Las selecciones francesa y danesa se citaban en el último día de competición de los Juegos Olímpicos de Río para disputarse el oro olímpico en el torneo masculino de balonmano. Los galos, dobles campeones olímpicos (oro en Pekín 2008 y en Londres 2012) habían superado en su camino a la campeona europea, Alemania, al llevarse la victoria en semifinales por un marcador de 28 a 29. En el caso de la selección de Europa del Norte, su víctima había sido la Polonia de Talant Dujshebaev, a quien venció por idéntico marcador.

En el Future Arena de Río de Janeiro se jugaba algo más que una final, puesto que su desenlace podía implicar la definitiva coronación olímpica de la selección del país vecino, al obtener tres medallas de oro consecutivas, o la llegada de una nueva alternativa al panorama del balonmano mundial, con una potente Dinamarca a la que le faltaba vencer en una gran cita.

Mikkel Hansen asume su papel

Ambos combinados comenzaron el partido realizando una buena labor defensiva, que no "dejaba respirar" a sus contrincantes. Ante esta situación, Francia, con la intensidad como precepto en defensa, y tripulada por sus primeras líneas en ataque, tomó ventaja prematuramente (3-5, minuto 6).

Poco más tarde, la efectiva conexión Mikkel Hansen - Henrik Toft Hansen, que dio mucho que hablar durante la primera mitad por el daño que ejerció a la selección gala, logró sus primeros frutos en el minuto 9 al conseguir poner el empate a 5.

A partir de entonces, Dinamarca mostró una gran fluidez en ataque, gracias al movimiento del balón de los primeras líneas Mikkel Hansen y Morten Olsen. Junto a esto, la profundidad de la defensa nórdica fustigaba a los primeras líneas franceses, a quienes impedía encarar a portería (9-7, minuto 14).

Mikkel Hansen, máximo anotador de la final (8)

El combinado danés solía atacar en la primera mitad con siete jugadores, contando con dos pivotes incrustados en la defensa adversaria y asumiendo los consiguientes riesgos relativos a la ausencia de un portero. Precisamente, fue esta estrategia la que provocó la pérdida de su ventaja.

Michael Gigou volvió a poner a la selección gala por delante pasado el ecuador de la primera mitad, al anotar tres contraataques sin oposición, ya que no había guardameta que defendiese la portería (10-9, minuto 17). Ciertamente, el veterano extremo izquierdo del Montpellier AHB, destacó en el primer periodo por aprovechar todas las acciones de contraataque claras con las que contó.

Mucho tuvo que ver en la corta ventaja amasada por los galos la combinación asistente - goleadora entre Nicola Karabatic y Adrien Dipanda, que intercambiaban estos roles. También dejaba destellos de calidad el jugador del PSG Handball Daniel Narcisse, que se apoyaba en su físico para "entrar hasta la cocina" y superar a Niklas Landin, que perdió frente a Thierry Omeyer el particular "duelo de porterías" de la primera mitad.

Adrien Dipanda intenta superar con un lanzamiento a Niklas Landin. Foto: IHF.
Adrien Dipanda intenta superar con un lanzamiento a Niklas Landin. Foto: IHF.

El principal cambio que implicó el tiempo muerto solicitado entonces por el técnico islandés Gudmundur Gudmundsson, fue el protagonismo obtenido por Mikkel Hansen, que tomó definitivamente las riendas de su equipo.

El lateral danés realizaba magníficos pases sobre Henrik Toft Hansen, que cazaba todos los balones que rondaban los seis metros gracias a su gran movilidad en ataque. Pero no solo destacó el jugador del Paris Saint Germain HB en el plano asistencial, ya que logró anotar tres tantos consecutivos gracias a su imparable y determinante lanzamiento exterior.

De esta manera, tomando Hansen como lugartenientes en el pivote y en el extremo a Henrik Toft y a Lasse Svan, su selección volvió a tomar la delantera, para acabar yéndose al descanso dos tantos arriba gracias al arreón final protagonizado por el nombrado mejor jugador del mundo del pasado año (14-16, minuto 30).

Desigual fortuna para Karabatic

Los franceses salieron al terreno de juego en tromba tras la reanudación. El ex barcelonista Karabatic quiso emular la actuación de Hansen en el primer tiempo, asumiendo el protagonismo que por su calidad le corresponde, al echarse a su equipo a las espaldas.

Nikola Karabatic se eleva ante la defensa danesa. Foto: IHF.
Nikola Karabatic se eleva ante la defensa danesa. Foto: IHF.

