Hasta hace poco tiempo no era frecuente oír hablar de Catar, ni de las selecciones cataríes en lo referido a balonmano u otros deportes. Sin embargo en los últimos años, este país situado al este de la Península Arábiga y con poco más de dos millones de habitantes, ha irrumpido con fuerza en la escena deportiva internacional debido al poderío económico derivado de sus explotaciones de petróleo y gas natural. Esto ha hecho posible el cada vez mayor desarrollo de las ligas y equipos deportivos del país, así como la organización de múltiples eventos en diferentes disciplinas.

De este modo, gracias a las inversiones sufragadas por los mayormente conocidos como “petrodólares”, este país sin apenas tradición balonmanística fue designado en enero del año 2011 como organizador del Mundial de balonmano de 2015, pasando a ser esta especialidad una de las prioridades deportivas del país asiático.

Catar ha recibido muchas críticas por la masiva nacionalización de jugadores

Con el objetivo de ofrecer la mejor imagen posible en la competición que se disponían a albergar, las autoridades deportivas cataríes iniciaron un proceso de nacionalización de jugadores procedentes de países con mayor tradición en el mundo del balonmano, buscando formar un equipo nacional competitivo en un tiempo récord. Esto fue posible gracias a la reglamentación de la Federación Internacional de Balonmano (IHF), que establece que un jugador que tenga la nacionalidad puede ser seleccionado para jugar con un país, si no ha jugado nunca con otra selección o si lleva tres años sin hacerlo.

Así, gracias a la norma conocida como Player Elegibity Code, nombres como los cubanos Rafael Capote y Jorge Paván, los montenegrinos Žarko Marković y Goran Stojanović o el español Borja Fernández, entre otros, se sumaron al combinado nacional catarí formando un equipo de garantías, dirigido por el exseleccionador español Valero Rivera.

Además, siguiendo esta política de potenciar el balonmano, que ha permitido a Catar ser el actual subcampeón mundial y doble campeón de Asia, la liga catarí o QHA LEAGUE cuenta temporada tras temporada con nuevos jugadores de primer nivel y desde el año 2010, la ciudad de Doha alberga anualmente la IHF Super Globe o Mundial de Clubes, en el que participan algunos de los mejores equipos de cada continente.

Un país con escasa tradición olímpica

Catar no se caracteriza precisamente por su historia balonmanística (ni deportiva en general), como demuestra el hecho de que la primera participación del balonmano catarí en un campeonato internacional tuvo lugar en 1983, coincidiendo con el campeonato de Asia que se celebró en Seúl y en el que Corea del Sur se alzó con el oro. Por su parte, la por entonces débil selección de Catar sólo disputó tres partidos, obteniendo una única victoria.

Casi 20 años más tarde, concretamente en el 2002, este equipo obtuvo su primera medalla a nivel internacional al lograr el subcampeonato de Asia. Dicha hazaña supuso la clasificación para el Mundial de 2003 celebrado en Portugal, finalizando en el puesto decimosexto, la que sería la primera de sus (hasta el momento) cinco participaciones mundialistas.

Sin embargo, a pesar de sus cada vez más habituales apariciones internacionales, la selección de Catar ha tenido que esperar hasta hace apenas unos meses para lograr la plaza que le permitirá participar por vez primera en unos Juegos Olímpicos. Y es que no fue hasta el pasado 27 de noviembre cuando este combinado obtuvo el derecho a hacer su debut olímpico en los próximos Juegos de Río 2016, tras vencer a Irán por 28 a 19 en el campeonato clasificatorio asiático que tuvo lugar en Doha.

De esta forma el combinado dirigido por Valero Rivera ampliará la breve historia olímpica del país asiático, convirtiéndose en el primer equipo catarí en participar en unos Juegos. Hasta el momento Catar sólo había obtenido representación en ocho ediciones olímpicas (ninguna en las ediciones de invierno) logrando un total de cuatro medallas, todas ellas de bronce.

Qatar tras vencer a Corea del Sur en los Juegos Asiáticos. Foto: www.elconfidencial.com
Catar tras vencer a Corea del Sur en los Juegos Asiáticos. Foto: www.elconfidencial.com.

Objetivo: seguir superándose

La cita de Río será de gran trascendencia para un equipo que ha experimentado un rápido crecimiento en los últimos años y que busca consagrarse definitivamente como uno de los combinados más potentes del panorama internacional. Así, tras convertirse en la primera selección no europea de la historia en conseguir una medalla en un Mundial, apeando del torneo a equipos tan destacados como Alemania o Polonia y logrando poner en apuros en la gran final a la Francia de Karabatic, Narcisse y compañía, los cataríes buscarán demostrar que la obtención del subcampeonato mundial no fue fruto de la casualidad y que son uno de las selecciones más poderosas de la actualidad.

