Ganas tenía la parroquia vallisoletana de disfrutar de un partido como este y de una actuación estelar de su mejor lanzador, Patrick Eilert. Algo que parecía lejano se volvió muy cercano en unos 60 minutos que saca al Cuatro Rayas de los puestos de descenso; puestos a los que estaba ya acostumbrados y a los que esperan no volver.

Comenzaba el partido y Juan Carlos Pastor puso todo lo que tenía en pista. Con García Vega al mando de la máquina pucelana, puso de copiloto a Patrick Eilert y a la defensa para intentar engrasar cuanto antes la maquinaria y dar una alegría a Huerta del Rey. La experiencia del leonés se hacía ver en numerosas acciones y vistosos pases que arrancaban los aplausos de los aficionados. Por su parte, el danés Eilert puso en marcha su mejor versión. Esa que todo el mundo esperaba ver, la de un jugador decisivo desde los nueve metros.

Con estos ingredientes a los que se sumaba el de una buena defensa, los de Juan Carlos Pastor se ponían al frente del marcador. Por su parte, hasta el momento el Anaitasuna no encontraba su mejor versión. Capón -es Cuatro Rayas- en la portería no lograba detener los ataques locales y el buen hacer pucelano anulaba las artes de los de Pamplona (8-7).

Sólo Borragán hacía frente al Cuatro Rayas y Etxaburu le daba toda la responsabilidad ofensiva. Aunque parecía que era difícil que el partido cambiase de tercio, la magia del balonmano siempre hace disfrutar, y en esta ocasión no iba a ser menos. El Anaitasuna tiró de fe y logró empatar un partido que se estaba poniendo muy cuesta arriba para sus intereses.

El miedo a otra derrota cayó sobre Huerta del Rey y, más aún cuando Krivocapic sufrió una exclusión que daba superioridad numérica a los de Etxaburu. Nada hizo esconderse al Cuatro Rayas que iba a dar la vuelta a esta situación y gracias a dos zarpazos de Fernando Hernández y Eilert se pusieron dos goles por delante (12-10). Situación que no iba a decaer ya que el Cuatro Rayas estaba muy metido en el partido y todo salía de cara. Ni la exclusión de Eilert en el último minuto impidió a los vallisoletanos irse con una renta de tres goles al descanso (17-14).

La segunda parte comenzó con un amago de reacción del Anaitasuna. Un amago que no llegó a meter miedo a los de Juan Carlos Pastor a pesar del parcial de 3-4 en contra. Aún así, los pucelanos se mostraban cómodos en el partido, factor que permitía seguir con una renta de dos goles en el electrónico (20-18).

Pero la clave del partido estuvo en los cuatro goles que anotó el conjunto de Etxburu durante veinte minutos de la segunda mitad. Una cifra que resulta complicada si quieres sumar una victoria y más ante un equipo con mucha hambre de ella. Esto fue aprovechado por el Cuatro Rayas, que sumó goles en su casillero y llegó a una renta que no iba a soltar durante el resto del encuentro (29-25).

Los últimos minutos fueron tranquilos. El Cuatro Rayas aseguraba su victoria y el Anaitasuna no tuvo opción a la sorpresa final. Dos puntos para un Cuatro Rayas que sale de los puestos de descenso y toma aire en su lucha por la permanencia.