Su retirada en la competición sub-23 los nacionales belgas, afectado por una montonera en los primeros metros, le pesaba demasiado a un dominador Eli Iserbyt, que alterna a sus 18 años sus estudios de Derecho con el ciclismo de lato nivel, que se postubala como el gran favorito a vestir con el driekleur al término de la misma. No ha decepcionado en el Mundial y ha maquillado una mal sábado de su país en las tres primeras pruebas, aunque no se le ha visto con ese dominio que ha impuesto en meses previos. Felipe Orts, sexto en meta -y mejorando el puesto del gallego Iván Feijóo en la prueba júnior-, consiguió la mejor posición de un ciclista nacional en la historia de un Mundial, dejando muy buen sabor de boca para los años venideros.

Iserbyt, con el oro, y Hermans, con el bronce, maquillaron la actuación belga en estos Mundiales tras una jornada de sábado que costará de olvidarEl toque de atención de Rudy de Bie, seleccionador belga, fue efectivo tras un sábado para olvidar. Ante el bronce de Sanne Cant en la prueba élite femenina, los sub-23 belgas salieron con todo, con la obligación de maquillar un resultado que podría haber sido mucho mejor. Solo el italiano Gioele Bertolini, el francés Clement Russo y el español Felipe Orts tuvieron la osadía de integrarse en un grupo con cuatro ciclistas de la selección de Bélgica. Hasta que llegó el segundo grupo y entraron los holandeses y checos, Bélgica controlaba la carrera, con algún momento de podería del italiano, con mucho confianza en sus fuerzas en el principio.

La sub-23 fue una prueba de difícil dominio: primero el belga Soete, que aprovechaba imprecisiones ajenas para abrir hueco ante un nutrido grupo de favoritos; luego el holandés Wouters, cuya caída a causa de un resbalón en el asfalto le privó de más protagonismo; después fue el turno de Quinten Hermans, otra de las numerosas bazas de la armada que dirige De Bie; y por último, el checo Toupalik, a quien una mala temporada no le ha impedido rendir en el día más importante del año con plenas opciones de pódium. Entre ataque y ataque, Felipe Orts, mejor español desde la salida, nunca abandonó el top-10.

Toupalik celebró antes de tiempo y le costó el Mundial. (Imagen: UCI)

El sprint por la victoria coronó a Eli Iserbyt y dejó a Toupalik con la plata, tras una equivocación en la penúltima vuelta que le costó el MundialEl del checo Adam Toupalik, el último y decisivo, puso a los belgas con las orejas tiesas y obligó a la artillería pesada, personificada en la imagen de Quinter Hermans, cuyo ataque a mitad de prueba le pesó demasiado para luchar por un metal mejor que el bronce. A falta de una vuelta, en el paso por meta y ante el reconocible sonido de la campana, el duro movimiento de Toupalik quedó justificado: creía que era la última vuelta -y celebró como si hubiese ganado el Mundial-. Hasta que Iserbyt pasó por su lado no se dio cuenta de su error, que le costó, fácilmente, el oro. La posterior remontada, sus serios ataques a Iserbyt, el único que podía aguantar, y un sprint antológico donde le sobraron metros le dejaron con la plata más amarga posible. Iserbyt, el nuevo gran especialista, sucesor natural de lo que es ahora Wout van Aert, es el nuevo campeón del Mundo beloften.

Felipe Orts, histórico

¿Quién era ese extraño ciclista, vestido con los colores de la selección española, que se atrevía a ponerse delante de los belgas y a liderar en alguna ocasión el grupo perseguidor? A Felipe Orts los belgas le miran aún de forma rara -aunque dice que son "buena gente"-, pero en el Mundial sub-23 ya ha demostrado que puede competir con ellos en próximas temporadas. El pódium se le escapó a dos vueltas de meta y acabó a diez segundos y el valenciano ganó el sprint por la sexta plaza a Bertolini, que aspiraba al oro cuando la prueba entró en la última vuelta. Kevin Suárez, por su parte, logró el vigésimo puesto, saliendo desde atrás y remontando hasta el final.

Vídeo de la prueba