Historia. Eso es lo que busca hacer, precisamente, la selección de Francia este próximo mes en la disputa en Río de Janeiro de los Juegos Olímpicos. Un agosto de 2016 marcado en rojo por los aficionados y amantes del balonmano en el país galo después de la consecución de su segundo oro olímpico consecutivo en Londres en el 2012.
Una larga espera que no ha estado exenta de alegrías dentro del balonmano francés. Nada más y nada menos que un Campeonato del Mundo -después de superar a Catar, anfitrión, en la final de 2015- y un Europeo -venciendo a Dinamarca, también anfitrión, en la disputa de la medalla de oro en 2014- han cosechado los pupilos de Claude Onesta en estos últimos tiempos. Un título continental que no fue capaz de revalidar en el mes de enero pasado y que fue a caer a manos de Alemania, tras sorprender a España en una final que se decantó por el escaso acierto de los de Manolo Cadenas ante el marco teutón.
Siguen las victorias, pero la superioridad ya no es la de antaño
Decepción absoluta para un país y una selección acostumbrada a dominar el panorama balonmanístico. Polonia le dio el primer aviso en la fase de grupos y fue la sorprendente Noruega la encargada de eliminar al cuadro de Claude Onesta de la lucha de las medallas del Campeonato de Europa. Torneo considerado por muchos como el más potente en esta especialidad y que vio cómo Francia se tenía que conformar con el quinto lugar. Un puesto que sabe a poco y que a buen seguro querrán mejorar en estos Juegos Olímpicos, para continuar con este dominio casi total que se desarrolla desde ya hace ocho años.
Este crecimiento de la selección nacional se debe también en gran medida al paso adelante vivido en la competición doméstica, en la D1. La presencia del Paris Saint-Germain en la misma ha provocado que Francia vuelva a luchar por la Champions League, con un equipo formado en su mayoría por jugadores del propio país. Las principales estrellas ya no buscan salida, sino que se mantienen el cuadro parisino con el objetivo de devolver el trono continental 14 años después de que lo hicira el Montpellier en 2003. Éste equipo junto al Saint Raphael, el Nantes, Chambery, Dunkerke o Creteil conforman una liga regular de las más potentes de Europa.
Tardó en participar, pero es de las destacadas
Tardó en llegar el balonmano francés a los Juegos Olímpicos y es que hasta la cita de 1992 en Barcelona no había conseguido la clasificación. No pudo hacerlo en Berlín en el estreno de la especialidad en 1978 y tampoco en las cuatro sucesivas: Montreal, Moscú, Los Ángeles y Seúl. A pesar de este hecho, en la Ciudad Condal se alzó con el bronce al quedar apeado de la final a manos de Suecia.
Atlanta, Sídney y Atenas no terminaron de encumbrar al combinado francés. En la cita estadounidense era Croacia su verdugo en semifinales y España no permitía a los galos conseguir un nuevo metal. Tampoco lo conseguía en el país oceánico, donde Serbia le dejaba fuera de la lucha por las medallas; al igual que en Atenas, que caía en los cuartos de final ante Rusia.
La historia de los Juegos Olímpicos cambiaba notablemente en Pekín y posteriormente en Londres. En el país oriental, Francia se alzaba con el título después de ceder un solo empate -ante Polonia- y vencer en la final a Islandia. Mismo camino siguió en la cita del Reino Unido, aunque en esta ocasión, la subcampeona olímpica sí derrotaba a Francia en la fase de grupos; los galos superaban en la final a la dura Suecia.
A por el tercer oro consecutivo
En su séptima participación en los Juegos Olímpicos, Francia accedió a la cita de Río de Janeiro después de alzarse con el título cuatro años atrás. Su presencia en Brasil llega gracias al oro cosechado en Londres y que supuso su segundo título olímpico consecutivo. Seguir con esa buena dinámica ganadora es el objetivo del cuadro dirigido por Claude Onesta.
Nadie piensa en otra cosa que no sea revalidar el oro olímpico. Para ello, Francia deberá obtener el mayor número de puntos posibles en la fase de grupos, en la que ha sido encuadrada con: Túnez y Argentina, a priori las más débiles; y los duros combinados también europeos de Croacia y Dinamarca; así como a la 'nacionalizada' Catar. Tres duros enfrentamientos que serán fundamentales para el cuadro galo. Estos tres últimos conjuntos serán a buen seguro rivales de los de Claude Onesta por la medalla de oro. Sin olvidar a Polonia, Suecia, Alemania o Eslovenia, que han sido encuadradas en el Grupo B.
Potencia física y solidez defensiva
Si hay una palabra que define el estilo de juego de la selección francesa esa es potencia. El combinado galo sigue contanto entre sus filas con un buen puñado de jugadores que se podrían considerar atletas por las espectaculares condiciones que presentan. Un bloque compacto que se ha desarrollado durante los quince años que lleva Claude Onesta al frente del equipo francés. Pero como es de prever, el paso del tiempo ha propiciado que muchos jugadores salgan por cuestiones evidentes de edad y otros entren. Aunque eso no ha evitado que Francia sea una de las selecciones más temidas y prueba de ello es la consecución del Mundial de Catar en 2015.
