La duodécima etapa de la edición número 101 del Giro de Italia partirá con Simon Yates (Mitchelton-Scott) más líder que nunca tras su exhibición en las rampas empedradas de Osimo. Por su parte, los hombres rápidos no han tenido demasiadas oportunidades hasta el momento y querrán aprovechar todas las opciones.
Por el Adriático y las carreteras de Il Pirata
El gran pelotón saldrá desde Osimo (final de la etapa anterior) y comenzará bordeando la costa del Adriático durante los primeros 140 kilómetros de recorrido. Las carreteras anchas, llanas y de buen asfalto serán protagonistas de la parte inicial de la etapa. En el kilómetro 78, en la localidad de Pesaro se encontraran con el primer sprint intermedio del día.
Tras llegar a Rímini, la caravana del giro girará hacia el oeste y seguirá la vía Emilia para adentrase en las tierras de Il Pirata. Los corredores atravesarán Cesena, pueblo que vio nacer a Marco Pantani, a falta de 75 kilómetros a meta y unos kilómetros después, en Forlì se encontrara el segundo sprint intermedio.
Para finalizar, tendrán que afrontar un circuito final de 15 kilómetros, en los cuales recorrerán parte del circuito de Imola, después ascenderán el Tre Monti (4ª), de casi cinco kilómetros al 4,2%, y concluirán, de nuevo, en el autódromo de Enzo Ferrari, fundador de la firma de automóviles de su mismo nombre.
Intriga hasta el final
Las veloces maquinas del pelotón trataran de imitar a los habituales residentes de Imola, pero la llegada masiva no estará asegurada. Los equipos invitados y otros valientes trataran, como siempre, desafiar a las grandes escuderías y evitar el desenlace esperado.
El terreno no es el conveniente para los bravos aventureros, ya que largas rectas y anchas estradas predominan durante toda la etapa. Sin embargo, las dos etapas anteriores, rapidísimas al igual que nerviosas, quizás hayan mermado las fuerzas o las ganas del gran grupo y acaso estos no estarán dispuestos a perseguir a la escapada durante toda la jornada.
Los kilómetros finales depararán un gran espectáculo. Si la fuga consigue llegar a los pies del Tre Monti tendrán que trabajar duro si la distancia respecto al grupo principal no es excesiva y si lo es, se jugaran la victoria en esa cota. Por otro lado, si es el pelotón quien llegue en cabeza al circuito final, algún que otro esprínter podría perder sus oportunidades en la cota de cuarta categoría o algún intrépido puncheur con las suficientes fuerzas como para desafiar a los veloces bólidos.
Hace tres años, el circuito de Imola también acogió al Giro. En esa etapa, con idéntico final, Ilnur Zakarin pudo poner el broche de oro a una escapa que estaba a punto de ser absorbida en las faldas del Tre Monti. En la misma subida, Contador, de rosa, lanzó un aviso a sus más próximos rivales atacando en la cota final. Ojalá se viva un final similar entre los favoritos esta edición.
