El Viejo Continente ya tiene dueño. El KS Vive Tauron Kielce de Talant Dujshebaev y Julen Aguinagalde, el equipo que a priori tenía menos papeletas para salir victorioso de Colonia, se ha proclamado campeón de la VELUX EHF Champions League en una final agónica que se ha decidido en los penaltis. El Veszprém tuvo en su mano la victoria tras rozar la perfección en su juego, pero la garra del Kielce condujo a los polacos a una remontada histórica.

En la primera parte el equipo magiar de Xavi Sabaté no tuvo rival y se marchó al descanso cuatro goles arriba (13-17), diferencia que siguió aumentando en el segundo acto. Sin embargo, cuando la final parecía sentenciada, el Kielce resurgió de sus cenizas para, con un parcial de 9-0, darle la vuelta al partido ante la incredulidad del Lanxess Arena. Los de Talant estuvieron a punto de culminar la gesta en los primeros 60 minutos, pero el Veszprém fue capaz de forzar la prórroga. En el tiempo extra, ningún equipo quiso arriesgar demasiado y la igualdad se mantuvo en el marcador, de manera que el vencedor tuvo que salir de la tanda de siete metros. En ella, la portería defendida por Szmal y Sego marcó la diferencia y Julen Aguinagalde le dio la primera Champions de su historia al Kielce en el último lanzamiento.

Por otro lado, en el partido por el tercer puesto, el Paris Saint-Germain se impuso al Kiel (29-27) en un encuentro en el que lo que más destacó fue la suplencia de Nikola Karabatic, que no disputó ni un solo minuto. Los de Serdarusic, liderados de nuevo por Hansen, finalizan así en el podio en su primera Final Four.

Exhibición defensiva del Veszprém

El conjunto húngaro levantó un muro en torno a la portería defendida por Roland Mikler, que a diferencia del partido contra el Kiel, saltó a pista como titular. En frente, el Kielce trató de cortocircuitar el ataque magiar con un 5:1, pero los cañoneros del Veszprém no tardaron en echar abajo la estrategia de Talant. Así, tras un parcial de 0-3, el Kielce no pudo inaugurar su marcador hasta pasados seis minutos.

El Veszprém, dando muestras de la potencia de su lanzamiento exterior, comenzó a tomar las riendas del choque, y a los polacos no les quedó otra que bajarse a 6:0 (4-8, min.14). Sin embargo, el principal problema del Kielce lo tenía en ataque, donde era incapaz de traspasar la férrea barrera magiar. Uros Zorman se estaba viendo superado por los defensores rivales, y el desorden comenzó a hacerse palpable; ante este panorama, Talant se vio obligado a pedir tiempo muerto (7-10, min.18).

El parón surtió efecto y minutos después Reichmann colocó el 12-13. Sin embargo, el tirón polaco provocó la reacción del Veszprém, que desde la defensa consiguió un nuevo parcial de 0-3 para marcharse al descanso con una renta de cuatro goles gracias a un latigazo postrero de Palmarsson (13-17).

Gesta amarilla

La baja del zurdo Buntic limitó considerablemente el ataque del Kielce

En la segunda parte el Veszprém salió dispuesto a dar la estocada definitiva a su rival, y poco a poco fue poniendo tierra de por medio hasta que, casi sin darse cuenta, el Kielce se vio siete abajo. Palmarsson estaba dando una lección magistral, exhibiendo su poderoso brazo y repartiendo asistencias a sus compañeros para delicia del pivote Nilsson. A eso se sumó la lesión de Lijewski, que aunque luego volvió a pista, provocó que su equipo jugara varios minutos con tres diestros en la primera línea. Entonces Talant, desesperado, pidió tiempo muerto para intentar organizar a un equipo que estaba haciendo agua por todos lados (16-23, min.38).

Aunque la renta creció hasta los nueve goles, el equipo amarillo comenzó a remar capitaneado por un Reichmann que anotó tres tantos consecutivos y que enchufó a los suyos de nuevo al partido, provocando el tiempo muerto de Xavi Sabaté (24-28, min.51). Sin embargo, el ciclón polaco había explotado y nada pudo hacer la defensa magiar para contenerlo, de manera que el Kielce siguió recortando diferencias. Uros Zorman cogió por fin la batuta del barco polaco y guió a los suyos hacia un parcial de 9-0 que secó el ataque del Veszprém durante la friolera de 12 minutos, un lujo que en Colonia puede salir muy caro (28-28, min.56).

A pesar de todo, el Veszprém despertó a tiempo y Alilovic salvó los muebles con dos paradas desde los siete metros en los últimos minutos, permitiendo llegar a los suyos a la última acción con un gol de ventaja. Talant Dujshebaev preparó un ataque que valía su peso en oro a falta de diez segundos para el final, pero ocasiones así están hechas para auténticos líderes, líderes como Lijewski, que tiró de casta para forzar la prórroga (29-29).

Final de infarto

El Kielce gozó de una segunda oportunidad para proclamarse campeón

La finalísima estaba brindando un verdadero espectáculo, y el público del Lanxess Arena agradeció que se llegara a la prórroga. Sin embargo, en el tiempo extra ambos equipos flaquearon y ninguno fue capaz de asestar el golpe definitivo a su equipo, aunque el Veszprém estuvo a punto de morir en la orilla. En el último ataque, el equipo húngaro se encontraba uno abajo en el luminoso, pero apareció Nagy para, con una asistencia maravillosa, regalar a Ugalde medio gol (35-35). Los penaltis aguardaban.

La emoción era mantenida a raya por los integrantes de ambos equipos, pero la tensión sí que era palpable en el fortín teutón. La pena máxima cribaría a vencedores de perdedores, y tanto lanzadores como guardametas querían convertirse en los héroes de sus respectivos equipos. Tras el primer lanzamiento acertado de un inalterable Ilic, Alilovic le sacó el penalti al Cupic, pero Sego respondió en la siguiente acción con otra parada a Marguc. Sterlek, Sliskovic y Bielecki no fallarían en los siguientes lanzamientos, pero Terzic condenó a los suyos tras toparse con Szmal. Reichmann y Palmarsson alargaron la agonía, pero Julen vino a convertirse en el ansiado héroe polaco tras convertir la pena máxima definitiva.

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Sobre el autor
Álvaro Merino
Periodismo en la UMA.