De esta manera, el hermano mayor de la saga de los Karabatic contribuyó decisivamente a reducir distancias en el tanteador; anotando tras entrar con potencia "hasta la cocina" y dando asistencias de gol a sus compañeros presentes en el 40 x 20.

Tuvo mucho que ver en el acercamiento galo (20-19, minuto 37) el aumento de la profundidad de la defensa 6:0 que practicaban, consiguiendo así frenar con éxito los intentos de lanzamiento exterior de los primeras líneas Mikkel Hansen y Morten Olsen.

Bajo estas circunstancias, la falta de acierto de los laterales de ambos equipos provocó que el encuentro entrara en una fase de sequía goleadora.

Los colegiados españoles Óscar Raluy y Ángel Sabroso arbitraron la final

Sin embargo, Dinamarca acabó desatascando esta situación con renovadas acometidas de su lanzamiento exterior, que entonces estaba tripulado por los laterales Mads Christiansen y Kasper Sondergaard, que aprovechaban los balones suministrados por Mikkel Hansen. El acierto de estos, junto con las oportunas embestidas de Lasse Svan, pusieron una peligrosa diferencia de 5 goles, máxima distancia del partido entre ambos combinados (25-20, minuto 48).

Acabó llegando la reacción francesa tras un tiempo muerto: las órdenes del entrenador defensivo Didier Dinart sirvieron a las huestes de Claude Onesta para mostrar una clara mejora en este ámbito, al oponer la formación defensiva 5:1 al  potente lanzamiento exterior danés y de esta manera, conseguir frenar la brecha goleadora rival durante siete minutos.

3 daneses, 3 franceses y 1 alemán, en el 'Equipo Ideal'

La mejora defensiva les fue suficiente para afrontar la situación adversa, pese a las profundas dificultades que seguían sufriendo en el ataque, plano que se mostraban renqueantes. El acierto del extremo izquierdo Kentin Mahe desde los siete metros y las penetraciones de Daniel Narcisse y Michael Gigou, les permitieron amasar un parcial de 5 a 1, con el que se ponían a un tiro de piedra de sus rivales a falta de cuatro minutos para la conclusión.

Karabatic se convirtió en el verdadero protagonista del partido en los minutos finales: aunque consiguió en un primer momento un gol clave que apretaba el tanteador, al lograr superar con éxito el acoso de un defensor adversario (26-25, minuto 56), en los siguientes ataques sufrió dos pérdidas que condenaron a su selección: una de ellas consistió en un robo de balón, mientras que en la otra cometió la infracción de pasos.

Esta situación abocó al combinado poseedor de la "triple corona" hasta hace unos meses, a realizar una defensa individual que fue fácilmente superada y que culminó en un tanto, con el que un desaparecido hasta el momento Mads Mensah Larssen, ponía la sentencia a la final (28-25, minuto 59).

No sonó el himno francés por tercera vez consecutiva

Finalmente, la todopoderosa selección gala había sido derrotada. Su verdugo, Dinamarca, que había sufrido importantes derrotas ante el combinado dirigido por Claude Onesta en los últimos años (especialmente dura fue la sufrida como locales en el Europeo de 2014 por 32 tantos a 41), había encontrado el mejor escenario posible para vencerla y acabar con la ‘dictadura’ que había logrado imponer en el balonmano mundial durante los últimos años.

El equipo masculino danés celebra su medalla de oro en el parqué del Future Arena. Foto: IHF.
El equipo masculino danés celebra su medalla de oro en el parqué del Future Arena. Foto: IHF.

Especial incidencia tenía esta supremacía en los Juegos Olímpicos, puesto que en las últimas dos citas se "habían apropiado" del oro. Aunque en el Future Arena de Río ha caído hoy una torre muy alta, nadie sensato puede augurar que se haya derrumbado de manera definitiva. Sin embargo, sí podemos afirmar que existe una alternativa en el balonmano mundial.

Medallero olímpico
1 Dinamarca
2 Francia
3 Alemania
'Equipo Ideal' del torneo masculino de Río 2016
MVP Mikkel Hansen Dinamarca
Portero Niklas Landin Dinamarca
Extremo izquierdo Uwe Gensheimer Alemania
Lateral izquierdo Mikkel Hansen Dinamarca
Lateral derecho Valentin Porte Francia
Extremo derecho Lasse Svan Dinamarca
Central Nikola Karabatic Francia
Pivote Cedric Sorhaindo Francia
Máximo anotador Karol Bielecki (55 goles) Polonia