Andy Schelck arranca una nueva temporada con la necesidad de hacer borrón y cuenta nueva. El objetivo es recuperar las sensaciones perdidas y tratar de ser aquel corredor que maravilló al mundo temporadas atrás.

Ha llovido mucho desde la última victoria de Andy. Fue en el Galibier, en la decimoctava etapa del Tour De Francia de 2011. A partir de ese día su estrella se ha ido apagando. En 2012 se perdió el Tour de Francia tras fracturarse la pelvis en la Dauphiné Liberé, una lesión que le mantuvo alejado de las carreteras toda la temporada.

Tengo muchos años por delante para hacerlo bien

Su 2013 fue un quiero y no puedo constante. Fue cosechando abandono tras abandono y puestos irrelevantes en las carreras previas al Tour. En la ronda gala fue vigésimo a más de cuarenta minutos de Christopher Froome.

Pero pese a estos antecedentes, el pequeño de los Schleck no pierde la moral: "He estado entrenando bien durante todo el invierno y he realizado diferentes stages de pretemporada en España durante los meses de diciembre, enero y febrero. Espero que pronto se vean los resultados".

El regreso de su hermano puede ser clave

Los hermanos Schleck volverán a correr juntos esta temporada en el Trek Factory Racing. El mayor de la saga vuelve al pelotón tras cumplir un año de sanción por su positivo en el Tour de Francia de 2012.

Frank Schelck, en una entrevista realizada al diario Le Quotidie, se muestra confiado ante las posibilidades de su hermano en el Tour: "Recuerdo que mi padre siempre nos decía que si un día puedes levantar 100 kilos, tal vez al día siguiente no lo consigas, pero ya sabes el nivel que puedes alcanzar; por eso creo que podemos volver a estar arriba en el Tour. Además, el recorrido es perfecto".