Thierry Omeyer disputará sus últimos Juegos Olímpicos
La portería y la dirección. Por esos dos puntos fundamentales pasa el buen hacer galo en la próxima edición olímpica. El sempiterno Thierry Omeyer sigue siendo del cerrojo de Francia. Claude Onesta confía en él y el cancerbero, a pesar de sus casi 40 años, sigue demostrando que tiene cuerda para rato. Así lo ha dejado patente en el Paris Saint-Germain, donde parece que terminará su carrera deportiva. Por si esto fuera poco, Vincent Gerard del Montpellier aprieta y lo hace tras una campaña notable. Compañero de Omeyer es un Nikola Karabatic que quiere volver a la cima de los Juegos Olímpicos. Tanto en la dirección como en el lateral puede aportar mucho, pero la posición exacta dependerá del estado de forma con el que llegue Daniel Narcisse. Y es que 36 años son muchos para un jugador físico y que ya no tiene la habilidad y velocidad de antaño.
Uno de los puntos funtamentales de esta Francia será el lateral derecho. Adrien Dipanda viaja a Francia como el único jugador específico en esta posición, pero aguardan expectantes Valentin Porte y Luc Abalo. Claude Onesta ya ha utilizado a los dos en este lugar y no es de extrañar que apueste en ocasiones por mantener a los dos a la vez en el campo. El desequilibrio y el gran salto de ambos es fundamental en el ataque francés. En el otro lado, el izquierdo, la juventud de Mathieu Grébille y de Timothey N'Guessan es notable y seguramente dé ya que hablar en Río de Janeiro.
Nikola Karabatic es la estrella de esta selección, pero también un trabajador sin igual. El crack francés es fundamental en el entramado defensivo propuesto por Claude Onesta. El contundente 6:0 galo tiene a los hermanos Karabatic como hombres más decisivos. La concentración de ambos es clave para mantener la superioridad con respecto a sus rivales. Por si esto fuera poco, Valentin Porte y Cédrid Sorhaindo secundan a los Karabatic y hacen de la defensa de Francia casi infranqueable. En este sentido es importante reconocer la dirección magnífica de Didier Dinart, que sigue formando parte del cuerpo técnico del club.
Es probable que Claude Onesta cuente con portero-jugador en acciones de inferioridad. El tremendo físico de sus jugadores favorece el ataque de seis contra seis y en ese sentido es fundamental mantener la igualdad en la zona ofensiva.
El entrenador: Claude Onesta
Exjugador de balonmano, lejos queda ya ese año 2001 cuando un jovencísimo, y sin apenas experiencia en los banquillos, Claude Onesta llegaba a la selección de Francia. El técnico tomaba las riendas de un combinado que se proclamaba por segunda ocasión como Campeón del Mundo y lo hacía en esta ocasión en su país tras el entorchado conseguido en 1995 en Islandia.
Quince años al frente del combinado francés
Daniel Costantini dejaba una selección ganadora y que estaba liderada entonces por Jackson Richardson, entonces jugador del Portland San Antonio, y en la que ya se encontraban Thierry Omeyer y Daniel Narcisse. Esos serán los dos jugadores que acompañarán a Onesta en su periplo como seleccionador durante estos quince años. En los que no fue todo 'color de rosas' como parece. En su estreno en una gran competición solo era capaz de colocar a Francia en el sexto puesto del Campeonato de Europa de 2002 en Suecia. Aunque sus sucesivas participaciones en los Juegos Olímpicos de Atenas, el Campeonato de Europa de Eslovenia y los Campeonatos del Mundo de Portugal y Túnez, solamente podía cosechar dos terceros puestos en éstos últimos.
El Campeonato de Europa de 2006 celebrado en Suiza fue su punto de inflexión, en el que salió vencedor y sentó las bases de la gran Francia. Un arranque que tuvo lugar en los Juegos Olímpicos de Pekín y que se alargó con la consecución del Campeonato del Mundo y de Europa de forma consecutiva. Los tres principales entorchados del mundo balonmanístico y del que únicamente puede presumir en categoría masculina Vladímir Maksímov. Un equipo conformado por buena parte de los jugadores que todavía acompañan a Claude Onesta y que le han convertido en el seleccionador por excelencia.
A punto estuvo de repetir éxito cuatro años después, pero España lo impedía en el Campeonato del Mundo celebrado en 2013 y que dejó a Francia sin su triple entorchado tras alzarse con los Juegos Olímpicos de Londrés y el Campeonato de Europa de Dinamarca. A pesar de los buenos resultados, Claude Onesta comenzó la reestructuración de su plantilla. Los históricos Jerome Fernández o Didier Dinart dejaron paso a la juventud de Valentin Porte o Adrien Dipanda; jugadores que caminan con el mismo paso firme que sus predecesores. Y es que el 'gen ganador' de esta selección parece no tener fin y buena parte de culpa lo tiene su técnico: un Claude Onesta que pasará a la historia del balonmano como preparador.
