Con la temporada ciclista recién concluida, empiezan a definirse los recorridos de las principales competiciones del año que viene. Si la semana pasada se desveló qué les esperaría a los corredores en el próximo Tour de Francia, hoy ha sido el turno del Giro de Italia 2017, que llegará a la mítica cifra de 100 ediciones. Para celebrar dicho centenario, se ha pensado en hacer algo grande y rendir homenaje al último campeón de la Corsa Rosa (Vincenzo Nibali) y al italiano dispuesto a relevarle (Fabio Aru), con varias etapas en la tierra que les vio nacer (las islas de Sicilia y Cerdeña). La presencia de ambos ciclistas en casi una obviedad. "He de programar mis carreras para 2017 con nuestros directores deportivos a finales de noviembre, pero sin duda puedo decir que ¡no me gustaría perderme un Giro que comienza en mi Cerdeña por nada en el mundo!", declaraba Fabio Aru. 

Recorrido equilibrado, con oportunidades para sprinters (6), finales en alto (5) y contrarrelojes (2)

La cosa no queda ahí, pues el recorrido del próximo Giro (del 5 al 28 de mayo) se caracterizará por no salir de las fronteras del país transalpino, es decir, se realizará de forma íntegra por suelo italiano con el fin de abarcar el mayor número de provincias y lugares míticos del país. Un total de 3.572 kilómetros, repartidos en seis oportunidades claras para los sprinters, dos contrarrelojes (ninguna por equipos), cinco finales en alto, además de alguna llegada en descenso y otras en ligera subida con el fin de anular los sprints masivos. Recorrido, a priori, bueno para escaladores, aunque esta vez afrontarán más kilómetros de contrarreloj (67 km) que en 2016. Podría ser un recorrido (con sus contrarrelojes y varias etapas unipuerto) ideal para Chris Froome, si decidiese competir en una carrera que no ha vuelto a pisar desde 2010. 

Primera semana muy insular 

La Corsa comenzará el viernes 5 de mayo en Alghero (Cerdeña, cuna de Fabio Aru), isla que acogerá las tres primeras etapas de la competición. Será la tercera vez que el Giro comience en Cerdeña, ya lo hizo en 1991 y 2007, aunque fue en 1961 cuando el pelotón inauguró su paso por este territorio insular. La primera etapa, con final en Olbia, cuenta con pequeñas cotas que difícilmente impedirán que se resuelva al sprint; en la segunda, en cambio, con un perfil más escarpado, se podría romper una llegada al sprint masivo; mientras que la tercera (con final en Cagliari) verá reducido su kilometraje respecto a las anteriores y será una clara oportunidad para los hombres rápidos

Vincenzo Nibali, ya en las filas de Bahrein-Merida, intentará reeditar su triunfo del año pasado | Fuente: Giro d'Italia
Vincenzo Nibali, ya en las filas de Bahrein-Merida, intentará reeditar su triunfo del año pasado | Foto: Giro d'Italia

La subida al Etna será el acontecimiento más destacable de la primera semana

Una tempranera jornada de descanso nos llevará hasta una nueva isla, en esta ocasión la Sicilia natal de Vincenzo Nibali. Aquí se presenta la primera prueba de fuego para los escaladores, con un espléndido final en el Monte Etna, precedido de una subida al Portella. Los favoritos al triunfo final podrán marcar sus primeras diferencias importantes. Por otro lado, una llegada en Messina volverá a poner a prueba a los sprinters y pondrá fin a la estancia del pelotón en las islas. Ya en la península itálica, una etapa con final 'trampa' (pica hacia arriba) en Terme Luigiane y otra para el lucimiento de los hombres rápidos en Alberobello pondrán fin a una 'tranquila' primera semana. 

Segunda semana con etapas heterogéneas

Final en alto en el Blockhaus y contrarreloj de 39 km, platos fuertes de la segunda semana

En su transcurso hacia el norte, el pelotón se enfrentará a una octava etapa similar a la sexta, con un final incómodo que pica hacia arriba, muy favorable para algún valiente cazaetapas. Esta jornada dará paso a una corta etapa unipuerto, con un imponente final en alto: el 'eterno' Blockhaus. Tras una merecida jornada de descanso, los especialistas contra el reloj tendrán su ansiada oportunidad entre Foligno y Montefalco, con una crono de 39 km que, sin ser una cronoescalada, beneficiará a los escaladores más que a los especialistas puros debido a su perfil quebrado. 

Sin tiempo para reponer fuerzas, la undécima etapa se presenta como la primera con varios puertos de entidad encadenados (hasta cuatro), aunque el último se corona a 26 km de meta. Buena etapa para una escapada. Tras varias jornadas duras, las dos siguientes se presentan como 'de transición', en las que los sprinters apurarán sus últimas opciones de hacerse con una victoria en esta carrera. La segunda semana se cerrará con el tercer final en alto de la Corsa (también una corta etapa unipuerto) en Oropa, y una larga etapa con final en Bergamo, rememorando parte del recorrido del pasado Giro de Lombardía

Los Dolomitas decidirán la carrera

La 16ª (Mortirolo, Stelvio) y 18ª (Pordoi, Valparola, Gardena, Pinei y Ortisei) se perfilan como las etapas reinas

La última semana de carrera se avecina apasionante, con la aparición de los Dolomitas en el tappone del Giro, que deja lo mejor para el final y concentra mucha montaña en unos últimos días muy exigentes. La decimosexta etapa cuenta con las míticas ascensiones encadenadas del Mortirolo y el Stelvio (Cima Coppi), más el Giogo di S. Maria, tras el cual se afrontará un largo descenso hasta la meta en Bormio. El siguiente día comienza exigente (con Aprica y Tonale), aunque sus últimos 70 km son un constante falso llano que desemboca en una larga y mantenida subida (sin demasiada dureza) hasta Val di Fassa

A continuación, una decimoctava etapa espectacular, con cuatro puertos encadenados (Pordoi, Valparola, Gardena y Pinei) antes de afrontar un final en alto en Ortisei, y en Piancavallo al día siguiente. La penúltima etapa cuenta con el Monte Grappa como última oportunidad de hacer daño, ya que la última ascensión del día (Foza) cuenta con un falso llano de 15 km después de coronar. Por último, una de las grandes novedades de este Giro 2017 está en la etapa definitiva, donde se recupera una contrarreloj de 28 km que definirá la carrera en Milán. Una crono totalmente llana, ideal para los grandes rodadores. El espectáculo está servido.