Entre llantos, lágrimas y quejidos de decepción salía Greg Van Avermaet del Tour de Flandes 2016. Esa maldita caída en De Ronde, su De Ronde, parecía volver a llamar a ese 'maleficio' que tiene el ciclista belga en la que bien podría ser su carrera favorita. Siempre parte como favorito pero nunca acaba de refrendar tal condición. Su aproximación fue buena, ganando Omloop, Tirreno-Adriático y finalizando Milán-San Remo en una meritoria quinta plaza.

Todo parecía indicar que tanto Greg como Peter Sagan serían los grandes candidatos en Oudenaarde. Pero el destino reservó a nuestro protagonista un cruel final, mucho antes de lo que todos esperaban. Clavícula rota y lágrimas de rabia, más que de dolor. Pero no se rindió. Quiso volver más fuerte que nunca, 'resurgir de sus cenizas' como suele decirse. Como el ave fenix, esa criatura mitológica que, cada 500 años, se consume por el fuego para luego resurgir de sus propias cenizas.

La caida en Flandes le obligó a abandonar la temporada de clásicas | Foto: Tour de Flandes.
La caida en Flandes le obligó a abandonar la temporada de clásicas | Foto: Tour de Flandes.

Sonrisas de fénix

El deporte, y el ciclismo en particular, está plagado de este tipo de historias: superación, resurreción, regreso... pero Greg ha sido el gran Ave Fenix de la temporada. Porque dos meses después de su grave caída se subía al podio del Tour de Francia, como victorioso ganador en Le Lioran y flamante maillot amarillo de la carrera. Un triunfo de valentía, así es Van Avermaet, valiente y tenaz. El liderato le duró tres días, tres días que sirvieron para olvidar las amargas lágrimas flamencas y cambiarlo por la sonrisa amarilla.

Pero no todo iba a quedar ahí. Llegaban los Juegos Olímpicos, un recorrido apto para escaladores pero en el que el bueno de Greg supo moverse y aprovechar las circustancias. Llegó en buena forma, tras competir del primer al último día del Tour -victoria, dos top 5 y un top 10- y acabar quinto una Clásica de San Sebastián que se le resiste. Se plantó el Río de Janeiro con la intención de hacer algo grande, y vaya si lo hizo.

Bien es cierto que se aprovechó de la caída de Nibali y Henao, enfilados hacia la victoria en el Parque Do Flamengo. Pero supo moverse. Bueno, primero supo y pudo estar entre los mejores; después, se armó de valor y dejó atrás un grupo perseguidor sin colaboración. Alcanzó a Majka en el llano final y remató al sprint al polaco y al danés Fuglsang. De la sonrisa amarilla pasaba a la sonrisa dorada.

Greg Van Avermaet sonríe con el maillot jaune | Foto: Team Sky.
Greg Van Avermaet sonríe con el maillot jaune | Foto: Team Sky.

Desde clásicas hasta vueltas por etapas

Pero el 2016 de Greg Van Avermaet tuvo mucho más. Arrancó con una gran actuación en Oriente Medio, en concreto en el Tour de Catar. Un segundo puesto y dos cuartos para finalizar tercero en la general de la carrera catarí. Siguió al mismo ritmo en Omán pero la victoria se le resistía. Eso sí, una vez llegó su terreno preferido, el adoquín, el belga comenzó a ganar. Y lo hizo en la primera clásica primaveral, la Omloop Het Nieuwsblad. Remató al sprint una llegada de nivel ante Sagan, Benoot y Rowe.

La temporada primaveral prosiguió con un sexto puesto en Strade Bianche para llegar a Tirreno-Adriático. Greg hizo lo que tenía que hacer: aprovechó su ocasión y, tras ganar la crono por equipos con BMC, ganó la sexta etapa en Cepagatti -de nuevo ante Peter Sagan- y se hizo con el liderato. Un liderato que podría haber sido circustancial de no ser por la cancelación de la etapa reina, con final en Monte San Vincino, justo un día antes del triunfo del belga en tierras italianas. Se trata de su primera y única victoria en una vuelta por etapas del World Tour.

Van Avermaet presume de oro olímpico | Fuente: UCI oficial.
Van Avermaet presume de oro olímpico | Fuente: UCI oficial.

El broche de Greg

Volvió a las clásicas, con un positivo quinto puesto en San Remo y un noveno en Gante-Wevelgem. Cuando parecía llegar en plenitud de forma al Tour de Flandes, la caída le dejaba fuera de juego durante mes y medio. Retomó la competición en California y pasó por Dauphiné preparando el Tour y los JJOO. En el mes de julio ya sabemos lo que ocurrió así que, haciendo un salto temporal, hasta primeros de septiembre. Su periplo canadiense fue espléndido. Batió a su gran rival, Peter Sagan, en Montreal, dos días después de no haber podido con el eslovaco en Quebec.

La temporada iba llegando a su fin y poco más le quedaba a Van Avermaet por hacer. El Eneco Tour podría ser una carrera positiva para sus características y así fue. No pudo ganar pero acabó cuarto en la general tras ganar la CRE y acabar quinto en la etapa reina, con final en el Geraardsbergen. El cuarto puesto en Binche-Bruselas-Binche y el décimo lugar en un Mundial que no le venía del todo bien han sido sus últimos resultados destacados de este 2016. Un 2016 que jamás olvidará.

Bonus track: el gran rival de Sagan

Pocos ciclistas han apretado a Peter Sagan como lo ha hecho Greg Van Avermaet en este 2016. El belga ha derrocado al gran ciclista eslovaco en Omloop Het Nieuwsblad, en Tirreno-Adriático y en el GP de Montreal. Además, le ha apretado las tuercas en Strade Bianche, Milán-San Remo y GP del Quebec, carreras en las que 'el bicho' era favorito pero en las que acabó por detrás del propio Van Avermaet.

Van Avermaet bate a Sagan en Montreal | Fuente: BMC Switzerland - TDW Sport.
Van Avermaet bate a Sagan en Montreal | Fuente: BMC Switzerland - TDW Sport.
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Sobre el autor
Adrián González Blanco
Comunicación audiovisual. Coordinador y redactor de la sección del Racing, Rallys y Ciclismo y redactor en Betis VAVEL.