Tampoco será este el año en el que se vea al ganador del Tour vencer también en la Vuelta. Chris Froome se ha tenido que retirar de la carrera gracias a una fractura en el pie, relevada gracias a los rayos-X a los que se enfrentó el ciclista de conjunto británico nada más acabar la etapa. Una dura caída en los primeros compases de la dura undécima jornada, que acabó ganando Mikel Landa, lastró el rendimiento de Froome, que acabó cortándose en el cuarto de los seis puertos del día (la Collada de la Gallina) víctima de las graves lesiones que aún no conocía. 

Pero lejos de retirarse, Chris Froome, en la más dura etapa de la Vuelta que se recuerda, quiso acabar la etapa y hacer, junto con sus compañeros, los restantes 40 kilómetros. Acabó a ocho minutos del ganador y apretando los dientes, intentando no perder más tiempo del que ya se había dejado. Sky confirmó al portal Cyclingnews que evaluaron al británico esa misma tarde y volverán a hacerlo, el viernes por la mañana, gracias a una IRM (Imagen por Resonancia Magnética) que mostrará todos los daños del británico que aún no se han podido descubrir.

Lo que sí se sabe es que Froome se rompió, en su caída, el hueso del escafoides, como el propio ciclista confirmó en su cuenta de Twitter esta mañana. Del hombro izquierdo y la rodilla derecha, ambos con sangre y heridas durante toda la etapa de ayer, aún no se sabe nada. "Chris Froome sufre mucho dolor cuando sufre una carga de peso y tomaremos una decisión durante la mañana", añadió Dave Brailsford, mánager del equipo, a Cyclingnews. Con Froome fuera de carrera, la general del equipo británico pasa por Mikel Nieve, que se encuentra octavo, a 1:58" de Fabio Aru.