El desenlace de un Mundial de ciclismo es siempre una moneda al aire que cae de un lado o de otro, a veces por puro azar. La línea entre el éxito y el fracaso es muy fina, y siempre acaba con un mismo final: sonrisas en un lado, lágrimas en otro. Unos ganan, otros pierden.

La felicidad de Michal Kwiatkowski y de toda Polonia contrastaba con la tristeza y la frustración del australiano Simon Gerrans, uno de los máximos favoritos para ganar la prueba tras sus exhibiciones en las clásicas canadienses. El ciclista del equipo Orica - GreenEDGE se tenía que conformar con una amarga medalla de plata tras superar a Alejandro Valverde en el sprint del grupo perseguidor. "He de reconocer que quise llorar cuando crucé la línea de meta. Estar tan cerca del título mundial y ver que se escapa en los últimos kilómetros es muy duro. Sabía que tenía buenas piernas. Si las cosas se hubiesen desarrollado de forma diferente en el final podría haber estado compitiendo por la victoria", reconocía resignado el australiano.

"Quedarse tan cerca del arcoíris es muy duro"

El ataque del ciclista polaco rompió los esquemas del corredor aussie y del resto de favoritos: "No vi el ataque de Kwiatkowski. Pese a que el movimiento era peligroso pensaba que con el tramo de descenso y el ascenso sería suficiente para poder atraparlo. El problema es que hicimos la primera parte de la subida al Alto del Mirador a un ritmo muy lento, nadie quería precipitarse, fue allí donde Kwiatkowski consiguió la ventaja que necesitaba para llegar en solitario a meta".

La medalla de plata no consolaba a un ciclista que sabía que había una oportunidad de oro en un circuito como el de Ponferrada que le venía como anillo al dedo: "Quedar segundo en una prueba tan grande como un Mundial es doblemente decepcionante. No puedo reprocharme nada, estoy contento con mi actuación. Únicamente fui superado por un ciclista que hizo una carrera perfecta. Polonia corrió a la perfección y Kwiatkowski confirmó que tenía la fuerza necesaria para rematar el gran trabajo de sus compañeros. Es un digno vencedor".

Una medalla que redondea un año fantástico

Con su medalla de plata, Gerrans pone el broche de oro, pese al color de su presea, a una temporada fantástica y plagada de éxitos. El ciclista australiano ha logrado seis triunfos de enjundia en la presente campaña: el campeonato australiano en línea, la general y una etapa del Tour Down Under, la Lieja - Bastoña - Lieja, el Gran Premio de Quebec y el Gran Premio de Montreal. Unos triunfos que le sitúan entre los corredores más importantes de la actualidad para carreras de un día y clásicas ciclistas.