Alemania consiguió una victoria fácil en tierras eslovenas por 23 a 32 ante una muy pobre Eslovenia y se coloca como líder indiscutible del Grupo 5 con 6 puntos, es decir, 3 de 3 victorias. Por su parte, Eslovenia se queda como 2ª clasificada expectante de lo que pase entre Portugal y Suiza en su respectivo partido, dado que depende de la media de goles que coseche Portugal, y de si ganan los lusos, para colocarse como segundos.

Eslovenia buscará venganza en el partido de vuelta que se disputará en Alemania, y así no descolgarse de la lucha por el primer puesto del grupo. Esta opción es muy remota, casi imposible me atrevería a decir, pero esto es balonmano, y todo puede pasar en cualquier partido.

Primera parte: dominio germano absoluto

Desde el comienzo del partido, el conjunto alemán supo controlar el encuentro con suma calma e inteligencia, sin que se le fuese de las manos, lo que no le dio ni un ápice de esperanza al combinado esloveno.

El inicio resultó muy brusco, con dos conjuntos que se emplearon a fondo en defensa y no dieron casi ninguna opción ofensiva al rival. Tanta intensidad supuso una recolecta de sanciones de dos minutos para los dos equipos: una para Blagotinsek por parte de Eslovenia y dos para Drux y una para Pekeler por parte de Alemania. Estas expulsiones dieron alas al conjunto esloveno, que veía que gracias a tener un hombre más sobre el terreno de juego, podían mantener el marcador bastante igualado.

De todos modos, las defensas se relajaron y comenzó a funcionar del todo bien la maquinaria alemana. En el minuto 13, el marcador reflejaba un 5-9 a favor del combinado germano, lo que obligaba al entrenador esloveno, Veselin Vujovic, a pedir tiempo muerto, para intentar enderezar el resultado del partido. Este tiempo muerto fue acompañado por de una retahíla tremenda, dado el pobre juego que estaba ofreciendo su equipo, ya que no podían ni atacar ni defender al equipo alemán.

Aun y con el tiempo muerto, ya era demasiado tarde para los eslovenos. Habían desatado a la bestia germana. El rodillo alemán continuó sin cesar durante el resto de la primera parte y el partido se fue al descanso prácticamente sentenciado, marcando un 12-19 a favor de los visitantes.

Gran culpa de este resultado la tienen dos jugadores vitales para los alemanes: Andreas Wolff y Uwe Gensheimer. ¿Qué sería de la Selección Alemana sin estas dos bestias del balonmano? Tanto portero como extremo estuvieron enormes en sus acciones durante toda la primera parte, uno con muy buenas paradas y otro marcando 7 goles (un poco más de un 1/3 de los goles totales de su equipo).

Segunda parte: El rodillo alemán continuó arrollando

Nada cambió durante la segunda parte. Eslovenia seguía sin encontrar los huecos en la defensa germana, y los alemanes de mientras continuaron a lo suyo, en este “entrenamiento” particular que habían improvisado.

Los alemanes supieron mantener la renta de 7-8 goles de diferencia en el inicio, e incluso pudieron concluir el encuentro con una renta de dos cifras, pero Eslovenia marcó un gol en el final del encuentro que dejaba el final del partido con una diferencia de 9 goles (23-32).

Otra vez, cabe destacar a los dos jugadores ya mencionados anteriormente. Wolff continuó a lo suyo, demostrando porque es uno de los mejores guardametas del balonmano actual, y Gensheimer por su parte siguió marcando goles (concluyó el encuentro con 11 dianas, 7 de ellas de penalti, lo que demuestra la confianza que tiene Alemania en los 7 metros con el extremo izquierdo).

Se vuelve así el combinado germano a su tierra con una gran victoria en los bolsillos. Por otra parte, Eslovenia tendrá que analizar a fondo el partido para ver los múltiples errores que les condenaron ante los alemanes.