Caras largas hoy en el autobús del Euskaltel en Getxo. Necesitaban victorias y hoy ha llegado de la mano de Juanjo Lobato. Tarde,  “es una decisión triste, pero parece que está tomada”, decía un abatido Igor González de Galdeano, que sabe que las victorias van a un zurrón sin fondo. Euskaltel desaparecerá. Al menos ese camino lleva.

“Parece que con la crisis todo está justificado, habrá que entenderlo e irnos todos al paro”, ha declarado un contundente Igor González de Galdeano, que tiene claro que “la situación no es fácil” y que “se buscará la salida más digna a un proyecto que no se lo merece, pero es lo que hay”.

El proceso de desintegración “ocurrido en tres meses, me ha dejado muy desmoralizado, nos han roto todos los sueños, el sentir de proyecto es tristeza y desanimo”, concluía el manager general del Euskaltel. Las instituciones no van a poner más dinero y la empresa no puede afrontar esos gastos. "Ahora lo único que queda es seguir siendo profesionales y seguir dándolo todo”, ha sentenciado Igor González de Galeano.

Los corredores en la misma línea

Cada ciclista sabe que tendrá que buscarse su futuro

La gravedad es extrema. “A los corredores nos han dado libertad para negociar nuestro futuro”, han sentenciado tanto Egoi Martínez como Mikel Landa. El sentir de la plantilla es unánime, “el futuro del conjunto es muy malo”.

Por su parte y pese a tener vía libre, muchos de los corredores no han reconocido públicamente si ya se han movido o no de cara a su futuro. Mikel Landa habla de “estar tranquilo hasta que pase la Vuelta a Burgos”, Lobato explica como “aún no se ha movido en busca de un nuevo equipo”.

Sin embargo, hay dos corredores que si han hablado públicamente de su situación. Uno es Igor Antón, el más tajante al afirmar que “habrá que habrá que buscarse un nuevo equipo”. El otro, Egoi Martínez, aunque sin demasiado convencimiento, ha dejado caer la idea de dejarlo: “¿Retirarme?, es muy posible”, exclamaba antes de tomar la salida del circuito de Getxo.

Copatrocinador, desaparición o venta

Solo un milagro podría salvar al equipo

Hay tres opciones. La menos probable es que un patrocinado secundario opte por poner los 3,5 millones presupuestados para las instituciones. Posibilidades hay. Pero las otras dos ganan enteros cada hora que pasa, las que nadie quería ver, pero que poco a poco han ido calando primero entre los directivos, luego entre el personal y finalmente entre los aficionados. Todos ellos han visto caer un proyecto que hace un año prometía más que nunca.

Si la plaza desaparece, la UCI tendrá que otorgar una nueva licencia, algo que le obligaría de nuevo a realizar todos los trámites pertinentes para ello. Cosa  que no quieren desde el máximo organismo que gestiona el ciclismo mundial, que intentará alargar el proceso para la aparición de un comprador.

Euskaltel ve posible vender la licencia. Busca  un patrocinador que compre la misma, haciendo valer su condición de World Tour asegurada al menos hasta 2016, lo que podría incentivar a los posibles demandantes de la plaza. “Ojala venga alguien, de fuera vendrán y buenos nos harán”, pedía Igor González de Galdeano.

El espíritu de la afición vasca perdura

Tocado el proyecto y tocada la afición. Los aficionados vascos tenían un color, un equipo. Ahora solo tienen lo primero. El color representa al proyecto glorioso que se inició hace ya más de una década, que cautivó a toda una afición y a todo un pueblo, un pueblo que va a perder el proyecto que les hizo sentir de manera especial este bello deporte, pero que a pasar de ello, sabrán reponerse, porque si algo les gusta es el ciclismo, y aunque el pelotón no sea lo mismo sin el color naranja en la carretera, sigue siendo ciclismo.

El más longevo

Euskaltel ha estado en el WT desde hace más de una década

Euskaltel era el equipo de categoría World Tour más longevo. En la primera categoría del ciclismo mundial ininterrumpidamente desde 2001, es un equipo que ha sabido transmitir un sentimiento, una idea,  un proyecto, que después de 16 años, parece que se terminará para siempre.