Tras la victoria de Tim Wellens en la general del Tour de Guangxi, el calendario del UCI World Tour ha puesto su punto final en 2017. Terminando así una temporada que nos deja grandes momentos y numerosos protagonistas destacados, entre ellos, el veterano corredor belga Greg Van Avermaet, que tras quedar en el segundo puesto en Quebec, ha podido terminar 2017 en lo más alto del ranking mundial, tomando el relevo a Peter Sagan.

La longevidad de Van Avermaet

Quien diría que a sus 32 años, el campeón olímpico en Rio, iba a realizar su mejor campaña como profesional, y más cuando hablamos de una trayectoria de una década. Su primer triunfo de 2017 llegó a finales de febrero, cuando se impuso a Sagan y a su compatriota Sep Vanmarcke en la Omloop Het Nieuwsblad, la cual ya logró ganar el año pasado. Una semana después, se quedaría con la miel en los labios al ser superado por Michal Kwiatkowski en la Strade Bianche.

Sin duda alguna, entre el 24 de marzo y el 9 de abril, si hablabas de victorias hablabas de Van Avermaet, ya que ganó la E3 Harelbeke por delante del también belga Philippe Gilbert, y la Gent-Wevelgem, pasando otra vez por delante de Sagan. Además acabó segundo en el Tour de Flandes, por detrás de Gilbert.

Van Avermaet, hasta la fecha, había finalizado once veces en el top ten de las cinco grandes clásicas del calendario, pero el 9 de abril de este año por fin pudo alzar los brazos en el velódromo André-Pétrieux de Roubaix, al imponerse en el sprint a Znedek Stybar, Sebastian Langeveld, Jasper Stuyven y Gianni Moscon. Conquistando así su primer monumento, la París-Roubaix, dejando claro que se encontraba en un estado de forma muy por encima de los demás.

El año de Van Avermaet no se resume en los mencionados resultados, también ha ganado este año el Tour de Luxemburgo, con dos victorias de etapa incluidas; se ha impuesto en la crono por equipos de la Tirreno-Adriático y de la Volta a la Comunidad Valenciana con el BMC Racing Team, que sigue siendo dueño de esta disciplina; ha sido cuarto en el BinckBank Tour, sexto en la prueba en ruta del Campeonato del Mundo, séptimo en la Kuurne-Bruselas-Kuurne, octavo en la Clásica de San Sebastián y décimo en la Clásica de Bretaña.

Esa racha de éxitos le permitió situarse en lo más alto del ranking mundial, que sólo vio peligrar en la Vuelta a España, donde Chris Froome arrasó y logró su doblete de grandes vueltas. Sin embargo, el belga recuperó inmediatamente el liderato al acabar el GP de Quebec en segunda posición y el GP de Montreal en el séptimo puesto, logrando así, los puntos suficientes para sobrepasar al británico del conjunto Sky, con 130 puntos por encima y con un total de 3.582 puntos. Además, sacó más de mil puntos al campeón del Giro de Italia, Tom Dumoulin, tercero del ranking.

Con el puesto de número uno asegurado, a falta de tres citas para concluir la temporada del World Tour. El ciclista belga decidió dar por cerrada la temporada antes de lo previsto y no disputar el Giro de Lombardía del 7 de octubre, la última gran clásica del año y la única en la que no ha logrado terminar entre los diez primeros puestos. Pero BMC, no estaba de acuerdo con la decisión del corredor y le ha obligado a cancelar sus vacaciones para tomar la salida, como mínimo, en el Tour de Guantxi, en China, que concluyó el 24 de octubre tras seis etapas. Cerrando así, una de las mejores temporadas que ha vivido como corredor profesional.