Además, tras haber revalidado el pasado mes de enero el título de campeón asiático que ostentaban desde el año 2014, venciendo de nuevo a Bahréin por un resultado de 22 a 27, el combinado de Valero Rivera llega a Río con la moral alta y con ganas de luchar por uno de los tan ansiados metales.

En vistas de la gran importancia que reviste este debut olímpico, los jugadores cataríes han disputado diferentes partidos preparatorios (como los que le enfrentaron a las selecciones de Argentina y Brasil en el mes de abril), además de realizar en las últimas fechas una concentración en la isla de Lanzarote, lugar que ya eligieron para entrenarse de cara al preolímpico.

Más que una selección, Catar es un club

Cabe destacar que el técnico Valero Rivera cuenta con la gran ventaja de poder disponer de sus jugadores desde el principio de temporada, frente al resto de seleccionadores que únicamente pueden contar con ellos cuando se producen parones en las ligas de clubes. Esto se debe a que, tras el reciente fichaje del exbarcelonista Danijel  Šarić por el Al-Qiyadah, la totalidad  de los internacionales cataríes juegan en la liga de dicho país, la cual da prioridad absoluta a la selección nacional permitiendo a Valero concentrar y entrenar con sus pupilos durante largos periodos de tiempo.

Plantilla con esencia europea

Las principales virtudes de esta selección, que cuenta con jugadores de primer nivel gracias a la ya mencionada política de nacionalizaciones, son su solidez en defensa y su gran capacidad de lanzamiento exterior. Desde su llegada, Valero ha trabajado para lograr un combinado equilibrado en todas sus líneas y dotarlo de un carácter ganador. El resultado, un equipo de gran fortaleza física en el que se puede apreciar la labor del entrenador español, especialmente en la faceta defensiva. Esta constituye una de las bases del combinado catarí, gracias a su gran intensidad y a una portería envidiable ocupada por el guardameta de origen bosnio Danijel Šarić y el montenegrino Goran Stojanović. Dicha dupla supone un gran escollo para los rivales que logran superar la imponente muralla que, comandada por los Capote, Roiné, Benali y Mabrouk, custodia con gran seguridad el área catarí.

Su primera línea es puro músculo

A la hora de atacar, los cañoneros Žarko Marković y Rafa Capote, sin olvidar al francés Bertrand Roiné, constituyen la principal baza del equipo asiático, siendo sus potentes lanzamientos un recurso esencial para marcar las diferencias ante las férreas defensas europeas que dificultan enormemente el tiro desde los seis metros. Esta poderosa primera línea es dirigida por el joven central nacido en Siria Kamalaldin Mallash, que con sus eléctricos movimientos maneja el juego catarí, suponiendo un auténtico quebradero de cabeza para las defensas rivales. En la línea de seis metros encontramos a dos pivotes de garantías como el asturiano Borja Fernández y el tunecino Youssef Benali, siendo el ataque con ambos jugadores bajo el sistema 2:4 una alternativa bastante peligrosa.

Para completar el sexteto atacante, en los extremos encontramos nombres como el jugador de origen egipcio Hassab Alla (que también puede actuar de central) o el bosnio Eldar Memišević, quienes con sus rápidas salidas al contraataque y su efectividad de cara a portería hacen valer las recuperaciones realizadas por la línea defensiva.

El entrenador: Valero Rivera

Valero Rivera. Foto: Agencia EFE
Valero Rivera. Foto: Agencia EFE.

A pesar de los grandes nombres que Catar ha logrado incorporar a su equipo nacional, el gran artífice de su éxito reciente no se encuentra en el 40x20, sino dirigiendo al equipo desde el banquillo. Este no es otro que el zaragozano Valero Rivera, quien en el año 2013, aceptó la oferta de la federación catarí para hacerse cargo de esta selección, meses después de haber logrado el oro mundialista con los hispanos.

De esta forma, el que fuera jugador del FC Barcelona durante toda su trayectoria profesional y, que tras retirarse pasó a ser el entrenador del combinado barcelonés durante 20 años, iniciaba su segunda experiencia como seleccionador nacional tras haber dirigido al equipo español en el Mundial de 1993 (obteniendo el quinto puesto) y en el periodo comprendido entre los años 2008 y 2013 (logrando el bronce y el oro en los Mundiales de 2011 y 2013 respectivamente).

