Nairo Quintana vino al mundo un 4 de Febrero de 1990 en Boyacá, un distrito situado en el centro de Colombia, donde la pobreza se empeña en abrirse paso y solo la agricultura es capaz de dar ánimos y aliento a sus sufridos habitantes. La familia de Nairo no se pudo escapar de tan dificil realidad ya que se ganaban la vida trabajando de campesinos hasta que su padre, el señor Luís, sufrió un accidente de trabajo quedándose inválido y complicándolo todo un poco más. Las dificultades eran tan grandes que se vieron incapaces de poderle pagar el bus escolar al joven Nairo ( el mediano de los tres hermanos ). En una decisión que cambió su vida y posiblemente la de la historia del ciclismo cafetero, aprendió a montar en bicicleta, y se recorría los más de 35km que separaban su casa del colegio todos los días.

Cabe destacar que en el trayecto hacia la escuela, se encontraba tramos con un desnivel tremendamente notable. Las piernas del futuro "Rey de la Montaña" del Tour se cincelaban un poco más cada semana que pasaba.

Colombia vio sus primeras pedaladas

Debutó con 19 años en el Boyacá es para vivirla En el año 2009 y con tan solo 19 años decidió hacer de su hobby su profesión y se enroló en el equipo de su ciudad natal Boyacá es para Vivirla, pudiendo hacer así realidad su sueño de vivir del deporte que se enamoró de manera tan accidenteda y poder agradecer a su familia todo el esfuerzo que habían hecho con él y sus hermanos años antes.

Vicente Belda, ahora nombre maldito del pelotón y entonces director del equipo, se fijó en un corredor que dejó a todos boquiabiertos en una prueba de resistencia, creyendo incluso, que sus magníficos resultados se trataban de un error, huelga decir que no había tal. En ese primer año como profesional también pudo debutar en algunas pruebas del viejo continente, siendo la séptima posición conseguida en la Subida de Urkiola como la más relevante.

Su imparable progresión no se frenó al año siguiente, fichando por el Cafe de Colombia-Colombia es Pasión pudo conquistar el Tour del Porvenir con victorias en la etapa reina y en la cronoescalada final.

En el año 2011, y con el ascenso de categoría de su equipo, pudo participar en carreras como la Volta a Catalunya ganando el maillot de la montaña, o quedar 15 en la Vuelta a Castilla y León justo detrás de un tal Chris Froome. Este sería su último año en su país; tocaba dar el salto y en Europa le estaban esperando con los brazos abiertos.

Europa: La tierra prometida

2012 sería el año de su aterrizaje y de su debut en un equipo europeo, Movistar fue el más rápido de todos y en una acción poco arriesgada firmó a esta joya colombiana. En su primera temporada, atesoró grandes resultados como ser ganador de la Vuelta a Murcia, segundo en la Vuelta de la Comunidad de Madrid, ganador de la etapa reina del Critérium del Dauphiné, campeón en la Ruta del Sur, excelso labor como gregario de Alejandro Valverde en las etapas montañosas de La Vuelta a España y primero en la clásica del Giro de Emilia.

2013, su año

Este año ha dado el salto de calidad con victorias en País Vasco, La Volta y Tour La temporada comenzaba para el nuevo "escarabajo" con la idea de dar el gran salto, ese que diferencia a los buenos corredores con los mejores. En cambio, su arranque de curso no iba ser ni mucho menos el esperado: resultados decepcionantes en las Vueltas de Andalucía, Murcia y en la París - Niza amenazaban su hasta entonces meteórica progresión.

Sin embargo, en la Volta a Catalunya ya dejó muestras de mejoría tras quedar cuarto y en el País Vasco se hizo con la hasta entonces victoria más prestigiosa de su carrera, aunque lo mejor estaba aún por llegar.

