El Tour de Francia lloró este pasado jueves la muerte de uno de esos corredores que pocas veces sale a la palestra para recordar sus gestas y pocas veces se le coloca entre los históricos de este deporte. Albert Bourlon falleció a los 96 años, siendo el más veterano de los ex ciclistas que todavía estaban vivos. No fue un corredor destacado ni brilló por sus victorias, pero todavía ahora atesora una de las mayores proezas de la historia del ciclismo.

Bourlon, que nació en Sancergues el 23 de noviembre de 1916, protagonizó la fuga más larga en la historia del Tour de Francia. Fue en la edición de 1947 y estuvo escapado 253 kilómetros entre Carcassonne y Luchon para terminar conquistando la etapa.

Su primera participación en la 'Grande Boucle' fue en 1938, justo antes de la Segunda Guerra Mundial, donde fue capturado para después lograr escaparse y huir a Rumanía. Allí ganó la clásica Bucarest-Ploesti-Bucarest en 1944.

Y tres años más tarde, la temporada donde ganó su victoria en el Tour, también se hizo con el triunfo en la París-Bourges. Fue precisamente aquí, en Bourges, cuando el pasado mes de septiembre se inauguró un velódromo que ahora llevará su nombre.