Con todo un pabellón empujando en su contra y frente a los golpes de las brasileñas en defensa, las mujeres del balonmano exhibieron pragmatismo, pundonor y oficio para lograr su segunda victoria en Río ante las anfitrionas y enfilar el buen itinerario hacia los cuartos de final. Con el partido en la mano en todo momento, tuvieron que echar sudor extra después de perder una ventaja de seis goles (8-14, min 23) para marcar por fin distancias en los últimos momentos hasta el 24-29 final, entre el nerviosismo de las locales.

Las Guerreras están mostrando en Río la cara agradable que les llevó al bronce olímpico y la plata en el Europeo de 2014. Y, como en todas esas gestas, edifican la solidez desde la portería. Silvia Navarro volvió a ser un muro con 14 paradas (39%). Ahí comenzó la victoria que lanzaron los goles de una Nerea Pena recuperada de su mal partido frente a Noruega con ocho dianas en diez tiros.

Con esos pilares España se lanzó al juego alocado de los primeros minutos, un intercambio de golpes con Brasil con las defensas desaparecidas. De dos pérdidas en ataque de Marta Mangué y Nerea Pena se aprovechó Franca da Silva para correr al contraataque y cobrarse la primera ventaja carioca (4-2, min 5).

Las Guerreras entraron en el juego y devolvieron el tortazo con una Eli Pinedo infalible (6 goles de 6 tiros). Para ese combate salvaje, España tenía portería y mano larga. Por eso empezó una cadena de exclusiones (hasta 8 en todo el partido) que Brasil casi nunca aprovechó. En esa concentración en inferioridad residió una de las claves.

A las locales les faltó el oficio de las españolas en las jugadas que definen la experiencia de las balonmanistas. Mientras ellas perdían balones, las Guerreras sabían cómo trazar el camino para percutir por el centro de la defensa y cómo forzar penaltis. Con uno de ellos, Nerea Pena marcó la máxima ventaja en el minuto 21, pero volvió a aparecer Franca da Silva, la máxima goleadora brasileña con siete goles, para empezar a enjugar la ventaja. Dueñas paró el tiempo para ralentizar el partido en los últimos segundos. España llegó al descanso tres arriba (12-15).

Pena volvió a aparecer para inaugurar con dos goles la reanudación, mientras Brasil seguía cosechando oportunidades de superioridad que no aprovechaba. Dueñas aprovechó para rotar. Con unos y otros ingredientes el partido no se rompió, siempre con una ventaja española de dos y tres goles.

A falta de seis minutos, un gol de Da Silva pudo meter el miedo a las Guerreras (24-25), pero Mangué en defensa, Navarro en portería y Pena y Pinedo en ataque consiguieron templar el partido. Su calma contrastó con las cariocas, que acabaron el partido con una menos, situación ideal para que Macarena Aguilar abriese hasta cuatro la brecha final con dos goles.