aún no ha podido mostrar todo su potencial. | Fotografía: Duane Burleson / Associated Press

Fue entonces cuando surgió su oportunidad. La oportunidad de hacerse con Eric Bledsoe a un precio de ensueño. El base tuvo un efecto inmediato en el equipo. Y es cierto que su nivel no ha sido nada del otro mundo, pero el simple hecho de liberar a Giannis dio resultados a la velocidad de la luz.

Poco a poco, sin embargo, el traspaso ha ido asentándose y lo que parecía una solución a sus problemas ha acabado quedando como un parche. No tuvieron otra que deshacerse de Greg Monroe para conseguir a Bledsoe y, mientras es cierto que Monroe no era vital, su figura era más importante de lo que parecía.

Sin columnas que soporten el peso

Loable es lo que han intentado los Bucks con su proyecto. Intentando sorprender a la liga con un equipo tan versátil como impredecible, sin embargo, se dejaron demasiado por el camino. El equipo llamado a revolucionar la liga perdía más de lo que ganaba.

Y es que la pérdida de las posiciones habituales les proporcionaba esa versatilidad que buscaban, pero les hacía perder las características clave de ciertos puestos. Hoy por hoy, los Bucks son el equipo que menos rebotes captura de la liga, algo que no sorprende al analizar una plantilla sin ningún pívot robusto. A su vez, son el cuarto peor equipo en porcentaje de acierto en triples. Poseen jugadores de mucha calidad, sí, pero siguen siendo incapaces de hacer olvidar sus carencias.

¿Es rentable el precio que pagan los Bucks por su revolución? Parecía serlo, hasta ahora. La directiva se ha cansado de la interminable revolución y ha dicho basta. La franquicia ha decidido desprenderse de Jason Kidd y pausar su progresión.

Giannis Antetokounmpo se mostró muy dolido ante la destitución de Kidd. | Fotografía. Mike McGinnis / Getty Images
Giannis Antetokounmpo se mostró muy dolido ante la destitución de Kidd. | Fotografía. Mike McGinnis / Getty Images

Milwaukee continúa sufriendo con la baja de Jabari Parker, que sigue apartado de las pistas. Esa es una de las razones por las que los Bucks seguían teniendo esperanzas, pero la paciencia de la directiva ha llegado a su fin. No parece que Jabari fuese a ser capaz de arreglar los problemas del equipo. Si el grupo no funciona ahora, tampoco lo hará en un mes.

Un abanico de posibilidades

Está claro que la directiva no confía, ya, en la revolución de Kidd. Tras haber apostado muy fuerte con él, parecen haberse ahogado en sus propias esperanzas. Las carencias de los Bucks, lejos de desaparecer, han ascendido a la superficie de manera más clara cada vez, desmantelando cualquier resquicio de revolución.

Cuesta ver, ahora, a Milwaukee continuando con la misma mentalidad que hasta ahora. Sin Kidd, este sistema muere. Con la destitución de la leyenda, toca recomponerse. Recomponerse abrazando la infinidad de posibilidades que una plantilla como esta ofrece.

Sus problemas son claros. El tiro exterior y la intimidación en el interior. Su mayor obstáculo es encontrarlos. Está claro que su plantilla es incapaz de proporcionar esos aspectos, con lo que los Bucks van a tener que peinar el mercado.

Uno de los nombres más sonados es el de DeAndre Jordan. El pívot de los Clippers está en el punto de mira de diversos equipos, y Milwaukee no iba a ser menos. Sin embargo, no son muchas las opciones que tienen los Bucks.

Teletovic aún tiene mucho que dar. | Fotografía: Stacy Revere / Getty Images
Teletovic aún tiene mucho que dar. | Fotografía: Stacy Revere / Getty Images

El gran contrato de Jordan y la importancia del jugador no hace fácil la transacción, pero Milwaukee siempre podría apretarse el cinturón. Tendrían que dejar escapar, eso sí, a cierta parte de su joven talento. Y es que parece imposible que los Bucks se hiciesen con el pívot si no se prestan a incluir a Middleton en el traspaso.

Los rumores del interés de los Bucks en DeAndre han sido, eso sí, algo vagos. No parecía, hasta ahora, que la franquicia estuviese dispuesta a ir a por él. Hasta ahora. La destitución de Jason Kidd pone el equipo de patas arriba y en disposición de empezar de cero. Algo que buscarán desde el primer instante.

Algo diferente pasa con el tema del triplista. Los Bucks siguen contando con veteranos de la talla de Teletovic y Jason Terry. Con el sistema de juego actual, que complicaba mucho las cosas a Terry, solo el bosnio ha sido capaz de aportar al equipo. Si la filosofía de la franquicia cambia y toman una nueva dirección, es posible que la respuesta esté en casa.

La incertidumbre sobrevuela Milwaukee a estas horas. Una bruma tan espesa como densa imposibilita cualquier predicción y, lo único que está claro, es la libertad de la que disponen ahora mismo los Bucks.