Era una tarde muy especial para Marco Escribano, jugador emblemático para el club oscense que había comunicado a la junta directiva que no seguirá en el  club. Escribano había escrito una carta en la que entre otras cosas , decía: “Quiero comunicar una de las decisiones que más me has costado tomar en mi vida. Después de 7 años, dejo el primer equipo del Balonmano Huesca. En estos siete años he vivido momentos muy buenos, y otros no tanto. Pero en todos ellos me he sentido orgulloso y feliz por estar en este club. Desde pequeño siempre soñé en ser parte de este equipo, y esos sueños se han superado llegando incluso a pasear el nombre de mi ciudad por Europa. Ahora, creo que toca terminar un ciclo y empezar uno nuevo, con nuevas ilusiones." Pues bien, a pesar de contar con el cariño y homenaje de la grada, así como del club, su despedida no pudo ser más agridulce, ya que su equipo caía derrotado ante un Benidorm que acudía a tierras aragonesas especialmente motivado tras su flojo partido ante el Cangas la jornada anterior.

Atasco ofensivo

Arrancó el Bada Huesca con ganas de agradar a la parroquia local, y cuando apenas se llevaba disputado menos de minuto y medio de juego, ya aventajaba por 2-0 al Benidorm con sendos goles de Cabanas y Rochel. Pero esa energía se quedó pronto en un espejismo. A partir de ahí el Benidorm cerró e intensificó su defensa, provocando errores y pérdidas de balón en los locales, que acabaron en la mayoría de las ocasiones con goles al contraataque. Los visitantes voltearon el marcador, dejando al equipo oscense más de cinco minutos sin marcar, consiguiendo un parcial de 0-4. El Huesca hacía la goma y se volvía a acercar, pero nunca poniéndose por delante en el marcador, y llegando incluso a ir cuatro goles por debajo, como reflejaba el 8-12 del minuto 21. En los últimos cinco minutos de la primera parte Bada Huesca tiró de garra, así como del acierto de Pejanovic en portería y logró acercarse en el marcador hasta ponerse a tan sólo un gol (13-14).

Tensión y protestas

Tras la vuelta de los vestuarios Bada Huesca logró empatar el partido y ponerse 15-15. El partido volvía a comenzar, y todo podía suceder. Ninguno de los dos equipos conseguía destacar sobre el otro y todo estaba en el aire. Entonces, el intenso encuentro se convirtió en un carrusel de broncas, protestas y exclusiones, que hicieron a su vez elevar la temperatura en la grada, la cual no compartía las decisiones arbitrales.En el minuto 15 de la segunda parte el Benidorm rompía el partido, con un 17-21,  lo que hizo que Nolasco, entrenador de los locales, tuviera que pedir tiempo para detener la vía de agua que se comenzaba a abrir en la nave oscense. Los locales reaccionaron colocándose a tan sólo un gol, con un esperanzador 21-22, pero ese fue el último momento en el que se pudieron acercar a los visitantes, los cuales a pesar de acabar con peores porcentajes en portería que los aragoneses, cimentaron su victoria en una mejor defensa.

Con esta victoria, además de resarcirse de las heridas de la jornada anterior, el Benidorm se coloca en el octavo puesto a expensas de lo que suceda en la última jornada, donde todo se decidirá en los siguientes encuentros: Benidorm-Guadalajara, Teucro-Huesca y Puente Genil-Cuenca. 
  

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