Crítica de "Xmen: Apocalipsis": una manera de contar lo mismo de siempre de una forma diferente
Fotograma de "Xmen: Apocalipsis"/ lacasadeel.net

Parece que se hizo la luz. Después de la más que aceptable "Xmen" (2000), las dos anteriores entregas de estos mutantes no han aportado nada nuevo. La primera, “Xmen: primera generación” era aburrida hasta la saciedad, ya que nos contaban una historia que, realmente, nos interesaba bien poco y se podría haber narrado en cinco minutos. La segunda, “Xmen: Días del Futuro Pasado”, tan alabada por la crítica, me resultaba bastante confusa y difícil de seguir ya que, una vez más, en las películas de Marvel parecía interesar más los diálogos que la propia acción.

Ante este panorama, uno se presenta al cine sin ilusión, temiendo que este género vuelva a decepcionarte una vez más. Sin embargo, algo ha cambiado. Los cinco primeros minutos de metraje me parecen el mejor arranque de una película de Marvel en la historia. Desde ese momento, el guion te atrapa.

El argumento se va desarrollando y avanzando poco a poco, sin que nos aburramos (como ocurrió en “primera generación”) y sin que sepamos qué es lo que realmente está sucediendo (tal y como pasó en “Días del Futuro Pasado”). Los nuevos personajes que se incorporan a esta entrega están llenos de carisma y personalidad, lo que hace que el espectador conecte con ellos rápidamente y le genere interés sobre lo que va a suceder. Pero la gran virtud de este “Xmen” solo la tiene una persona, Magneto, quién es clave en esta historia. Es uno de los mejores villanos que han pasado últimamente por la gran pantalla en lo que se refiere a los largometrajes de este género. Se trata de un buen malvado era lo que le faltaba a “Capitán América: Civil War”, “Batman - Superman”, o la última entrega de “Los Vengadores”. En “Xmen: Apocalipsis”, Bryan Singer nos demuestra lo importante que es tener un villano potente, con carisma y que, solo con él, se pueda lograr un brillante resultado.

Además, en este “Xmen” se agradece que no haya ese humor típico de las películas de Marvel, que está hecho para que sean un poco más amenas las dos horas y medias de duración de sus largometrajes, con unas situaciones tópicas, provocadas para caer en el chiste fácil, pero que  producen, cuanto menos, rechazo.  Sería de gran agrado que Marvel no vuelviese a tardar tanto en mostrarnos una historia algo diferente y que, en un año en el que ya tenemos cierto empacho de superhéroes, esto es de agradecer. Queremos más “Xmen” y menos “Deadpool” o similares.

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