Volvía el balonmano a Huerta del Rey para que se disputase la tercera jornada de la Liga Asobal entre el Cuatro Rayas y el Helvetia Anaitasuna. Ambos conjuntos se encontraban en una situación similar al inicio del partido ya que contaban con una victoria y una derrota en su casillero, algo que no cambiaría al final del encuentro. Con media entrada en el polideportivo comenzaba el encuentro. Unos primeros minutos intensos certificaron que los de Pamplona habían llegado a Valladolid a por los dos puntos. Fe de ello quedaba demostrado en una defensa 6-0 prácticamente perfecta en los primeros compases del encuentro que no permitían a los pucelanos jugar con comodidad.

El Anaitasuna jugaba cómodo en ataque. La defensa planteada por Nacho González no estaba surgiendo efecto y los pupilos de Aitor Etxaburu con Montávez al mando dominaban en todas las parcelas del campo. El resultado fue que los visitantes empezaron a coger una renta jugosa en el electrónico y esto llevó a que con 6-9, el técnico pucelano solicitase tiempo muerto para frenar al rival. No surgió efecto, y los de Etxaburu seguían con su dinámica y borraban por completo a los locales del parqué.

Esta intensidad permitió a los visitantes dar un golpe encima de la mesa y a base múltiples variantes ofensivas y continuando con su defensa firme, se pusieron cinco goles por encima en el marcador (9-14). Lejos de amedrentarse y rendirse, el Cuatro Rayas tiró de pundonor. En los últimos instantes de la primera mitad, los papeles se cambiaron. Los vallisoletanos eran quién mantenían una gran defensa y la presencia de Paco López y Bozovic en cancha abrió un abanico más amplios de posibilidades. Todo esto se tradujo en un parcial de 5-0 que ponía el partido en tablas, pero cuando parecía que este iba a ser el resultado que acompañaría a los jugadores a los vestuarios, Nadoveza que fue el mejor jugador del encuentro resolvió de forma magistral un golpe franco con el reloj parado. El Anaitasuna se marchó al descanso un gol por encima (14-15).

Después de una gran primera parte en la que ambos conjuntos estuvieron a la altura, en la reanudación se esperaba más de lo mismo. Con el resultado apretado como estaba, los dos bandos iban a tener posibilidades de ponerse por arriba en el marcador. Esto convirtió en partido en uno de esos encuentros bonitos para el espectador ya que las alternancias en el resultado iban a ser constantes.

Con un partido de ida y vuelta, ninguno de los equipo lograba asentarse del todo en el encuentro. Una de las mejores noticias para los locales en esta segunda parte fue la actuación de su portero suplente César Pérez, que realizó un actuación más que meritoria y en algún momento de la segunda mitad fue el culpable de que el Anaitasuna no obtuviera más ventaja en el partido.

Los últimos instantes del partido se convirtieron en una obra bonita de presenciar. Con numerosas alternativas y con el resultado en un permanente empate, en el último minuto del encuentro pudo pasar cualquier cosa. Primero fueron los locales los que tuvieron la oportunidad de certificar una victoria, pero una mala ejecución en la transición provocó una pérdida inoportuna de balón. Esto causaba que fuese el Cuatro Rayas quién tuviese la oportunidad de cerrar con los dos puntos, pero tampoco pudo ser. Al final, un empate más que justo en el que ambos equipos demostraron estar a un nivel muy parejo (26-26).