La evolución y consiguiente remontada de Chris Froome en la segunda parte de esta Vuelta a España 2014 responde a una máxima extremadamente clara y lógica de cualquier carrera por etapas. Si no eliminas a tu rival a tiempo y atas la carrera, los problemas se multiplicarán después. Los principales rivales del líder de Sky, los españoles Contador, Valverde y Purito, faltos de esa capacidad de sentencia, tienen ahora a un ganador de Tour y podio de la Vuelta segundo de la general a 1:19 del rojo, con tres días para concluir.

Deberían tener cuidado. Por delante se presentan 72 horas cargadas de trampas, nervios y un duro puerto muy traicionero como Ancares, el próximo sábado. Un punto de inflexión, y reflexión, al que este triángulo ha llegado esta tarde en el inédito Monte Castrove. El puerto gallego favorecía los ataques y su fisonomía ha sido muy bien aprovechada por el extraño británico, siempre pieza clave en cada ronda que corra, esté bien o mal de forma. Esta vez ha sido junto al sublime Aru. Entre los dos han abierto un espacio psicológico de 12 segundos (20 con las bonificaciones), que no por exiguo debe calmar las aguas en las casas de Unzué, Ekimov o Riis.

Froome, un ciclista tan incomprensible como inconformista, sigue escalando posiciones y amenaza ya el rojo no tan sólido de Alberto Contador. La horrenda crono del británico en Borja, el pasado día 2, y el posterior abandono de Quintana, parecía acotar la lucha por el triunfo final a las figuras de casa, con Aru como secundario y animador de lujo en la montaña. Pero tanto en Aralar como en la Camperona, o como en los Lagos de Covadonga, Froome supo ver la excesiva confianza de este heterogéneo trivote, demasiado heterogéneo como para entenderse, demasiado bueno como para trascender.

Tras su mala actuación en la crono de Borja, hace nueve días, Froome comenzó a remontar hasta alcanzar hoy el segundo puesto en la general

Tras su descalabro en tierras del Moncayo, del que posiblemente se acuerde y se siga acordando hasta el domingo, Froome afrontó la ronda sin presión, pero sin olvidar su rol de líder y el objetivo primigenio: ganar. Sus declaraciones, día tras día, incidían en esa convicción de “seguir luchando”. “Estoy cogiendo el ritmo”, “llego bien a la última semana”, eran sus mensajes más repetidos.

Froome ha confiado en sus ventajas y limitaciones, fijándose en sí mismo y no en los demás. Aguantar, apoyado en su equipo, y sorprender en el momento oportuno, aprovechando la limitada libertad de acción del trazado y beneficiándose del excesivo interés del resto por bonificar. Con este modus operandi, el ganador del Tour 2013 ha ascendido, ocho etapas después, del quinto al segundo puesto del global, desplazando a Valverde y Rodríguez y presionando a Contador.

El punto a favor del madrileño del pasado lunes, en La Farrapona, no fue, ni mucho menos, punto de partido. Contador continúa tranquilo y no ha dado importancia hoy, hablando para TVE, al pellizco de viente segundos de su espigado némesis, al que días atrás calificaba como “su peor rival”. Hoy, sin embargo, su jerarquía competitiva se ha difuminado ante la corta, pero efectiva apuesta, de la dupla Aru-Froome. El corredor de Tinkoff está actuando con inusitado conformismo y sangre fría, dejando a otros una tostada que se puede quemar entre sus manos, en el momento menos oportuno.

 El británico se erige, a tres días del final, como el principal rival de Contador, ensombreciendo a Valverde y Purito 

Contador, al menos, puede jugar con ese colchón. No pueden decir lo mismo Joaquim y Alejandro. Catalán y murciano han visto pasar, sin una efectiva reacción, al cohete inglés en la tabla clasificatoria. La táctica de Movistar basada, principalmente, en las bonificaciones, reconocida por su líder, y la mengua progresiva de las capacidades de Purito en la montaña, aun contando con un gran equipo a su lado, han desembocado en pérdidas por uno y otro bando. 

Froome, en principio convaleciente y dubitativo, ha recolectado todas las dudas, lagunas y fallas tácticas de los españoles para coger oxígeno y asentarse en una altiva segunda posición, desde la que moverse con soltura en los tres próximos días. Froome ha refrescado la Vuelta, dando la razón al ciclismo más efectivo, el ciclismo de ataque.