Al laureado entrenador le acompañó su cuerpo técnico de confianza, formado por hombres como Ricard Franch y el que fuera entrenador del ya desaparecido CAI Aragón Veroljub Kosovac, para afrontar el enorme reto de dirigir a una selección sin apenas historia en el balonmano, pero con un proyecto de lo más ambicioso y con un fuerte apoyo económico para su realización.

Así, tras años de duro trabajo y de grandes “fichajes” para la selección del país árabe, Valero se ha ganado a pulso el ser considerado como un auténtico héroe nacional, tras los buenos resultados obtenidos en un tiempo récord. Estos demuestran que el entrenador zaragozano, con la ayuda de su cuerpo técnico, ha logrado trasmitir su filosofía y su dilatada experiencia a un equipo prácticamente nuevo.

La estrella: Danijel Šarić

Danijel Šarić. Foto: Robert Ghement
Danijel Šarić. Foto: Robert Ghement

El veterano portero de 39 años, que hasta la conclusión de la presente temporada jugaba en el FC Barcelona y está considerado como uno de los mejores del mundo en su puesto, es el nombre más destacado dentro del elenco de jugadores que Catar ha incorporado a su selección.

Con su experiencia en Catar, Šarić ya ha jugado para tres selecciones

El guardameta de origen bosnio se sumó al combinado de Valero en 2014, siendo esta su tercera experiencia internacional tras haber defendido con anterioridad las camisetas de Serbia y Montenegro (con la que participó en el Europeo de 2006) y de Bosnia y Herzegovina (con la que disputo su último partido en 2011).

Durante el pasado Mundial Šarić, que junto con Stojanović conforma una de las mejores porterías en lo que a selecciones internacionales se refiere, fue el único jugador qatarí que no jugaba en la liga del país asiático. Esta circunstancia cambiará a partir del año que viene dado que el guardameta ha abandonado recientemente la disciplina del FC Barcelona, tras siete exitosas temporadas en el club catalán, para comprometerse con el Al-Qiyadah qatarí.

Jugadores clave: Rafa Capote y Žarko Marković

Dado que el juego de Catar se sustenta en gran medida en el lanzamiento exterior, resulta esencial la aportación que tanto Rafa da Costa Capote como Žarko Marković realizan desde la posición que ocupan en el lateral.

Rafael Capote. Foto: Thomas Eisenhuth
Rafael Capote. Foto: Thomas Eisenhuth.

Capote inició su andadura en el país catarí tras casi siete temporadas en el balonmano europeo, cuando en el año 2013 abandonó la disciplina del Naturhouse la Rioja para fichar por el El Jaish SC, previo pago de la cláusula de rescisión del jugador. Tras ello Capote fue uno de los jugadores que obtuvo la nacionalidad catarí reforzando al combinado nacional de cara al Mundial de 2015, competición en la que sería un jugador clave para la consecución del subcampeonato siendo elegido en el siete ideal del torneo, al finalizar como quinto máximo anotador con 48 goles.

Así, el lateral izquierdo que abandonó su Cuba natal con apenas 17 años durante una concentración en Brasil como parte de unos Juegos Panamericanos, ha logrado hacer valer su imponente físico (casi 2 metros y 105 kg), para desplegar todo su potencial bajo las órdenes de Valero Rivera, convirtiéndose en un auténtico estandarte para su selección tanto en labores defensivas como ofensivas.

Žarko Marković. Foto: www.ndr.de
Žarko Marković. Foto: www.ndr.de.

Por su parte Marković aterrizó también en el El Jaish SC (equipo más poderoso de la liga catarí), tras una dilatada experiencia que le ha llevado a jugar en algunos de los principales equipos europeos como el Veszprém húngaro, el Metalurg Skopje macedonio o el Hamburgo alemán entre otros. Este fue su último club antes de aceptar, en el año 2014, la oferta de Catar para incorporarse a la disciplina de El Jaish y nacionalizarse catarí, pudiendo de esta forma competir en representación del país asiático en el pasado Mundial. 

El cañonero zurdo, que antes de adoptar la nacionalidad catarí participó en 30 partidos con la selección de Montenegro, buscará exhibir en Río su potente lanzamiento, como ya hizo en el último Mundial donde fue nombrado mejor lateral derecho tras anotar un total de 67 goles en los nueve partidos que disputó, siendo el segundo máximo goleador del campeonato y confirmándose como uno de los pilares fundamentales en los que Catar se debe apoyar si quiere lograr una medalla olímpica.

Calendario en la fase de grupos

Día

Hora

Oponente

7 de agosto

14:30

Croacia

9 de agosto

14:30

Francia

11 de agosto

14:30

Túnez

13 de agosto

19:40

Dinamarca

16 de agosto

02:50

Argentina