Se acabó la Vuelta Ciclista a España 2014 tras 21 etapas, 3239,9 kilómetros, 40 puertos de montaña, dos cronos individuales, una crono por equipos, ocho finales en alto, dos días de descanso y un sinfín de momentos para el recuerdo. Y lo hizo en un marco incomparable: la bellísima y emblemática plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela. Un enclave en el que los ciclistas, al igual que los peregrinos, pusieron punto final a su particular peregrinaje por la geografía española. Y es que no se puede hablar de la capital de Galicia sin hablar del Camino, una milenaria ruta de peregrinación que surgió en el siglo IX y que cada año atrae a miles y miles de peregrinos. Una experiencia en la que se mezcla la aventura y la espiritualidad, y cuya meta final está situada en la Catedral de Santiago, ciudad santa de la cristiandad.
La carrera se despedía con una contrarreloj individual de 9,7 kilómetros. Un esfuerzo intenso, explosivo y corto, similar al que se realiza en un prólogo. Un recorrido prácticamente llano, salvo un repecho a la altura del kilómetro tres, con salida en la Ciudad de la Cultura y llegada en la Plaza del Obradoiro.
Malori y la lluvia
La lluvia quiso ser la gran protagonista de la última jornada. Una tormenta corta pero intensa condicionó el resultado. El piso mojado deslució la lucha por la etapa y benefició a los corredores que entraron en escena antes de la tromba de agua.
El mejor de los ciclistas que salieron en la "tanda seca" fue el campeón contra el crono de Italia, Adriano Malori (Movistar). El corredor nacido en Parma se adjudicó la etapa marcando un crono de 11'12". Jesse Sergent (Trek Factory Racing) fue segundo a 8" y Rohan Dennis (BMC Racing Team) tercero a 9". Los hombres de la general rodaron tranquilos, evitando riesgos, sabedores de que la contrarreloj final no era más que un trámite para ellos. Únicamente hubo un cambio entre los diez primeros de la clasificación, Damiano Caruso (Cannondale) le arrebató la novena plaza a Dani Navarro (Cofidis).
Contador logra su tercera Vuelta a España
Alberto Contador obró el milagro. El corredor del Tinkoff-Saxo transformó las lágrimas de dolor, pena e impotencia del Tour de Francia en lágrimas de alegría tras conseguir su tercera Vuelta a España (2008, 2012 y 2014), igualando al suizo Tony Rominger. Una victoria que sumar a sus dos triunfos en el Tour (2007 y 2009) y a su triunfo en el Giro (2008). Chris Froome y Alejandro Valverde completaron un podio de muchísimos quilates.
Una victoria inesperada, que parecía una auténtica quimera tras sufrir una fractura intraarticular de la meseta tibial en la décima etapa de la ronda gala. El pinteño se apuntó a la Vuelta en el último momento, a diez días del comienzo de la carrera. Las dudas sobre su rendimiento se esfumaron en la etapa con final en Valdelinares. A partir del día descanso su discurso y su actitud cambiaron. Había vuelto el mejor Contador. A partir de ese momento dominó la carrera con puño de hierro, venciendo en los Lagos de Somiedo y rematando su triunfo en la general con su exhibición en Ancares.