La disputa de la decisiva quinta etapa del Tour de Omán fue suspendida. La organización de la carrera y los propios corredores decidieron anular la etapa debido a las duras condiciones climatológicas.

Una fuerte tormenta de arena y un calor asfixiante fueron las causas que llevaron a la cancelación. Sin la disputa de la misma, Rafa Valls (Lampre-Merida) es el favorito para llevarse la carrera a falta de una etapa llana para la conclusión.

(Foto: Ben Hermans).

Cronología de los hechos

Los corredores se despertaron en Omán con una tormenta de arena y una temperatura superior a los 40 grados. La organización decidió en un primer momento neutralizar la etapa hasta la entrada del circuito final y por lo tanto, disputar los últimos kilómetros. Se planearon entonces 95 kilómetros con tres vueltas de 29’5. Los ciclistas fueron trasladados en coche hasta el nuevo punto de salida para iniciar la etapa.

Una vez dentro del circuito para empezar la etapa recortada, se revaluó la situación y se decidió correr. Los corredores bajaron de los coches y se dio la salida de la etapa. En ese momento, la situación dio otro vuelco. Los 41 grados de temperatura afectaron claramente a los corredores y a la mecánica de las máquinas. Aparecieron múltiples pinchazos y los tubulares de los ciclistas se derretían.

Los ciclistas y los equipos decidieron echar pie a tierra por falta de seguridad y hablar con la organización, que abogó por suspender definitivamente la etapa.

Como es habitual en esta situación, organización y corredores se enfrentaron por una clara lucha de intereses. La etapa acabó neutralizada y sin disputarse, pero la organización no se mostró satisfecha. Habrá que esperar noticias de la organización del Tour de Omán a lo largo del día para esclarecer lo sucedido.

El clima del desierto, con tormentas de arena, calor y ráfagas tremendas de viento, no es propicio para la disputa de carreras ciclistas. En el recientemente finalizado Tour de Qatar también se vivieron momentos de tensión y dudas. No es un tema nuevo en el ciclismo, pero sí interesante de analizar y solucionar. Las organizaciones quieren disputar y los ciclistas temen por su salud. Este choque de intereses se produce frecuentemente y no es nada fácil de resolver.

Lluvia, nieve, arena, viento, temperaturas gélidas o sofocantes. Los ciclistas son héroes que luchan diariamente contra la adversidad, pero no merecen un sufrimiento inhumano y posiblemente, evitable. Por este motivo, la UCI, las carreras y los equipos están obligados a entenderse y a encontrar solución al tema, cada vez más frecuente en un ciclismo globalizado y lleno de intereses económicos.

En la reciente disputa de la Estrella de Besseges, un temporal de frio llevó a los corredores a una situación de duda similar. En ese momento, en VAVEL realizamos un análisis que rescatamos para ilustrar la difícil relación entre ciclismo y meteorología, triste protagonista de hoy en Omán.

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