Sin duda Alberto ha sido uno de los protagonistas de esta última temporada, ya que ha sido el retiro más importante del año, a pesar de haber sido su último año, ha rendido a un gran nivel y ha sido uno de los ciclistas que más espectáculo ha ofrecido este año. El año empezó como es habitual, afrontando la preparación para el Tour de Francia, el cual era el objetivo principal de la temporada, además este año coincidía que estrenaba escuadra, ya que se había unido a la disciplina del equipo Trek Segafredo, en un cambio de aires con el que pretendía dar el último asalto al Tour de Francia.

El inicio de la temporada fue bueno, sobre todo demostrando un gran nivel en la París-Niza, carrera que perdió por pocos segundos, pero que luchó de manera espectacular atacando de lejos en una etapa, que puso la general en un puño. El año prometía, Alberto se estaba viendo fuerte, dando muestras de una buena potencia en vatios, pero en la carrera anterior al Tour, la Dauphiné, Alberto pareció sufrir, ya que no estuvo ni mucho menos cerca de la pelea por la general y cedió mucho tiempo en la montaña, todo quedaba en duda para el Tour.

En el Tour las cosas parecían haber cambiado, en la primera semana se mostró muy sólido, pareciendo así el único rival junto a Richie Porte que podía plantar cara al todopoderoso Froome, pero, en la etapa reina, dos caídas dejaron a un Contador magullado sin opciones en la general, tocaba remar y como siempre, remó. Ofreció exhibiciones en algunas etapas de montaña atacando desde lejos y dejando claro que a pesar de no estar en un buen momento, iba a pelear hasta el último metro.

El Tour finalizó para él con un discreto top 10, pero demostrando que los grandes campeones nunca se rinden. Días antes de comenzar la Vuelta a España, Alberto sorprendía al mundo del ciclismo anunciando que esta sería su última carrera como ciclista profesional, a partir de ahí, se convirtió en la Vuelta de Alberto. Allá por donde la carrera iba, recibía todo el cariño del mundo y las peticiones de que corriese al menos un año más, aunque la decisión ya estaba tomada.

La carrera se torció en la primera etapa de montaña, una indigestión mató sus opciones de ganar la carrera, pero gracias a eso, pudimos asistir a una de las demostraciones de coraje más grandes que en el mundo del ciclismo se recuerdan, lo peleó todo, atacó casi a diario, incendiaba la carrera todos los días, atacaba desde lejos en cuanto la carrera subía de pendiente, sus rivales estaban deseando llegar a Madrid para que se retirase, pero le quedaba una bala más en la recámara. 

'El Pistolero' disparó en la última etapa de montaña de su carrera, en la etapa reina de la Vuelta, en el Angliru, uno de los puertos con más historia y renombre del ciclismo deleitó al público con un espectacular Alberto que atacó desde poco antes del inicio del puerto para acabar levantando los brazos en la cima, golpeándose el pecho, disparando ante la gente que tanto apoyo le ha dado. Madrid fue su despedida, una despedida acorde a su leyenda y que nadie de los presentes olvidará, este fue, es y será siempre Alberto Contador.