Tour de Francia

La Gran Boucle llegaba como todos los veranos fiel a la cita para subir a sus triunfadores a la categoría de héroes. El conjunto Movistar decidió utilizar a Nairo Quintana como gregario de lujo del jefe de filas, Alejandro Valverde. Los primeros días transcurrieron con los nervios habituales en la ronda gala y el colombiano pagó su inexperiencia con caídas de poca importancia. Pese a todo, se mantuvo siempre en los primeros puestos de la general y presto para ayudar al corredor murciano. Todo campeón también necesita su particular golpe de suerte y el colombiano lo tuvo en la etapa con final en Saint-Amand-Montrond, el español sufría un desafortunado accidente que le hacía perder más de 10 minutos en la linea de meta y lo que era peor, cualquier opción de podium en París. Al conjunto navarro en cambio no le tembló el pulso: a rey muerto, rey puesto. De puertas para fuera, Quintana no tenía ninguna presión al ser novato; de puertas a dentro toda la fe del equipo estaba puesta en él. Era su momento.

Si hasta entonces el corredor del Movistar era medianamente conocido en su país y entre los especialistas del ciclismo, fue en los míticos alpes cuando se dio a conocer a nivel mundial. En el mítico Mont Ventoux, logró ser el único en aguantar la rueda al todopoderoso Froome en su mayor exhibición. Al final cedió algo de tiempo con el británico aunque superó al resto de favoritos, demostrando que era un claro candidato al podio final de París. El "monte pelado" fue testigo del nacimiento de una estrella.

En otro puerto histórico como Alpe d'Huez y después de otra exhibición cuando la carretera se estrecha y se empina hacia arriba, consiguió colarse en el podio de manera momentánea solo detrás de Froome y pisando los talones a un Alberto Contador que no veía la manera de ponerle el cascabel a ese gato colombiano, aunque Quintana aún no había dicho su última palabra en este Tour.

En el día de su patria y con toda colombia pendiente de él, consiguió tocar el cielo con sus pedales ganando la etapa con final en Semnoz. En un ejercicio de superioridad solo al alcance de los elegidos fue dejando a todos sus rivales por el camino- Contador, Purito, Froome, todos cedieron ante un hombre que ese día no corría solo. Si la felicidad tuviera imagen, no duden que sería la de Nairo Quintana celebrando la victoria aquel día al cruzar exhausto la linea de meta. La foto del podio de Annecy se repetiría en la noche de los Campos Elíseos,no era para menos, había conseguido escalar hasta la segunda posición de la general y llevarse el maillot blanco como mejor joven y el de blanco con puntos rojos de mejor de la montaña. Había hecho historia y cualquier otro ciclista latinoamericano ya le tendría que mirar hacia arriba.

Colombia a sus pies

Durante este histórico Tour, Colombia fue un grito en apoyo a Nairo Quintana. En él veían al principio a un digno heredero de los históricos "escarabajos" Luis Herrera, Fabio Parra o Santiago Botero.

"Después del Tour de Francia, Nairo es todo un ídolo en Colombia" VAVEL tuvo la oportunidad de escuchar la opinión de un paisano suyo en primera persona. Sergio Navas, colombiano y fiel seguidor del Tour: "En general no hay muchos que siguen el ciclismo, así que lo de Nairo fue sorpresa para muchos. La mayoría de personas siguieron a Nairo solo en las etapas de los fines de semana porque la gente entre semana trabaja a esa hora (8 am)". " Da la casualidad que la del domingo 14 de julio fue cuando hizo el mano a mano con Froome, desde entonces la gente se interesó por él. También ganó el 20 de julio en la etapa que coincidía con el día de la fiesta patria de aquí —refiriéndose a Colombia—, fue en ese momento cuando todo el país supo de él”.

Preguntado entonces si es un ídolo allá, Navas no duda: "Claro que lo es, tanto que en Bogotá hay un barrio muy famoso donde se pueden conseguir toda clase de bicicletas que se llama "7 de agosto". Después de las buenas actuaciones de los ciclistas, esta industria ha incrementado sus ventas, además que es muy del común ver mucha gente practicándolo en las carreteras del país, todo lo consiguió él "

Nairo Quintana, el futuro no es suyo, suyo es el presente.

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