Las cebras llegaban a  la ciudad de Mannheim con la intención de intentar remontar el marcador adverso (24-25) que cosecharon en la ida, y prueba de esa intención fue su gran arranque ya que comenzaron el encuentro imponiendo un 0-3 en los primeros 5 minutos. Tanta intensidad le supuso la roja directa a Rene Toft Hansen, ya que se sobrepasó en una acción con Andre Schmid en la que el pivote danés le dio con el brazo en el cuello al jugador alemán.

Al Rhein-Neckar Löwen le costó entrar en el partido, pero una vez dentro, supieron tomarle la medida a los de Kiel e incluso remontar el luminoso hasta llegar a irse de dos. Estando 9-7 en el marcador (minuto 21), Alfred Gislason pidió tiempo muerto para intentar darle la vuelta al partido, ya que el juego de su equipo no estaba siendo muy vistoso y fluido. Tras la charla, el Kiel supo llevar las instrucciones tácticas al campo que se vieron reflejados en el marcador final de la primera parte que quedo en 12-12.

En esta primer parte, cabe destacar las grandes actuaciones de los porteros de ambos conjuntos (Andreas Palicka y Niklas Landin) que les valió tener un porcentaje de paradas mayor al 40%. Y también mencionar las buenas defensas que se vieron tanto en el área local como en la visitante (haciendo especial mención a Gedeón Guardiola por parte del conjunto local y a Ilija Brozovic por parte del visitante).

La segunda parte comenzó con un equipo local mucho más decidido a ganar el partido que el visitante, y prueba de ello fue la grada del SAP Arena que animó como nunca para empujar a su equipo hacia la victoria y así conseguir el pase a la siguiente ronda. Gislason pidió tiempo muerto en el minuto 40, ya que veía que cada vez eran menores las opciones de pasar a la siguiente ronda. Esta charla rápidamente surgió efecto en sus jugadores, y poco a poco se vio a un Kiel mucho más decidido y acertado de cara a portería, el cual se veía cada vez con más opciones de poder superar al cuadro de Mannheim.

En el minuto 48, el Kiel conseguiría adelantarse imponiendo el 21-22 en el luminoso, cosa que no hacía desde el inicio de la primera parte. Al ver esto, Nicolaj Jacobsen decidió pedir un tiempo muerto para tratar que sus jugadores mantuviesen la cabeza fría y no echasen por la borda el buen partido que hasta el momento estaban realizando. El partido continuó muy igualado hasta los últimos minutos, donde ya éste se volvió un corre calles sin sentido, en el que cada uno trataba de meter el gol que le diese el partido y la eliminatoria. A falta de 20 segundos, Hendrik Pekeler atizaba el larguero con un disparo potentísimo cuando iban 24-26. En este momento, todo el banquillo del Kiel soltaba un suspiro de alivio y celebraba el pase a 1/4 de final.

En esta segunda parte, hay que volver a destacar las grandes actuaciones de Andreas Palicka, Mikael Appelgren y Niklas Landin, ya que sin sus paradas, el marcador hubiera sido bastante más abultado que el que acabó siendo. También cabe mencionar por parte del Rhein-Neckar Löwen a Kim Ekdahl du Rietz y por parte del Kiel a los grandísimos Nicola Bilyk y Marko Vujin.

Las cebras consiguen reforzarse anímicamente y moralmente gracias a esta gran remontada, la cual, en un principio, se veía muy imposible de lograr. Así, el conjunto dirigido por Alfred Gislason ya espera un próximo contrincante en 1/4 de final de la EHF Champions League.

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Sobre el autor
Aitor Silva
Estudiante de Comunicación Audiovisual en EHU / Jugador en el Ereintza Beissier #20 / Redactor de "Vavel" en los apartados de la Real Sociedad y del balonmano, además de escribir en "El Rincón de la Real" / Apasionado del séptimo arte y de la buena música.