Amets Txurruka no destacó en su carrera por ser aquel corredor con grandes títulos, sino más bien, su rol era la combatividad, aquel luchador capaz de dejar su su corazón por el espectáculo en la ruta en tiempos donde muchos prefieren el conservadurismo. Los equipos que tuvieron el honor de tenerlo en su plantilla fueron: Barloworld (2006), Euskaltel-Euskadi (2007-2012), Caja Rural-Seguros RGA (2013-2015) y Orica-BikeExchange (2016). Todos los mencionados mantienen un cariño por el ciclista vasco que se despidió mediante una carta de sus aficionados.

Un luchador del ciclismo moderno

En su testimonio no oculta los motivos por el cual tomó la decisión del retiro. En unos de los párrafos declara: "He seguido luchando y trabajando como lo he hecho siempre para estar al máximo nivel, pero el campo profesional exige lo máximo y algunos problemas físicos me han creado todavía más dudas de las que tenía. Ello me ha llevado a tomarme un tiempo y tras un periodo de reflexión os anunció que mi carrera profesional ha llegado a su fin y en adelante empezaré una nueva etapa en la vida". 

Pero esta tormenta no le hace escatimar palabras de elogios para el ciclismo, aquel refugio donde se sitúo por once años y vivió experiencias que le serán imposibles borrar en su vida : "Aunque el camino no haya sido fácil, considero que el ciclismo me ha aportado mas de lo que yo le he podido dar, entre todas ellas una manera de vivir, unos valores bien interiorizados que me servirán para el resto de la vida. He conocido a personas inolvidables, así como muchos lugares del mundo que, si no hubiera sido por este deporte, no los hubiera conocido".

Siempre combativo  | Foto: Orica-BikeExchange
Siempre combativo | Foto: Orica-BikeExchange

Txurruka fue un héroe silencioso que pudo marcar su nombre en una gran vuelta. En la pintoresca ciudad francesa de Colmar, quedó segundo a cuatro minutos del ganador Heinrich Haussler que se quedó con el gusto de la conquista. Y el Vasco no se olvida de marcarlo en su carta, como una espinilla en su vida: " Profesionalmente, he tenido la suerte de correr muchas de las carreras más importantes, también de saborear el triunfo en alguna que otra. Incluso, como si se tratase del sueño más dulce que podría tener un ciclista, de emocionarme al verme en los Campos Elíseos".

Su palmarés se resume en cuatro victorias como profesional, corrió 15 grandes vueltas y 8 monumentos. Pero él, mas que nadie en el mundo, sabe que hay valores que no se miden en triunfos, que van más allá de un primer puesto, un podio o un top 10. O también quizás, más allá que, una etapa y la general de la Vuelta a Asturias (2013), un Tour de Gévaudan Languedoc-Roussillon (2014), una etapa en el Tour de Noruega y una en el Tour de Beauce (2015), así también como su premio de la Combatividad en el Tour de Francia 2007, todos premios que recolectó en sus once años como profesional.

En la carta lanza una frase que emite un lindo mensaje sobre que hay cosas más importante que los títulos en su haber. Muy lindas palabras para sus aficionados y para los que se quieren sumar al pelotón del ciclismo o , tal vez, de la vida. " Aun siendo un ciclista sin mucha clase, me habéis hecho sentirme a la altura de los más grandes, no tengo más que palabras de agradecimiento para describir el cariño que he recibido por vuestra parte. Me habéis enseñado que las victorias son dulces pero que no hay mayor victoria que el sentirse querido".

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Sobre el autor
Bruno Celiberti
Periodismo Deportivo de la UNLP. Amante del Ciclismo y sus historias épicas.