Llegó 'la' carrera, la más esperada y la que todo el mundo quiere ganar, bien para salvar su año o bien para hacerlo aún mejor. Llegó la gran lucha Holanda-Bélgica en la prueba que más demuestra el dominio de ambas naciones en el panorama internacional. Llegó Sven Nys, quien dejó un último delirio de grandeza antes de afrontar su dolorosa retirada de la alta competición con un cuarto puesto. Llegó Pauwels, fiel a su cita con las medallas en los Mundiales. Llegó Van der Haar, para sustituir a su compañero Van der Poel y plantar cara al campeón de Bélgica. Y llegó el oro Wout van Aert, el mayor premio a una de las temporadas más perfectas que se recuerdan, propias, a unos precoces 21 años, de los años dulces de Sven Nys, quien hoy disputó su último Campeonato del Mundo.

Bélgica queda segunda en el medallero tras Holanda, con los mismos oros pero menos platasEl oro en la prueba sub-23 motivó a los belgas, segundos en el medallero por detrás de Holanda. Tim Merlier, séptimo en discordia de la selección de Rudy de Bie, en un trabajo de equipo, se desfondó para seleccionar mientras, escondidos, los pesos pesados de la selección belga iban cómodos en el seno del grupo de cabeza. Pero Wout van Aert puso pronto fin al teórico trabajo de Merlier, que dejó fuera del equipo mundialista a Toon Aerts, y seleccionó por su cuenta. Van der Poel, atento a todos sus movimientos, no se escondió y ayudó en el cristalino plan del belga, que buscaba endurecer la prueba desde el inicio y sin descanso.

Van Aert, Van der Poel y Van der Haar, el pódium natural por resultados en los últimos días, lideraron hasta la llegada de más artillería belga como Laurens Sweeck o Sven Nys. Se las prometía muy felices Bélgica, tomando la responsabilidad y controlando a los intrusos tulipanes. Era tal el dominio que hasta Nys se tomó la molestia de buscar un hueco y poner en jaque a los holandeses, que encontró imposible ante la solidez de Van der Poel. El grupo se mantuvo compacto y unido hasta que en una de las zonas más técnicas y difíciles del circuito, un enganchón entre Van der Poel y Van Aert -el pie del primero se quedó enganchado entre los radios de la rueda delantera del segundo- dio a Van der Haar, que iba primero, un hueco que resultó res casi decisivo.

A los dos favoritos les tocaba remontar; a Van der Haar, hacer tres vueltas casi perfectas para sorprender a propios y extraños y llevarse el oro a casa. Allí empezó la guerra psicológica de los aficionados, con abucheos al holandés y sonoros ánimos a Van Aert, que no perdía tiempo y remontaba segundo a segundo su desventaja. "Me escupieron", se quejaba el holandés del trato de los aficionados tras recoger su plata en el pódium. "No era ni cerveza", ironizaba. Gracias a ello y al golpe de gracia de Van Aert, con plenas fuerzas y sin errores, a falta de una vuelta, ambos estaban rueda con rueda y a solo ocho minutos del mayor éxito de sus carreras.

De ganar el Superprestige y el Bpost, Van Aert cerraría la temporada perfecta que solo Sven Nys pudo lograr hace once añosY la temporada más perfecta en años acabó de la manera más perfecta: con el arcoíris en el pódium. Ni siquiera el belga esperó al sprint, como había hecho su compatriota Iserbyt. La zona posterior a la arena fue la tumba de Van der Haar, la que aprovechó el nuevo campeón del mundo para ganar el Mundial y rematar su mejor año. Ahora que la Copa del Mundo, el nacional belga y el oro mundialista, a Van Aert le queda ganar el Superprestige y el Bpost Bank Trofee -donde no va mal encaminado- para cerrar el sextuplete que solo Sven Nys, en la temporada 2004-2005, pudo conseguir.

Vídeo de la prueba