La estrella: Nikola Karabatic
Considerado aún por muchos como el mejor jugador del mundo. A pesar de sus 32 años, Nikola Karabatic sigue siendo fundamental en su club, así como en su selección. En el Paris SG HB no pudo conseguir el ansiado título continental al verse sorprendido por el Kielce, que a la postre sería el campeón de la Champions League.
Karabatic se quedó a las puertas de conseguir una nueva Champions League
En la competición doméstica, la superioridad de los parisinos fue total con una ventaja de 10 puntos sobre el sorprendente Saint Raphaël Var HB. Después de militar en el THW Kiel y FC Barcelona y alzarse con todos los títulos a nivel de selección posible, el jugador de origen serbio y croata espera ser pieza indispensable para que Francia coseche sus terceros Juegos Olímpicos consecutivos en la disciplina de balonmano.
Para ello parece claro que Nikola Karabatic tiene que ser el de las mejores citas. No solo en ataque, donde su aportación ha disminuido con el paso de los años y ahora asiste en mayor medida a sus compañeros. Y es que es en defensa, junto a su hermano Luka, donde Francia echa más mano de su experiencia, su buena colocación y su saber estar.
Jugadores clave: Thierry Omeyer y Luc Abalo
Resulta complicado seleccionar dos jugadores en una selección tan laureada y con tantos nombres importantes dentro del panorama balonmanístico internacional. Los Guigou, Narcisse, Dipanda, Porte o Sorhaindo completan un combinado veterano y repleto de cracks. Aunque si hay dos que se desmarcan por su importancia son el guardameta Thierry Omeyer y el extremo derecho Luc Abalo.
El compañero de Nikola Karabatic en el Paris SG, Thierry Omeyer disputará sus últimos Juegos Olímpicos. Con 39 años, el portero de Mulhouse quiere despedirse con su décima medalla de oro a nivel de selecciones. Un palmarés envidiable y que se redondea en el apartado individual, con varios títulos de mejor meta del mundo y en los distintos campeonatos que ha participado. Omeyer quiere resarcirse del Campeonato de Europa de Polonia en el que Francia no fue capaz de meterse entre las tres mejores.
Velocidad, habilidad y un gran salto. Así se podría definir a uno de los jugadores más desequilibrantes de esta selección francesa. Desde el extremo derecho o, incluso, por el lateral, el jugador de Ivry-sur-Seine percute incesantemente sobre las defensas rivales. Todo eso a pesar de su escasa estatura, que apenas supera los 180 centímetros, pero que no le limitan, sino que le favorecen a la hora de realizar diferentes movimientos. Al igual que los jugadores franceses de su 'quinta', Abalo cuenta entre su palmarés con todos los títulos posibles a nivel de selección y también en Francia y España, donde ha desarrollado su actividad profesional.
Michel Guigou, Daniel Narcisse, Cédric Sorhaindo, Adrien Dipanda o Valentin Porte, entre otros, componen una selección de ensueño y que espera seguir haciendo historia a las órdenes de Claude Onesta.
Tabla de convocados
Jugador | Posición | Edad (años) | Altura (cm) | Peso (kg) | Club |
---|---|---|---|---|---|
Thierry Omeyer | Portero | 39 | 192 | 93 | Paris SG HB |
Vincent Gerard | Portero | 29 | 188 | 95 | Montpellier HB |
Michael Guigou | Extremo Izquierdo | 34 | 179 | 78 | Montpellier HB |
Kentin Mahé | Extremo Izquierdo | 25 | 186 | 81 | SG Flensburg-Handewitt |
Mathieu Grébille | Lateral Izquierdo | 24 | 198 | 93 | Montpellier HB |
Timothey N'Guessan | Lateral Izquierdo | 23 | 196 | 94 | FC Barcelona HB |
Nikola Karabatic | Central | 32 | 196 | 102 | Paris SG HB |
Daniel Narcisse | Central | 36 | 188 | 93 | Paris SG HB |
Ludovic Fabregas | Pivot | 20 | 198 | 100 | Montpellier HB |
Luka Karabatic | Pivot | 28 | 203 | 104 | Paris SG HB |
Cédric Sorhaindo | Pivot | 32 | 192 | 100 | FC Barcelona HB |
Adrien Dipanda | Lateral Derecho | 28 | 202 | 105 | St-Raphaël Var HB |
Valentin Porte | Lateral/Extremo Derecho | 26 | 190 | 90 | Montpellier HB |
Luc Abalo | Extremo Derecho | 31 | 182 | 80 | Paris SG HB |
Olivier Nyokas (suplente) | Lateral/Extremo Izquierdo | 30 | 187 | 86 | HBC Nantes |
Calendario en la fase de grupos
Día | Hora | Rival |
---|---|---|
7 de agosto | 12:50 | Túnez |
9 de agosto | 14:30 | Catar |
11 de agosto | 02:50 | Argentina |
13 de agosto | 16:30 | Croacia |
15 de agosto | 19:40 | Dinamarca |