El final se acerca. Tras la contrarreloj individual ganada por Rohan Dennis (BMC) y que también ayudo a Dumoulin (Sunweb) como a Froome (Sky), todo está por decidirse. El sólido líder Simon Yates (Mitchelton-Scott) no parece preocupado, ya que distancia en más de 50 segundos al holandés de Sunweb, pero tienen por delante tres duras etapas alpinas. La lucha por el pódium y por las otras maglias también está en el aire.

Etapa de transición

La decimoséptima etapa vendrá tras la larga contrarreloj de este Giro con 34,2 kilómetros entre Trento y Rovereto. La crono ha hecho reducir las diferencias entre los primeros de la general y las tres etapas montañosas que se disputaran el jueves, viernes y sábado decidirán la conclusión de este Giro. El primero de ellos finalizará en Montevergine, el del viernes llegará a Bardonecchia tras superar el Colle delle Finestre (2178m) Cima Coppi de esta edición y con siete kilómetros sin asfaltar. La última etapa alpina y previa al final en Roma finalizará en el mítico Cervinia después de ascender dos puertos de primera.

La etapa del miércoles, por su parte, no tendrá gran importancia en el desenlace final del Giro, pero la lucha por la etapa, por el ciclamino (maglia de la clasificación por puntos) y por las bonificaciones puede animar la etapa.

Inicio irregular, final en llano

La decimoséptima etapa partirá desde Riva del Garda siempre para arriba hasta llegar a la localidad de Molina di Ledro. Tras esta primera ascensión la etapa seguirá nerviosa con muchos altibajos y cruces de caminos. En el kilómetro 56 se encontrará la primera meta volante, en el pueblo Vestone. Justo al superar esta meta volante comenzará la única ascensión puntuable de la jornada, el Lodrino (3ª).

Hasta el kilómetro número 100 el recorrido seguirá llena de sube y bajas. Al llegar a este punto, comenzará la zona de avituallamiento y la carretera se allanará hasta el final del recorrido. En el kilómetro 119, en Erbusco, se encontrará la segunda meta volante. 

A falta de 24 kilómetros iniciarán el circuito final lleno de carreteras estrechas, curvas y pasos a nivel. Los últimos kilómetros también cuentan con dificultades técnicas, como rotondas o curvas cerradas. La última curva se encuentra a 500 metros de llegada y esta precede a la recta final de 300 metros de largo y siete de ancho.

¿Fuga o sprint?

El comienzo nervioso de la etapa ayudará a las fugas a aumentar su distancian respecto al pelotón. Esta edición del Giro, las fugas iniciales no han tenido gran éxito y esta puede ser una de las últimas opciones. Los equipos invitados, tanto como los que no tienen grandes sprinters tratarán de introducir el mayor número de corredores en la escapada para que esta pueda hacer camino. Destacable la actuación del  Androni, que ha metido a algún integrante en todas las fugas hasta ahora, y mañana no será de otro modo; Masnada, Gavazzi y compañía seguirán intentando ser protagonistas de la etapa. Los otros equipos invitados tampoco han sido menos, solamente el Willier intentaba jugar la baza del sprinter, que en su caso era Jakub Mareczko, pero al retirarse el mismo se han aventurado en casi todas las escapadas.

Por su parte, esta será la última opción de los hombres rápidos antes de la meta de Roma y sus equipos tendrán que controlar la fuga, aunque no es una labor fácil, sobre todo en la primera mitad de la etapa. Sam Bennett (Bora-Hansgrohe) lleva dos triunfos e intentará empatar las tres volatas vencidas por Viviani (Quick Step). Este último admitió en la salida de Jerusalem que su objetivo era dar tres veces en la diana y lograr la maglia de los puntos. Las tres victorias ya las ha logrado, pero todavía la disputa por la maglia sigue.