No puede ser evitado, eludido o detenido, el tiempo transcurre de forma inexorable, continua y uniforme. Han pasado nueve años desde que Tom Boonen consiguiera en Madrid su primer y único maillot arcoíris tras superar a Alejando Valverde y Anthony Geslin en un sprint de fuerza. Nueve años en los que el ciclista belga se ha convertido en una auténtica leyenda viva del deporte de las dos ruedas.

"La vida pasa demasiado rápido. Es increíble cuando piensas que han pasado nueve años desde que me proclamé campeón del mundo", confesaba el ciclista belga a su llegada a Ponferrada. Boonen ya no es aquel jovenzuelo cuidadosamente despeinado con aires de rock'n'roll star que quería comerse el mundo, su fisonomía se ha ido transformando con el paso de los años, está a punto de cumplir los 34, pero su sonrisa, sus piernas increíbles, su instinto ganador y su ansia por ganar se han mantenido: "He hecho todo lo que estaba en mi mano para llegar en plena forma a la carrera. Corrí los ochos días del Eneco Tour y luego diecisiete etapas de la Vuelta y el Mundial de contrarreloj por equipos. Tengo confianza en mis posibilidades".

"Es importante que Bélgica tenga varias bazas para ganar la carrera"

El corredor del Omega Pharma-Quick Step sabe que no es el líder único de su selección y que tendrá que compartir galones con Philippe Gilbert, Greg Van Avermaet y Sep Vanmarcke. Pese a tener tanto gallo en el mismo corral, los roles en la selección están bastante definidos. Boonen tratará de aguantar en el seno del pelotón por si la carrera se decide al sprint, mientras que sus compañeros buscarán dinamitar la prueba en las subidas: "Creo que es bueno para el equipo tener a varios corredores con opciones de victoria. Podemos jugar distintas variantes tácticas. Si Greg y Sep se mueven, mi presencia en el pelotón puede incomodar y meter presión a los equipos que tiren del grupo".

Boonen también quiso opinar sobre el favoritismo de Simon Gerrans, tras sus recientes exhibiciones en las clásica canadienses y sus victorias en monumentos ciclistas como Lieja y Milán-San Remo: "Gerrans puede ser el corredor más rápido de los que corren las clásicas de las Ardenas, pero no es lo mismo esprintar contra mí, Degenkolb o  Kristoff que contra los ciclistas que disputan esas pruebas".

La relación amor-odio de Boonen y los Mundiales

Pese a su victoria en el Mundial de Madrid de 2005, la historia de Boonen y los Mundiales de ciclismo tiene muchas más sombras que luces. Las lesiones y los percances le han perseguido y le han impedido correr dos de las ediciones cuyo trazado se adaptaba mejor a sus características: Melbourne (2010) y Copenhague (2011). "En los últimos años me he perdido el Mundial de Copenhague tras fracturarme el escafoides en la Vuelta, y el Mundial de Australia por problemas en mi rodilla. Dos oportunidades únicas para volver a ser campeón del mundo en dos circuitos que eran realmente buenos para mí", confesaba el corredor nacido en Mol.

Pese a tanto percance, Tommeke no pierde la ilusión de volver a vestirse de arcoíris: "Creo que aún puedo pelear por la victoria en tres Mundiales: Ponferrada, Richmond y Qatar".