A poco más de un mes para el inicio del Tour, las piernas de los ciclistas ya van cogiendo tonalidad y rodaje. Para examinar el estado físico de los corredores que tienen por objetivo el Tour una de las mejores opciones, con un recorrido muy parecido al del Tour y con gran parte de los corredores que lucharán o por las posiciones altas de la general o por conseguir alguna etapa, es el Critérium du Dauphiné.

En esta edición volverán a encontrarse corredores con contrastados intereses: por una parte se presentarán en la salida corredores que quieren acabar una primera parte de la temporada y quieren aprovechar el punto de forma que les ha dejado el Giro para intentar ganar alguna etapa o hacer algún buen resultado general; por otra, los corredores que quieren conseguir el punto álgido de forma para llegar al 100% a la salida del Tour en Yorkshire. Intereses contrapuestos de los ciclistas que le dan al Critérium du Dauphine una mezcla de expectación y espectáculo, siempre mirando hacia Francia y el Tour.  

La media montaña, protagonista

El recorrido de la presente edición se resume en media montaña, no teniendo ninguna etapa favorable a los intereses de los velocistas puros (pero sí para corredores con una buena de velocidad), y solo una (la 7ª) para hacer notables diferencias en la general. En resumen, un Criterium du Dauphine para buenos escaladores que sepan defenderse bien en la media montaña.

El típico prólogo dará comienzo este domingo con la disputa de una cronometrada individual por las calles de Lyon y que servirá para establecer las primeras diferencias, aunque insignificantes y de poca importancia para el resto de los días. La siguiente jornada arrancará con una jornada rompepiernas, con un total de seis puertos y el final de la etapa tras 13 kilómetros de ascensión al Col du Beal, de categoría especial, que no es propenso a hacer grandes diferencias, teniendo como pendiente media durante sus 13 kilómetros un fácil 6'6%.

La tercera etapa solo presentará dificultades en los primeros tres cuartos de la misma, y la última parte será totalmente plana, propicia para ver el único sprint que se espera en esta edición de la carrera francesa. La cuarta, por su parte, no es especialmente dura, pero a falta de 12 kilómetros de la meta se corona el Col de Manse, seguido de un técnico y peligroso descenso y de un terreno favorable. Quizá la cercanía de la cima del puerto a la meta anime a algunos corredores a atacar y sacar tiempo en la meta de Gap.

La quinta etapa presentará un recorrido rompepiernas y con un total de seis puertos durante su recorrido, pero medianamente plano en la parte final para una resolución entre hombres rápidos en la localidad de La Mure. La sexta, con inicio en Grenoble y final en Poisy, será la etapa más fácil para los corredores (solo tres puertos de cuarta categoría), pero con unos tres kilómetros y medio de continua subida con rampas de hasta el 15% que puede deparar alguna sorpresa a más de uno. 

Y el sábado 14 los corredores se enfrentarán a la jornada reina de la ronda francesa. Un recorrido de 160 entre Ville-la-Grand (Francia) y el final en el puerto de Finhaut-Emosson (Suiza), que deberá decidir la clasificación general. Para limpiar un poco la carrera, antes los ciclistas subirán el Col de la Forclaz (12'6 km al 8'2% de desnivel medio), también de categoría especial. El final de la etapa presenta kilómetros de más del 10% de desnivel, con rampas que llegan hasta el 17%.

Por último, la octava etapa transcurrirá entre Megève y Courchevel, con 3 puertos de primera categoría: el Col de Saisies, la Cote de Montagny y el final en Courchevel. Ambos puertos (Montagny y Courchevel) son ascensiones que no presentan un gran desnivel medio, con un 6'5 y 6'2 % de desnivel medio respectivamente. En resumen, una etapa nada favorable a hacer diferencias, y donde la carrera estará ya más que decidida, con las diferencias que se hayan hecho el día anterior.

Calidad compartida con el Tour de Suiza

El Critérium du Dauphine no es la única carrera que sirve para afinar el punto de forma de los corredores de cara al Tour, es por eso que siempre ha compartido lo mejor del pelotón internacional con la carrera suiza. 

Por una parte, los corredores que tienen la condición de máximos favoritos para llevarse la clasificación general en esta edición son: Chris Froome (Sky), Alberto Contador (Tinkoff - Saxo) y Vincenzo Nibali (Astana). En un peldaño más bajo, están jóvenes como: Romain Bardet (Ag2r), Jakob Fuglsang (Astana), Wilco Kelderman (Belkin), Tejay Van Garderen (BMC), Andrew Talansky (Garmin), Simon Spilak (Katusha), Leopold Konig (NetApp - Endura), Rein Taaramae (Cofidis) y Michal Kwiatkowski (OPQS). Por otro lado, los no tan jóvenes que pueden dar la sorpresa son: Jean Christophe Peraud (Ag2r), Jurgen Van den Broeck (Lotto - Belisol), Haimar Zubeldia (Trek) o Dani Navarro (Cofidis).

También se presentarán en la salida de Lyon los "cazaetapas", corredores buenos en media montaña y rápidos en sprints de grupos reducidos (ya sea en el pelotón como en las fugas) que pueden dar espectáculo a la carrera y conseguir el triunfo en algunas etapas, con más opciones aún ante la falta de buenos velocistas. Estos son: Simon Gerrans (Orica Green Edge), Andriy Grivko (Astana), Peter Velits (BMC), Marco Marcato (Cannondale), Pierrick Fedrigo (FDJ), Dani Moreno (Katusha), Damiano Cunego (Lampre - Mérida), Tony Gallopin (Lotto - Belisol), Giovanni Visconti (Movistar), Zdenek Stybar (OPQS), Sylvain Chavanel (IAM Cycling) o Thomas Voeckler (Europcar).

Por último, luchando por alguno de los sprints en las pocas jornadas donde se espera se verá a corredores como: Greg Van Avermaet y Thor Hushovd (BMC), Arnaud Demare (FDJ), Filippo Pozzato (Lampre - Mérida), Jurgen Roelandts (Lotto - Belisol), Gianni Mersman (OPQS), Jens Keukeleire y Leigh Howard (Orica Green Edge) y Giacomo Nizzolo (Trek). La mayor baza española en los sprints corresponderá a Enrique Sanz (Movistar).